Ť Con la emigración de hombres, se ha feminizado el trabajo rural: Patricia Espinosa
Propondrá el INM reformas para que mujeres campesinas ejerzan recursos que se les asignan
Ť Reto del gobierno y la sociedad abrir a ellas el acceso a créditos, afirma la funcionaria
MATILDE PEREZ U.
El Instituto Nacional de la Mujer (INM) estudia la agenda legislativa y la posibilidad de presentar propuestas de iniciativas de ley para que los recursos destinados a las mujeres campesinas y del medio urbano, a través de los diversos programas del gobierno federal, estén etiquetados y se terminen los atrasos educativos, en servicios y salud, entre otros rubros, dijo la presidenta del organismo, Patricia Espinosa Torres.
A pocos meses de iniciar sus actividades, el INM revisa los recursos asignados a los programas para las mujeres, a fin de evitar duplicidades y desperdicio del dinero, dijo.
En el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer Rural, Espinosa Torres resaltó que en los últimos años -a partir de la agudización de la pobreza y la migración de hombres a Estados Unidos o a ciudades del país- las campesinas son quienes están decidiendo el tipo de siembras: granos, oleaginosas, hortalizas o frutas. Sin embargo, se enfrentan a trabas legales para volverse propietarias de la tierra, lo cual las coloca en una posición de vulnerabilidad extrema frente al entorno económico y familiar.
"El papel de la mujer rural está subvaluado; las estadísticas no dan cuenta de su contribución al desarrollo productivo, no se les consulta para elaborar los planes de desarrollo rural y no son consideradas sujetos de crédito para desarrollar sus propios proyectos productivos", expuso.
Aseguró que a través del INM se plantearán modelos para ofrecer capacitación educativa y productiva, además de fortalecer las unidades de producción de las mujeres rurales, pues ya no se justifica que sus potencialidades no se reconozcan en "el desarrollo continuo, la construcción democrática y el bienestar de la familia y la comunidad".
Correspondió a Nuria Costa Leonardo, directora de Desarrollo de Grupos Prioritarios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), hablar de las desventajas en que aún se encuentran las mujeres rurales, así como de los pocos avances logrados al respecto en la última década.
Expuso que la esperanza de vida de las mujeres campesinas es cinco años menor en comparación con las del medio urbano, y el riesgo de muerte por embarazo es dos veces más alto; una cuarta parte de ellas no sabe leer ni escribir y 87 por ciento de las que tienen entre 6 y 14 años no asisten a la escuela.
Los horarios de trabajo de las mujeres en el medio rural son 43 por ciento más largos en comparación con los de los hombres, expuso.
Comentó que los retos del gobierno federal y de la sociedad son reconocer la feminización de la agricultura, abrir a las mujeres el acceso a créditos y evitar que los pocos recursos destinados a los programas para ellas se desvirtúen o pierdan al trasladar las responsabilidades a otras secretarías de Estado o fusionarlas con otras acciones de gobierno.
Pero, enfatizó, tocará a las mujeres rurales y a sus organizaciones vigilar que los pocos recursos que se destinan a los programas que directamente les corresponden no se diluyan en otras prioridades, y una forma de lograrlo es exigir que el dinero se etiquete.