MARTES Ť 16 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Rechaza la organización el uso del maíz terminator; dañaría a los agricultores

Cautela con transgénicos, recomienda la FAO; en 20 años se determinará si son perjudiciales

Ť Evitar la siembra de productos genéticamente modificados ''quita competitividad" al país, afirma el subsecretario de Desarrollo Rural de la Sagarpa

MATILDE PEREZ U.

El director de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en México, Augusto Simoes Lopes, manifestó que hay que tratar con cautela las semillas y productos transgénicos, y esperar entre 15 y 20 años para determinar que no tendrán efectos negativos en la salud humana y en el medio ambiente.

La FAO, abundó, defiende el derecho de los agricultores a participar de las ganancias por el manejo de los recursos fitogenéticos. La biotecnología es un avance científico, pero hay que actuar con precaución. En el caso específico del maíz BT, conocido como terminator, no "estoy de acuerdo con su uso porque generaría dependencia de los agricultores hacia las empresas productoras de esa variedad. Es una situación en la que hay que actuar con mucha reserva", insistió.

Semillas transgénicas permiten reducir el uso de agroquímicos

Para el subsecretario de Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Antonio Ruiz García, evitar la siembra de productos transgénicos "quita competitividad" al país y a los productores.

Argumentó que una semilla transgénica permite la reducción del uso de agroquímicos y mejora la productividad, lo cual implica ahorrar recursos.

"Los transgénicos tienen su lado malo y bueno, pero lo que no podemos seguir permitiendo es que México continúe perdiendo viabilidad frente al mercado externo", expresó. En el país, recordó, se declaró una ''moratoria" en la siembra de semillas transgénicas.

A unas horas de que se celebre el Día Mundial de la Alimentación -16 de octubre- y en el marco de la presentación del informe El estado mundial de la agricultura y la alimentación, que elaboró la FAO, el representante de dicho organismo en México lamentó que en el planeta casi 800 millones de personas sigan "atrapadas en un ciclo desesperado de hambre y pobreza".

Simoes Lopes destacó que de continuar muriendo de hambre tantos millones de personas no habrá desarrollo ni progreso duradero en el combate a la pobreza. Además, informó, un estudio reciente reveló que si los países en desarrollo, cuya población tiene una elevada tasa de desnutrición, hubieran aumentado la alimentación a niveles adecuados, el PIB de los últimos 30 años se habría incrementado hasta 45 por ciento.

"No digo que tengamos que combatir el hambre simplemente por motivos económicos, pero creo que es importante reconocer que el hambre merece, por lo menos, la misma atención que la pobreza, cuando consideramos las prioridades de desarrollo mundiales", expuso.

Simoes hizo un llamado a todos los países del mundo a combatir la pobreza y el hambre. Sin embargo, subrayó, la respuesta no únicamente reside en aumentar la producción de alimentos. "El mundo dispone de suficientes alimentos para dar de comer a los hombres, mujeres y niños del planeta. Si los alimentos se dividieran en partes iguales entre los habitantes del globo terráqueo, cada uno consumiría 2 mil 760 calorías, lo que equivale a 17 por ciento más de calorías que hace 30 años, las cuales son suficientes para tener una vida sana y productiva."

En el caso de México, mencionaron los subsecretarios de Prospectiva, Planeación y Evaluación de la Secretaría de Desarrollo Social, Gonzalo Robles Valdés, y de Desarrollo Rural de la Sagarpa, Antonio Ruiz García, se tienen programas para producir los alimentos necesarios para la población, y acciones para mejorar las condiciones de los más desfavorecidos.

Sin embargo, las cifras continúan mostrando el reto al que se enfrenta el gobierno federal, ya que en el sureste del país se concentra la población con mayor desnutrición, la cual se refleja en bajo peso y talla.

Robles Valdés señaló que en 1988 el bajo peso afectaba a 14 por ciento de la población menor de cinco años, promedio nacional, y en 1999 a 7.5 por ciento. En ambos casos, añadió, el mayor número se concentró en las zonas rurales.

Ruiz García aseguró que la lógica en el combate a la pobreza y la producción suficiente de alimentos para la población ha cambiado. Por ello, agregó, ya se establecieron programas para 91 regiones prioritarias, en las que habitan 21 millones de los 25 millones de personas que viven en pobreza extrema.

En otro evento, el presidente de la Confederación Nacional Campesina, Heladio Ramírez López, señaló que apoyará la propuesta de los legisladores del PRI para elevar a rango constitucional el derecho a la alimentación. "El acceso de los mexicanos a una segura, adecuada y suficiente alimentación es un derecho que inexplicablemente se ha postergado, a pesar del interés manifiesto por combatir la desnutrición, detener el número de muertes y propiciar el desarrollo físico y mental de las personas