LUNES Ť 15 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť El programa nacional del ramo, continuación del salinismo, opina investigadora
La educación no será la más alta prioridad para Fox
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
El Programa Nacional de Educación demuestra que el tema educativo no será la más alta prioridad del gobierno, ya que presenta pocas novedades, no se propone abrir un debate de cómo hacer cambios profundos en el sistema educativo y prácticamente da continuidad a las políticas comenzadas en el régimen salinista, señaló la investigadora Aurora Loyo.
Al analizar el programa presentado hace dos semanas, la académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM dijo que destaca el hecho de que el lenguaje utilizado en el plan educativo haya sido "muy cuidado" para no ocasionar enfrentamientos ideológicos ni políticos en materia educativa.
Indicó que luego de las críticas que el presidente Vicente Fox recibió durante su campaña política por haber cuestionado la educación laica, en el programa de gobierno se refrendan los principios del artículo tercero constitucional sobre el carácter laico y gratuito de la educación pública.
Con esta decisión, dijo, los grupos que podrían estar más descontentos serían los panistas más conservadores, los empresarios y organismos como la Unión Nacional de Padres de Familia, que esperaban que Fox promoviera cambios más afines a sus propuestas.
Para la experta en políticas educativas, aunque el programa educativo tiene algunas propuestas "interesantes", demuestra que este sector no será prioritario para el gobierno, como tampoco lo fue para los anteriores.
Sin embargo, consideró que esta posición del gobierno de Fox es realista porque para poder hacer grandes transformaciones se requieren recursos económicos con los que no cuenta esta administración, sobre todo en medio de la recesión económica.
"Fox no puede abrir un debate en educación, porque para hacerlo necesita condiciones políticas y económicas que no tiene ahora. En tiempos de Salinas, esto se pudo hacer porque había recursos económicos, lo que sirvió para subir el salario de los maestros y hacer programas novedosos", afirmó.
Loyo señaló que, en consecuencia, el documento se apega mucho a los lineamientos del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, firmado a principios de los noventa, que puso el acento en el federalismo educativo. El documento, insistió, está redactado para no suscitar polémica.
Documento extenso y poco difundido
En opinión de la investigadora, el programa de educación es muy extenso (casi 200 páginas), lo que evita su conocimiento rápido y la apertura del debate. "No hay una buena campaña de difusión; se debería hacer un documento que resuma el anterior para que se pueda conocer en las escuelas", aseveró.
El programa también carece de propuestas concretas para mejorar la situación del magisterio, ya que no se menciona el problema del envejecimiento de la planta de docentes ni se proponen mecanismos novedosos para su preparación y actualización.
Explicó que el documento plantea, por ejemplo, la revisión del programa de estímulos denominado Carrera Magisterial; sin embargo esto no es nuevo, ya que desde hace años se ha planteado su evaluación y posibles modificaciones.
Tampoco reconoce mucho la labor del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Indicó que el programa del gobierno anterior inclusive citaba los diez puntos para asegurar la calidad de la educación que fueron propuestos por el gremio magisterial.
Entre las novedades que presenta el documento, mencionó el mayor peso que la SEP pretende dar a los padres de familia para que puedan participar en la educación, al grado de que se propone metas "muy ambiciosas", como que en 2006 estén funcionando bien y no en el papel 35 mil consejos escolares y 2 mil 200 municipales.
Sobre el compromiso de invertir en educación una cantidad equivalente a 8 por ciento del producto interno bruto, refirió que se presta a la manipulación de las cifras, sobre todo en el gasto educativo que hace el sector privado. Además, explicó, esta meta puede redefinirse y sería comprensible, en caso de una crisis económica.