JUEVES Ť 11 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Critican en un documento los efectos de la globalización

Pobreza y fundamentalismo, retos de la humanidad en este milenio: obispos

JOSE ANTONIO ROMAN

Los añejos problemas de la pobreza, la violación a los derechos humanos, los conflictos étnicos y el subdesarrollo siguen siendo una tarea pendiente de la humanidad en este inicio de milenio, al igual que el resurgimiento de los "fundamentalismos religiosos", señala el Instrumentum laboris, documento con el que trabajan los casi 250 jerarcas eclesiásticos reunidos en el Sínodo Mundial de Obispos que desde el pasado 27 de septiembre y hasta el 27 de octubre se realiza en el Vaticano.

Además, destaca que los efectos de la globalización ya se escuchan con la despiadada lógica de programas económicos inspirados en un "liberalismo desenfrenado" que hace a los ricos siempre más ricos y a los pobres siempre más pobres, excluidos de los programas de desarrollo, al punto que algunos hablan ya de un "nuevo desorden mundial".

Por otra parte, el Servicio Vaticano de información adelantó en su página de Internet que este jueves el papa Juan Pablo II, junto con la asamblea plenaria del sínodo, realizará una oración especial por la paz en el mundo, a un mes exacto de los actos terroristas en Estados Unidos que costaron la vida a más de seis mil personas.

Asimismo se elevarán seis intenciones de oración: por los difuntos; los gobernantes; la conversión de los terroristas; los parientes de las víctimas; los que han participado en las operaciones de socorro, y por los "hijos de Abraham", es decir, judíos, musulmanes y cristianos.

Por la noche de este jueves, según reporta la sala de prensa del Vaticano, el Papa recitará el rosario con los padres sinodales en la misma aula en el que se están desarrollando las sesiones.

Durante el tiempo que durará el sínodo, los casi 250 asistentes debaten sobre cómo debe ser el obispo que necesita la Iglesia para el tercer milenio; para ello, realizan un profundo análisis de la realidad política, económica, cultural y religiosa a que se enfrenta el obispo en el mundo posmoderno, cambiante y dinámico.

Al presentar el documento de trabajo, titulado El obispo, servidor del Evangelio de Jesucristo para la esperanza del mundo, se insiste en que la Iglesia católica atraviesa el umbral de la esperanza en los comienzos del tercer milenio, con una particular atención a la humanidad de hoy, compartiendo alegrías y esperanzas, tristezas y angustias, pero sabiendo que posee la palabra de salvación. Sin embargo, hay que reflexionar a qué mundo son enviados los obispos para anunciar el Evangelio.

Recuerda que constantemente los medios de comunicación muestran rostros de desesperación: de niños privados de la necesaria nutrición y muchas veces indignantemente explotados, de jóvenes y menores a los cuales se les niega la educación y se les obliga al trabajo; rostros de mujeres privadas de la propia dignidad, rostros de miles de personas pobres que buscan en la emigración una esperanza para el futuro y refugiados en busca de una patria; rostros de indígenas privados de sus tierras.

Tampoco han sido superados los conflictos que al final del siglo y del milenio pasado han provocado muerte y destrucción, emigración, pobreza, luchas étnicas y odios tribales, dejando muerte y heridas profundas en el cuerpo y en el espíritu.

"Todavía no se han cicatrizado las laceraciones de algunos recientes conflictos locales que han dividido profundamente culturas y nacionalidades, llamadas a integrarse en un diálogo de paz. Cada tanto afloran fundamentalismos religiosos, enemigos del diálogo y de la paz", dice parte del numeral 18 del documento, en el que analiza la realidad social y religiosa del mundo moderno.

El texto de trabajo sinodal cuenta con cinco capítulos, que van desde la visión general de la situación que vive el mundo, hasta el diálogo que debe dar la Iglesia con la sociedad misma y con el resto de las iglesias, en una tarea auténtica de ecumenismo, pasando desde luego por el papel que debe desempeñar el obispo en el inicio de este complicado y difícil tercer milenio.