JUEVES Ť 11 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť En su visita formal al Senado, el gobernante capitalino ignora críticas de Cantón Zetina
Insiste López Obrador en la reforma política para el DF y en cambio de política económica
Ť Requiere el país de un programa emergente ante la actual situación del país, dice
ANDREA BECERRIL Y ELIA BALTAZAR
En su primera visita formal al Senado de la República, el jefe de Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, evitó confrontaciones y optó por insistir en la urgencia de una reforma política para el Distrito Federal y ofrecer a los legisladores la solución a los problemas que han tenido para construir la sede de esa cámara dentro del Proyecto Alameda.
Uno de los terrenos más importantes, dentro de ese proyecto, ubicado frente a la Alameda Central, es propiedad del Gobierno capitalino, "y nosotros estaríamos en la mejor disposición de ayudar para que ahí se pueda construir el edificio del Senado de la República", respondió López Obrador al panista Ramón Corral, quien le expuso las dificultades que han tenido porque se les pretende condicionar la operación de compra-venta a que acepten que una compañía extranjera se haga cargo de la construcción del inmueble.
La comisión senatorial del DF invitó a una comida al jefe de Gobierno en las instalaciones de la Torre de El Caballito, y se desarrolló en un ambiente de respeto y cordialidad, hasta que intervino, casi al terminar el encuentro, el priísta Carlos Cantón Zetina.
Antes lo habían hecho otros senadores del tricolor, con cuestionamientos fuertes en torno a las acciones del jefe de Gobierno. López Obrador aprovechó las preguntas para sacar a discusión temas que le interesan, entre ellos la necesidad de que el gobierno federal asuma la mitad de los 28 mil millones de deuda pública del Distrito Federal, porque 50 por ciento de la misma fue contratada por gobiernos anteriores al suyo, cuando había aún una regencia.
Al priísta Fernando Gómez Esparza, que lo cuestionó sobre cuál es la característica distintiva de su gestión, le dijo que es el manejo honesto y eficiente de los recursos públicos.
Pero el tono y los reclamos de Cantón Zetina fueron muy distintos, a tal grado que tensaron la reunión. Más que preguntar, el priísta dedicó la mayor parte de su larga intervención a acusar a López Obrador de tener un doble discurso, ambiciones políticas inconfesables, de mentir, de usar un cuantioso presupuesto para fines personales, "para ocultar sus verdaderas intenciones, que no son otra cosa que sueños guajiros de ser presidente de la República".
La mayoría de los senadores de todas las fuerzas políticas que asistieron a la comida se quedaron atónitos ante los virulentos ataques. "Se viste como ovejuno con ropajes federalistas, para que no lo vean como el lobo, o mejor como coyote, dirían algunos".
El jefe de Gobierno capitalino sólo sonreía, y en su turno advirtió que no le entraría a una confrontación a ese nivel. "Paso, o como dicen los jóvenes, zafo, no vengo a generar polémica, soy muy respetuoso del Senado de la República", y continuó respondiendo a las demás preguntas.
Los priístas marcaron de inmediato distancia con la actitud de Cantón Zetina. Incluso, el presidente de la Comisión del Distrito Federal, David Jiménez González, reconoció la labor del perredista. "La tarea y la responsabilidad no es menor, es extraordinariamente grande. Nosotros la comprendemos, señor licenciado López Obrador, pero también sabemos de esa voluntad y de ese espíritu que tiene para superar esos grandes retos", le dijo.
Ya de salida, López Obrador comentó a los reporteros que no le molestó el tono grosero del priísta tabasqueño. "Es natural en este noble oficio de la política", comentó.
Insuficiente, el acuerdo político nacional
Antes, durante su conferencia matutina, López Obrador consideró insuficiente un acuerdo político nacional como el convocado por el gobierno federal para enfrentar la situación económica actual, pues lo que se requiere es un replanteamiento frente las evidencias que advierten sobre el crecimiento cero en el país aún el año próximo.
"El acuerdo federal es, básicamente, una agenda, no un pacto -dijo-, y no tiene aterrizaje ni mucho menos metas en el corto plazo, cuando la situación amerita actuar pronto.
"Es necesario atender con mucha urgencia la situación económica del país". Y por eso, agregó, seguimos insistiendo en la necesidad de un programa emergente, porque "es indispensable un pacto entre todos los sectores de la sociedad para reactivar la economía, porque un año más con crecimiento cero no se va a aguantar y generará muchos problemas sociales".
Para este pacto, explicó, correspondería convocar a su firma al gobierno federal, pero también es necesaria la participación de las cámaras de Diputados y Senadores, así como los empresarios. "Hay cúpulas empresariales que están pidiendo una revisión en la política económica, pues con los mismo esquemas y métodos no se saldrá adelante".
Agregó que espera un cambio significativo en la política económica para el próximo año, pues incluso en Estados Unidos han virado en su ruta económica.
"Este cambio en el país vecino, dijo, se muestra en todo: en el aspecto fiscal, en el cobro de los impuestos, pues en lugar de cobrar más los están bajando. Además están otorgando subsidios a las empresas afectadas por la crisis económica para mantener lo más que se pueda la planta de trabajo."
Como ejemplo de lo anterior mencionó la situación de las aerolíneas comerciales: "No se puede competir con aquellas estadunidenses porque están recibiendo subsidio y ofreciendo precios más bajos en sus pasajes".
Por eso, agregó, dadas las circunstancias económicas, "es necesario hacer un replanteamiento, definir los rubros que tenemos que fortalecer por ser estratégicos y para no agravar el problema del desempleo. En suma, dijo, "plantear cómo vamos a atemperar los efectos de la crisis económica para que no siga creciendo la pobreza ni profundizando la desigualdad social".