JUEVES Ť 11 Ť OCTUBRE Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
ES INJUSTO, PERO casi inevitable, que, en estos tiempos de abundante teatralización política, la suspicacia acompañe de inmediato aquellos acontecimientos de sangre o de escándalo cuyas primeras consecuencias sean justamente de ganancia política o electoral para el presunto afectado.
UNA INJUSTICIA DE esas podría estarse dando en Michoacán. El priísta Alfredo Anaya Gudiño, candidato a gobernador, protagonizó un turbio episodio en el que apareció como víctima de un atentado. El incidente se habría producido a una hora y cinco minutos del inicio de un debate que sería el segundo de ese género y en el que participarían el mencionado Anaya Gudiño, el panista Salvador López Orduña y el perredista Lázaro Cárdenas Batel.
SEGUN LAS PRIMERAS informaciones del caso, el candidato del partido tricolor habría sido atacado en un camino secundario que entronca con el tramo carretero que va del aeropuerto a la ciudad de Morelia. Anaya Gudiño había estado en la finca de su amigo Gerardo Martínez Gardiel, preparándose para el debate que, convocado por el Consejo Coordinador Empresarial de la entidad, se realizaría a las 14 horas en un hotel aledaño al Centro de Convenciones de la capital michoacana. Cuando ya se encaminaba a la cita, a bordo de una Suburban de vidrios polarizados, vio que le comenzaban a disparar desde una pick-up que se les había emparejado. De inmediato se agachó, al igual que el chofer. Los agresores, sin embargo, cometieron un error increíble: dispararon a la parte trasera de la camioneta -que es el sitio en donde habitualmente viaja Anaya Gudiño- y no a la delantera en la que esta vez, por excepción, dado que sólo iba acompañado por su chofer, José Ortiz, se había instalado el candidato. Ese cambio de posición fue milagroso. Los pistoleros dejaron cuatro orificios de bala en la Suburban, dos en los vidrios traseros y dos en los correspondientes a las puertas laterales traseras, según información dada por David Romero Ceyde a través de un portal electrónico periodístico.
NO FUE EL UNICO prodigio del día. Aparte de no tomar la precaución de fijarse exactamente en qué lugar iba sentado el candidato -la parte delantera de la camioneta no llevaba vidrios polarizados- ni la muy elemental de insertar más disparos rumbo al presunto blanco -más en una zona donde los cuernos de chivo suelen dejar abundancia de proyectiles hasta en las venganzas o enfrentamientos de más baja ralea-, los aspirantes a sicarios ni siquiera cumplieron la elemental regla de acercarse a rematar a sus víctimas por encargo o de cazarlas al instante en caso de intento de huida, así que Anaya Gudiño pudo escapar con facilidad: "de inmediato pensé en ponerme a salvo. Abrí la puerta de la camioneta, me bajé y me eché a correr (...) Corrí hacia la carretera (que va del aeropuerto a Morelia), me encontré un auto particular y les pedí auxilio". Luego le alcanzaron algunos de sus amigos y colaboradores y le llevaron a su casa, en el fraccionamiento Cumbres de Morelia. A pesar de tantos equívocos, Anaya Gudiño no tiene dudas del sentido del incidente: "Ellos sabían a lo que iban... me querían matar", fueron sus primeras palabras a periodistas.
DE INMEDIATO SE produjeron las naturales condenas a todo acto de violencia política, y los partidos, de manera especial el de la Revolución Democrática, exigieron investigaciones a fondo para esclarecer los hechos. De entrada aparecen cuando menos tres hipótesis: una, que el candidato del tricolor haya sido agredido por alguno de sus adversarios políticos, quienes de esa manera quisiesen evitar su presumiblemente molesta competencia; dos, que sea un ajuste de cuentas relacionado con priístas desplazados o con el poder del narcotráfico que allá ha penetrado profundamente la estructura gubernamental y algunas actividades priístas y, tres, que se trate de un autoatentado, con el que se pretenda envenenar el de por sí muy exacerbado clima político local y subir los bonos de un candidato que va a la cabeza nada más en los sondeos de opinión que él mismo se ordena hacer al gusto.
EN ESPERA DE QUE SE den a conocer los primeros resultados de las investigaciones oficiales que haga el gobierno de Víctor Manuel Tinoco Rubí (el principal promotor de la campaña de Anaya Gudiño), queda claro que este incidente añade alta tensión a una contienda desigual, en la que el grupo priísta dominante de la política michoacana está dispuesto a llegar a los extremos que sean necesarios con tal de conservar un poder político bajo el cual florecen negocios de variada índole, en especial los relacionados con el narcotráfico.
ESA ALIANZA DE complicidades ha sido puesta en riesgo por la candidatura de Lázaro Cárdenas Batel, a quien no han podido desgastar las acusaciones de cacicazgo familiar que se desprenden de la persistencia del apellido paterno en la política michoacana. Por el contrario, esa candidatura ha atraído a sectores priístas que han dejado su partido para aliarse con el hijo del ingeniero y nieto del general. Para tratar de contrarrestar esos avances, el grupo priísta dominante ha sostenido una guerra sucia de tintes xenófobos, racistas y de conservadurismo religioso extremo. Ahora, al instalar los peligros de la violencia política, mediante el presunto atentado al candidato tricolor, se envía también al cardenismo perredista un mensaje ampliamente conocido (recuérdense los antecedentes salinistas de 1988), el de las balas como mecanismo extremo para frenar campañas opositoras desbordadas.
ASTILLAS: NO SOLO HAN CAIDO dos torres en Nueva York, sino también una parte de la antorcha de la Estatua de la Libertad, pues ayer las grandes cadenas de televisión anunciaron que ya no difundirán directamente mensajes pregrabados de Osama Bin Laden, ante el riesgo que la Casa Blanca les hizo ver, de que lleven contenidos cifrados. A partir de ahora, todo lo que diga el citado declarante será pasado por rigurosa censura, conforme a lo pedido por Condoleezza Rice, la consejera de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Aquí, en México, Ƒquién será nuestra Condoleezza? ƑUsará faldas o pantalones?.. No son estas las primeras evidencias de restricciones a la libertad de expresión en el país que se jactaba de llevar solitaria delantera en el tema. Por ejemplo, nunca han sido pasadas por televisión escenas crudas de la tragedia del 11 de septiembre, como las que los implacables periodistas estadunidenses solían conseguir de toda desgracia que ocurriera fuera de sus fronteras... Viajar en estos momentos al extranjero, cuando la casa necesita cuidado y confianza. Buscar entrevistas con líderes mundiales, cuando a estos les interesa un solo tema, que no se llama México. Poner en peligro la figura presidencial, paseándola por los aires hoy más peligrosos que nunca. Todo con tal de seguir alimentando el sueño del liderazgo mundial, del destino personal manifiesto... Es posible que, como dice la policía, se trate sólo de un pleito entre particulares, pero es llamativo el crimen cometido ayer en Querétaro contra tres personas en una casa en la que había propaganda y fotografías zapatistas...
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