JUEVES Ť 11 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Prohíbe el talibán que Bin Laden lance una jihad
Intensos bombardeos en Kabul; 76 muertos y cerca de 100 heridos
Ť Varios dirigentes del régimen y dos familiares del mullah Mohammad Omar, entre las víctimas, según Washington
Ť Nuestra fe derrotará a EU, dice el líder afgano
REUTERS, AFP, DPA Y AP
Kabul, jueves 11 de octubre. Cientos de explosiones volvieron a sacudir esta madrugada Kabul, en los más fuertes ataques lanzados por Estados Unidos sobre esta capital. La academia militar talibán resultó dañada sin que las baterías antiaéreas hayan logrado contrarrestar la ofensiva, en bombardeos que se extendieron a Kandahar y una base militar en Shamshaad, provincia oriental de Nangarhar.
Tras los continuos e intensos ataques aéreos masivos sobre Kabul y Kandahar, entre otras ciudades y objetivos en Afganistán, Washington afirmó que en los primeros bombardeos del domingo murieron varios dirigentes talibán, entre ellos dos familiares del líder supremo mullah Mohammad Omar.
El régimen afgano no respondió a las supuestas bajas en su liderazgo o de la familia de Omar, al aclarar que "sólo hemos permitido que Osama Bin Laden emita declaraciones", pero que se mantiene la prohibición de usar el territorio afgano para actos contra otros países. Es decir, pareció dar marcha atrás a un comunicado de ayer de que los bombardeos estadunidenses despejaban las restricciones para que el líder de Al Qaeda lanzara una guerra santa desde aquí.
En cambio, el mullah Omar instó a los musulmanes de todo el mundo a ayudar a Afganistán a resistir los ataques estadunidenses, y confió en la fe para ayudarlos a salir victoriosos, en lo que fue su primer mensaje desde que Occidente inició la ofensiva el domingo, en una emisión grabada y enviada a la Voz de América y la radio de la BBC.
"Los musulmanes deben disociarse (de Estados Unidos). Todo musulmán que tenga una profunda fe debe actuar de forma decisiva contra el poder egoísta", expresó, por lo que pidió se ayude y apoye en lo que se pueda al Emirato Islámico de Afganistán. En su mensaje añadió que "Estados Unidos usa sus armas más modernas, pero tenemos la mejor arma para derrotarlos, nuestra fe musulmana".
Un alto funcionario estadunidense afirmó que en los primeros bombardeos del domingo emprendidos por Estados Unidos y Gran Bretaña causaron la muerte de varios dirigentes talibán. Según esta fuente, que pidió no ser identificada en Washington, dos familiares hombres del líder supremo Mohammad Omar fueron abatidos en su casa de Kandahar, y un destacado líder talibán murió en los ataques cerca de Mazar-e-Sharif, en el norte.
Residentes afganos reconocieron que los ataques han sido constantes e imparables y que casi no hay donde protegerse, mientras que el régimen islámico talibán admitió que las incursiones de los aliados han provocado hasta el momento un saldo de 76 muertos y unos 100 heridos entre la población civil.
Los bombardeos más intensos se concentraron en Kabul y Kandahar, por cuarta noche consecutiva. Según testigos, unas 30 bombas cayeron sobre la capital del país, algunas en el centro y otras en la zona del aeropuerto, en donde se observaban gigantescas llamas en la madrugada del jueves, sin determinarse los daños o víctimas.
En lo que se considera como el mayor ataque hasta ahora contra Kabul, se escucharon explosiones alrededor de una academia militar del talibán, de unidades de artillería y presuntos campos de entrenamiento. Edificios ubicados a kilómetros de distancia se estremecieron ante la furia del estruendo.
En paralelo, otra oleada de bombas cayó sobre Kandahar, el bastión militar de la gobernante milicia talibán. En este caso, se estimaba que la ciudad fue atacada con misiles crucero, ya que previamente no se vieron ni escucharon los aviones militares en la región, en lo que fue otro intenso ataque.
En estos ataques fueron alcanzadas dos zonas residenciales por misiles cruceros, una en el norte de Kabul, y otra cerca de la ciudad de Kandahar, que causaron la muerte de varios civiles. Se habló de "decenas de víctimas" durante las incursiones del miércoles.
Estos bombardeos siguieron a una secuela de ataques contra al menos cinco provincias y contra las princiales ciudades del país centroasiático.
En contraste con algunos comentarios de que los ataques masivos de Occidente han sido devastadores, un residente de Kabul contactado por teléfono por Dpa habría afirmado que pese a los bombardeos la situación era "tranquila y no se ha registrado un éxodo de la población", y que incluso los bazares estaban llenos, la gente atendiendo sus asuntos y con la moral alta.
Voceros del talibán, que han reconocido fuertes explosiones en las ciudades y que los aviones atacantes han sobrevolado a baja altura, admitieron 76 muertos y un centenar de heridos entre los civiles. Sin embargo, mantuvieron su posición de no admitir bajas militares.
La agencia Afghan Islamic Press (Aip) contabilizó 28 muertos en Kandahar, 25 en Kabul, seis en Jalalabad, dos en Herat, ocho en Mazar-e-Sharif y siete en la provincia de Farah, donde se halla el estratégico aeropuerto de Shindand, que da el total de 76.
Las baterías antiaéreas afganas volvieron a ser activadas en cada ataque, pero mostraron poca capacidad de fuego, posiblemente porque se hallan diezmadas. Aunque el embajador afgano en Pakistán, Abdul Salam Zaeef, atribuyó la imposibilidad de alcanzar los aviones estadunidenses al hecho de que "vuelan demasiado alto", y de que su sistema de defensa no es tan sofisticado ni moderno.
Tras negar que esos sistemas de defensa hayan sido destruidos, afirmó que mientras Washington siga derramando la sangre del pueblo afgano, Estados Unidos será más inseguro. Reafirmó la capacidad de combate de los afganos, como lo atestigua la historia, y llamó a los musulmanes en territorio estadunidense a expresar su rechazo a las "atrocidades" contra los afganos.
Reiteró que el líder Mohammad Omar y Bin Laden se hallan a salvo y seguros y que "los sueños de Estados Unidos no van a ser realidad". Y respecto a la oposición armada, dijo que no ha avanzado, en tanto se reportaba que la milicia talibán repelió uno de sus ataques en Tulak y le causó cerca de 40 bajas.
El derrocado mandatario afgano, Burhanduddin Rabbani, llegó a Tadjikistán para entrevistarse con el presidente de esa ex república soviética, Emomali Rajmonov. Según se dijo, Rabbani examinó con su anfitrión la actual ofensiva estadaunidense contra el talibán, y se declaró en favor de que el ex rey afgano Mohammad Zahir Shah desempeñe un papel político una vez derrocado el régimen talibán.
La opositora Alianza del Norte, que insiste en que ha habido importantes deserciones en el talibán que han pasado a sus fuerzas, se declaró contenta, por conducto del general Mohammad Fahim, de los ataques estadunidenses sobre el talibán. Sin embargo, se declaró contraria a que tropas terrestres occidentales entren al país, ya que ellos estaban listos para entrar en acción.