JUEVES Ť 11 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Oportunidad "única" para liquidar a otros enemigos de EU, considera el Pentágono
Ampliar la "nueva guerra", debate entre el Departamento de Estado y el de Defensa
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 10 de octubre. El gobierno de Estados Unidos está considerando lanzar ataques militares, abiertos o encubiertos, contra supuestas bases terroristas en Irak, Líbano, Filipinas, Indonesia y Malasia, según diversas fuentes oficiales entrevistadas aquí y versiones publicadas en los medios de comunicación nacionales.
"Hay un grupo de funcionarios del Pentágono que opinan que la guerra contra el terrorismo debería ampliarse y fijar objetivos en otros Estados", dijo una fuente de alto nivel con conocimiento de los debates en el Departamento de Defensa.
Aquellos que argumentan a favor de una acción más amplia creen que esta coyuntura es una oportunidad única para que Estados Unidos logre debilitar e incapacitar no sólo a las organizaciones vinculadas con los ataques del 11 de septiembre, sino a otros "enemigos" del país. "Este es un debate que se está dando entre el Pentágono, que desea ampliar la guerra, y el Departamento de Estado, que se preocupa de que una ampliación de la guerra podría debilitar la coalición internacional contra el terrorismo", refirió esta fuente a La Jornada.
El presidente George W. Bush hizo mención indirecta de la posibilidad de ampliar la guerra declarada contra el terrorismo cuando advirtió esta semana que "cualquier gobierno que patrocina a quienes están fuera de la ley y a los asesinos de inocentes" podría enfrentar ataques en su contra. La Casa Blanca notificó oficialmente a la Organización de Naciones Unidas que podría ejercer acción contra "otras organizaciones y otros Estados" en su esfuerzo de "autodefensa", como parte de su "nueva guerra" contra el terrorismo.
El secretario de Estado, Colin Powell, dijo hoy que no hay planes inmediatos de acciones militares contra países en el sudeste asiático. Pero, en conferencia de prensa, reiteró: "esta es una campaña contra la red de Al Qaeda -que está ubicada en muchos países-, y su líder, Osama Bin Laden. Pero también es una campaña contra el terrorismo, donde quiera que exista en el mundo".
Desde la declaración de la "nueva guerra" la pregunta ha sido cuáles serán los enemigos, más allá de Bin Laden y el régimen talibán de Afganistán. La semana pasada el Departamento de Estado publicó nuevamente una lista de 28 organizaciones consideradas "grupos terroristas", pero los funcionarios aquí han advertido que no se debe suponer que esta batalla se realizará contra todos ellos. Señalan que Bush ha afirmado que su gobierno se enfocará sólo sobre aquellos grupos terroristas que operan globalmente.
La cadena CNN reportó este miércoles que más allá de Afganistán, un posible objetivo podría ser el intento de capturar o matar a Imag Mugniyah, fundador de la milicia Hezbollah de Líbano y acusado del ataque con bomba contra las instalaciones de los marines de Estados Unidos en Líbano en 1983, donde murieron 241 soldados.
Al respecto, The New York Times reportó hoy, en una de sus notas principales citando a fuentes oficiales, que otros objetivos posibles podrían incluir a los grupos "terroristas" con vínculos con el fundamentalismo islámico en Filipinas, Indonesia y Malasia.
Pero Irak se mantiene como uno de los objetivos más probables. John Negroponte, embajador de Estados Unidos ante la ONU, entregó personalmente una advertencia al gobierno de Irak el pasado fin de semana, en el que indica que cualquier movimiento militar del régimen de Bagdad, aun contra opositores en su interior, podría provocar una respuesta bélica de Estados Unidos.
"Habrá un ataque contra ustedes y serán derrotados", amenazó Negroponte a su contraparte iraquí en una reunión en la ONU, según The Washington Post. Aunque los funcionarios estadunidenses insistieron otra vez hoy en que esta advertencia no era un anuncio preliminar de una acción militar contra Irak, el canciller iraquí, Naji Sabri, declaró a la cadena de televisión Al Jazeera que su gobierno consideraba la advertencia como un pretexto para ampliar la "nueva guerra".
Hay un número notable de funcionarios del gobierno de Bush que opinan que la administración del padre de Bush se equivocó al no eliminar a Saddam Hussein en la Guerra del Golfo Pérsico, lo que aquí se califica como "la agenda inconclusa". Según algunas fuentes en esta capital cercanas a este debate, esos funcionarios presionan ahora para ampliar la guerra contra el terrorismo e incluir Irak, señalando los presuntos esfuerzos de ese gobierno para desarrollar armas biológicas y otras iniciativas vinculadas con el terrorismo.
Estos funcionarios también están alegando versiones según las cuales agentes de inteligencia iraquíes se entrevistaron con por lo menos uno de los aeropiratas involucrados en el ataque del 11 de septiembre, lo que ofrece una justificación para atacar a Irak.
Pero aun los británicos se han mostrado renuentes a incluir a Irak en esta campaña y un alto funcionario de la cancillería de Londres informó hoy a la agencia Reuters que el gobierno del primer ministro Tony Blair no ve ninguna prueba de que el gobierno de Saddam Hussein estuviese vinculado con los ataques del 11 de septiembre.
De acuerdo con otras fuentes, también se han dado debates en Wshington sobre la posibilidad de un despliegue de tropas de fuerzas especiales estadunidenses en Líbano para atacar las sedes de las organizaciones terroristas. Tal escenario, según varios analistas aquí, tendría entre sus objetivos capturar al líder de Hezbollah.
"Durante semanas, el Pentágono ha estado sugiriendo ataques contra Irak o Líbano", comentó una fuente con conocimiento de esas discusiones. Pero advirtió que el Departamento de Estado ha resistido tales propuestas argumentando que esos ataques podrían enajenar o provocar incluso una ruptura de la coalición de Estados que han declarado su apoyo al esfuerzo de guerra estadunidense. También podrían intensificar tensiones internas en algunos países aliados claves en la zona de conflicto, como Arabia Saudita, Pakistán y Egipto.
Más allá de esta región, fuentes oficiales estadunidenses informaron a The New York Times que están considerando ampliar la guerra para incluir blancos como el grupo Abu Sayyaf, en Filipinas, y el Laskar Jihad, en Indonesia, entre otros. El rotativo citó a funcionarios estadunidenses alegando que ambos grupos han recibido asistencia financiera de Al Qaeda, el grupo de Bin Laden.
La estrategia de ampliar la guerra contra el terrorismo, sostuvo una ex funcionaria entrevistada por La Jornada, otorgaría mayor credibilidad a la nueva guerra y tendría sentido si el objetivo de largo plazo es enfrentar a los "grupos criminales internacionales", y no sólo a los responsables del ataque del 11 de septiembre. Pero aunque señaló que esos argumentos a favor de una ampliación tienen mérito, advirtió que también podría desmembrar a la emergente coalición internacional contra Bin Laden, y acabar minando el apoyo internacional para la campaña estadunidense. "Puedo entender el mérito de ambos argumentos, y no estoy segura de cuál sería la mejor opción", comentó. Al parecer, Bush tampoco ha decidido.