Ť Realizaron importantes aportaciones al ''mecanismo de control del ciclo celular''
Otorgan el Nobel de Medicina y Fisiología a un estadunidense y dos británicos
Ť Hartwell, Hunt y Nurse abren nuevas esperanzas para el tratamiento del cáncer
AFP, AP, DPA Y REUTERS
Estocolmo, 8 de octubre. Por sus descubrimientos relativos al ''mecanismo de control del ciclo celular", el Premio Nobel de Medicina y Fisiología 2001 fue atribuido de manera conjunta al estadunidense Leland H. Hartwell y a los británicos R. Timothy Hunt y Paul M. Nurse.
Los tres científicos identificaron las móleculas claves que controlan ese ciclo, cuyo funcionamiento es el mismo en las levaduras, las plantas, los animales y el hombre.
Estos descubrimientos biológicos ''son fundamentales", pues permitirán, por ejemplo, comprender mejor las alteraciones del genoma en las células cancerosas, y abrir nueva vías para el tratamiento del cáncer, señaló el Instituto Carolino, organismo encargado de otorgar el premio.
''Estamos en la gloria", expresaron los estudiosos luego de conocer la noticia de su distinción.
''Los avances en la investigación sobre el cáncer no se logran en una noche, sino gracias a investigaciones de largo alcance, como las realizadas en el Imperial Cancer Research Fund (ICRF). Ahora tenemos una idea más clara de la manera como se desarrolla el cáncer, la cual será la base de futuras estrategias de tratamiento y de prevención sobre esa mortal enfermedad", declaró Paul Nurse, actual director de ese fondo.
''Estoy encantado con el premio; recompensa el trabajo de todo el equipo del Imperial Cancer Research Fund", expresó Tim Hunt, jefe de investigaciones de laboratorio en esa institución.
CDK-cíclicas, una simbiosis
Leland H. Hartwell, de 61 años, actual presidente y director del Fred Hutchinson Cancer Reserch Center de Seattle, es considerado por sus colegas un pionero en la comprensión del proceso de división celular.
''Antes del trabajo de Hartwell, las personas simplemente no comprendían cómo se regulaba la división celular", destacó el investigador James Roberts, del Howard Hughes Medical Institute de Cheve Chase, en Washington.
''Lo que hizo hace 25 años, añade Roberts, fue esencial para brindarnos la lista de los genes importantes involucrados en el control de la proliferación celular. Esto representó un valor inestimable para la interpretación y utilización actual de datos en la secuencia genética."
Asimismo ''brindó un cuadro lógico para comprender cómo esos genes cooperan y funcionan en conjunto para controlar la división celular. Además, no sólo se encargó de catalogar los genes, sino de comprender cómo funcionan".
Su trabajo ''es fundamental para las investigaciones sobre células cancerígenas y para la elaboración de un sistema que permita prevenir o invertir el proceso cancerígeno".
Paul Nurse, de 52 años, empezó a investigar a mediados de los años setenta por la vía que había abierto Hartwell, logrando identificar mediante métodos genéticos y de biología molecular uno de los factores claves de la regulación del ciclo celular, las quinasas (CDK), dependientes de las cíclicas y demostró que la función de las primeras se conservó a lo largo de la evolución. Las CDK activan el ciclo celular mediante una reacción química (la fosforilación) con otras proteínas.
Nurse pudo aislar, en 1987, el gene correspondiente en el hombre, que denominó CDK1.
Su colega Tim Hunt, de 58 años, fue recompensado por el descubrimiento de las cíclicas, proteínas que regulan la acción de las CDK.
Hunt descubrió la degradación de las cíclicas en el momento de la división celular, un mecanismo que es esencial para la regulación del ciclo celular.
La simbiosis CDK-cíclicas permite pasar de una fase a otra del ciclo celular. ''Las CDK podrían compararse a un motor, y las cíclicas a la caja de velocidades".
Los tres laureados compartirán 10 millones de coronas suecas (900 mil dólares) así como las insignias, las cuales recibirán el 10 de diciembre en Estocolmo, durante la ceremonia oficial de entrega de los Nobel.
El año pasado, el Nobel de medicina fue otorgado a los estadunidenses Paul Greengard y Erick Kandel, y al sueco Arvid Carlsson, cuyos trabajos permitieron comprender la enfermedad de Parkinson y los mecanismos de la memoria.