MARTES Ť 9 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť El renglón de servicios, importante en la decisión sobre la sede alterna: Morales Torres
En 2005, el AICM atenderá 27 millones 829 mil pasajeros
MARIA ESTHER IBARRA
La decisión final del aeropuerto alterno deberá atender aspectos como agua, drenaje, vialidades, transporte y recolección de basura, pues se estima que para el 2005 deberá atender 27 millones 829 mil de pasajeros -mexicanos y extranjeros- de 375 mil 094 vuelos nacionales e internacionales, planteó el diputado Marcos Morales Torres, presidente de la Comisión de Uso y de Aprovechamiento de Bienes y Servicios Públicos de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
Morales Torres estableció que ese volumen anual estimado para el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México incidirá no sólo en la atención de los usuarios en la sede alterna, sino también en aspectos de servicios que pudieran considerarse menores, pero que tienen una importancia económica y de viabilidad para determinar el lugar definitivo de la nueva terminal aérea.
Acorde con una postura de no definirse ni a favor ni en contra de los dos sitios propuestos, Morales Torres externó, no obstante, algunos argumentos desfavorables si se optará por Texcoco. "Si ésta fuera la decisión, el medio ambiente recibirá las emisiones de combustibles quemado que generan las aeronaves, lo que provocaría contaminación para la población asentada en esa zona conurbada de la ciudad de México".
Agregó que se "estaría irrumpiendo en el hábitat de las aves migrantes -patos básicamente- provenientes de Canadá, Estados Unidos y México, (y se ocasionaría) la destrucción del trabajo de 30 años de rescate de lo que queda del lago de Texcoco".
A favor de la tesis sumó el problema de la concentración demográfica en la periferia del aeropuerto y el consecuente incremento de la demanda de servicios básicos -drenaje, vialidades, transporte y recolección de basura, entre otros- que "de por sí ya resulta complicado satisfacer de manera adecuada".
El legislador perredista confió en que la decisión final de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (STC) en torno a la terminal aérea alterna considere sustancialmente los aspectos técnicos y no tanto los políticos, así como la sustentabilidad del Valle de México, entendiéndose ésta como base para un medio ambiente adecuado para los habitantes de la ciudad y área metropolitana.
La construcción de la nueva terminal aérea ha llevado a algunos diputados locales a tener que pasar por el ridículo, como fue el caso del asambleísta del PAN Jacobo Bonilla, quien la semana pasada invitó a la "fuente" a sobrevolar el ex vaso de Texcoco, para lo cual debieron realizarse ocho vuelos por el número de reporteros, camarógrafos y fotógrafos. No conforme con eso, unas horas después llegó a la sala de prensa acompañado del ex titular de Protección Ambiental del gobierno capitalino, Ramón Ojeda Mestre, y el también diputado local panista Walter Widmer, quienes se hicieron bolas para explicar su interés en el lugar en que quedará ubicada la nueva terminal área.
Pero un día después, a Bonilla se le quitó el interés, o por lo menos así pareció, al "dejar pasar" la oportunidad cuando hizo uso de la palabra durante la comparecencia del titular de la Secretaría de Obras, César Buenrostro. Pese a que ocupó todo el tiempo reglamentario y el derecho de réplica, eludió el asunto.
Desde su curul, el coordinador de la bancada perredista Armando Quintero le hizo notar su "olvido". Se dejó escuchar su voz: "ƑQué pasó Bonilla, no vas a hablar del aeropuerto?" Del otro lado del recinto legislativo, de por medio sólo el pasillo, el aludido no quiso darse por enterado. Incluso, cuando el también perredista Bernardino Ramos Iturbe abordó el asunto, Bonilla abandonó su curul para platicar con Federico Doring.
Y éste, que sí escuchó, le devolvió a Quintero: "Nosotros si sabemos corresponder, nosotros si sabemos cumplir".