MARTES Ť 9 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Ugo Pipitone

ƑY ahora qué?

ƑHay alguien a quien le guste la guerra? Excluyendo, naturalmente, a los confundidos y a los fabricantes de armas. No cabe duda de que el mundo sería un mejor lugar si estuviéramos todos dispuestos a poner la otra mejilla. Pero, sospecho, hay mejillas que no deben ser ofrecidas a enemigos con pulsiones homicidas. Por eso los santos son santos: por aceptar el propio martirio como acto de amor al hermano-asesino. ƑDebemos exigir lo mismo a nosotros? Más allá del respeto hacia Gandhi queda preguntarse si la no violencia habría llevado a la independencia de India de tener enfrente no Inglaterra, sino la Rusia soviética o la Alemania nazi.

El segundo argumento es el del hijo malcriado. De acuerdo, asesinó a una viejita para robarle sus ahorros, pero entendámoslo: ha tenido una infancia tan infeliz. Dicho de otra manera: el Padre-Occidente paga los costos de la mala educación de sus hijos desperdigados por el mundo. Y eso, francamente, me parece excesivo.

De acuerdo, la "normalidad" que Occidente ha construido a escala mundial no es aceptable para muchos, añadiría con toda razón. Pero reconozcamos también que el Padre no es omnipotente, que hay locuras que no dependen de él y con raíces más profundas que la entera historia de Estados Unidos: nuestro padre en el siglo XX, a veces ausente, a veces generoso y, en ocasiones asesino.

De cualquier manera hay "locuras" que deben ser detenidas, por muchas razones antiguas que puedan explicarlas. Si alguien se regocija por la muerte de seis mil personas inocentes, me parece medida de mínima sensatez evitar que mañana se regocije por la muerte de 60 mil.

Sin embargo, sé que por cada muerte civil en Afganistán es posible que Estados Unidos pague en el futuro un costo humano aún mayor. Y quiero suponer que lo sepan y que esto limite sus impulsos de revancha. No obstante, me atrevo a pensar que difícilmente podríamos considerar a los afganos en bloque como "inocentes". ƑLo fueron los italianos frente al fascismo? ƑLo fueron los españoles frente al franquismo? Nada está en blanco y negro salvo la fe.

Pero es igualmente obvio que no se pueden castigar con la muerte desvaríos colectivos. Y, sobre todo Ƒqué tienen que ver los niños, los indefensos? Dresde, Hiroshima y Nagasaki fueron infamias que no deben repetirse.

Pasemos a las consecuencias. Afganistán es importante, y a los ojos de sus sostenedores su revés podría hacer olvidar la vergüenza de sus realizaciones. La derrota talibán como una forma de redención patriótica frente a los retrocesos civiles alimentados por sus píos delirios. Repitámoslo: Afganistán es importante no solamente por su complicidad con la barbarie terrorista, sino también por ser hoy el máximo símbolo del islamismo realizado. El lugar donde la fe ha ido más lejos en ordenar la vida colectiva, y los resultados están a la vista.

Pero, por importante que sea Afganistán, la clave es Pakistán. Es ahí donde el fundamentalismo religioso tiene hoy mayor fuerza social en el escenario de Asia central. Y es un país con armas nucleares. La cuadratura del círculo es obvia: Ƒcómo estabilizar Afganistán sin desestabilizar Pakistán? Un país, por cierto, que desde su independencia ha sido teatro de fragilidad institucional y corrupción política. Y que ahora constituye una de las mayores reservas mundiales de fundamentalismo beligerante.

Como quiera que sea, a partir del ataque angloamericano contra las bases del terrorismo afgano todo se pone en movimiento en el mundo islámico. Y se perfilan dos grandes escenarios de enfrentamiento. El primero al interior de cada país de Medio Oriente y Asia central, entre los frágiles (y no siempre democráticos) ámbitos de laicismo y un integrismo religioso que pretende para sí todo el espacio. El segundo es el problema israelopalestino. Ha llegado el momento de aumentar la presión internacional sobre Israel para detener las injusticias contra el pueblo palestino y desarmar un conflicto que afecta al resto del mundo.