MARTES Ť 9 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Admite la alianza que no está segura de haber causado daños severos a bases talibán

La campaña antiterrorista durará años: Rumsfeld

Ť Bush tomó el viernes la decisión de atacar Afganistán, según Condoleezza Rice

DPA, AP, REUTERS Y AFP

Washington, 8 de octubre. Al menos 20 aviones estadunidenses y fuerzas navales lanzaron este lunes bombas y misiles sobre Afganistán por segunda noche consecutiva, pero el secretario de Defensa, Ronald Rumsfeld, intentó reducir las expectativas de una victoria rápida, señalando que la campaña contra el terrorismo podría durar "años", y sólo se detendrá cuando "las redes terroristas sean destruidas".

Estados Unidos comenzó el primer ataque militar en el marco de su operación Libertad Duradera la víspera, cuando caía la noche en Afganistán, pero la decisión de atacar ya había sido tomada el viernes por el presidente George W. Bush, según reveló hoy su consejera de Asuntos de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.

Sobre el balance de esa primera ofensiva, que en su primera fase está dirigida contra blancos del régimen talibán y de la red Al Qaeda del fundamentalista de origen saudita Osama Bin Laden, Rumsfeld señaló que hubo "progresos" en la destrucción de radares e instalaciones aéreas y de defensa antiaérea, pero admitió que no podía confirmar que todos los blancos seleccionados habían sido destruidos.

"Aprobamos individualmente cada objetivo, y todos fueron blancos militares. Hubo de 24 a 36 de esos objetivos", señaló en conferencia de prensa en el Pentágono.

En la misma conferencia, el jefe del Estado Mayor Conjunto, Richard Myers, precisó que 31 objetivos fueron alcanzados hasta la medianoche del domingo. "En general estamos contentos con los primeros resultados", dijo.

En Londres, funcionarios de Defensa británicos dijeron a su vez que los primeros ataques alcanzaron tres objetivos en Kabul, cuatro cerca de otras zonas urbanas y 23 en zonas remotas, pero "ni la población civil ni sus viviendas o bienes fueron considerados objetivos".

Myers y Rumsfeld dijeron que los ataques iniciales "degradaron" las defensa áereas del talibán, pero advirtieron que no hay indicios de que estén completamente destruidas, y tampoco de que las comunicaciones militares en el terreno hayan sido interrumpidas.

"Sanos y salvos"

attacks_military_54qHoras antes, el secretario de Defensa afirmó en declaraciones a la televisión que todos los aviones estadunidenses y británicos que participaron el domingo en el primer ataque regresaron sanos y salvos a sus bases, y que no hubo bajas, como tampoco "daños civiles" en Afganistán.

En la conferencia de prensa ninguno de los dos responsables militares mencionó el balance de muertos del lado talibán.

Rumsfeld reiteró que los bombardeos son sólo parte de una campaña más amplia contra el terrorismo, que "probablemente será sostenida por un periodo de años, no semanas o meses", y no se detendrá "hasta que las redes terroristas sean destruidas".

"Los regímenes que albergan terroristas y sus campos de entrenamiento deben saber que sufrirán las consecuencias. Nuestra meta no es un solo individuo ni un solo grupo", señaló.

Sobre las dificultades del ataque a Afganistán dijo que "los misiles y los bombardeos no van a solucionar este problema (...), lo que pueden hacer es contribuir agregando presión, haciéndoles la vida más difícil, aumentado el costo para los terroristas y quienes los apoyan, agotando sus finanzas", agregó.

"Debemos entender claramente lo que es posible en un país como éste. La Unión Soviética lo bombardeó año tras año. Gran parte es escombros." Los talibán "no tienen blancos de gran valor o activos de la clase que se presten para daños sustanciales desde el aire", explicó.

Sobre Osama Bin Laden, Rumsfeld estimó que es "casi seguro que se encuentra en algún lugar en Afganistán", pero insistió en que Estados Unidos se niega a "personalizar" la operación militar, pues si Bin Laden "desaparece hoy, sus lugartenientes continuarán la tarea".

También el general Myers confirmó que harán falta nuevos bombardeos, y previno contra la tendencia a calificar el éxito de las operaciones usando cifras. La presión sobre los talibán "será incesante, aunque no siempre cuantificable", señaló.

Señaló los blancos seleccionados hasta el momento como radares, fuerzas de tierra, centros de comando y control, instalaciones terroristas, aviones y pistas aéreas militares.

Las fuerzas utilizadas

Embarcaciones y aeronaves tanto de Estados Unidos como de Gran Bretaña participaron en los bombardeos y ataques con misiles el domingo, pero Myers dijo que este lunes las bombas y misiles Tomahawk y crucero fueron lanzados desde embarcacones en el mar y no desde submarinos británicos.

En las operaciones actuaron 10 bombarderos -espías o invisibles B-2, entre otros-, así como 10 cazabombarderos basados en portaviones. Londres había indicado que no había aeronaves británicas operando el lunes, aunque sus fuerzas seguían prestando apoyo a las acciones.

Los bombarderos estadunideneses que participaron en los ataques portaban inscripciones como "NYPD, nosotros los recordamos", en una punta del aparato, en homenaje a los hombres del Departamento de Policía muertos en el atentado del 11 de septiembre en Nueva York.

Esa información fue suministrada anoche por miembros de la tripulación de los aparatos, en una conferencia con periodistas reunidos en el Pentágono.

Vinny, como se identificó un oficial que operó el radar y arrojó bombas, dijo que durante la operación "me sentí muy orgulloso. Es como ser un jugador de futbol americano durante un campeonato importante".

Según Condoleezza Rice, Bush anunció al día siguiente de los atentados del 11 de septiembre su batalla "entre el bien el mal", pero recién el fin de semana siguiente, en la calma de su residencia de Campo David, estableció la estrategia múltiple con sus principales asesores.

El 2 de octubre decidió que la fase militar era inevitable, pero fue el viernes 5 que tomó la decisón final durante una última reunión con responsables militares.

Rice señaló que Bush verificó el sábado que todo estaba listo antes de dar la orden de despegue a los bombarderos, y en seguida telefoneó al primer ministro británico Tony Blair para informarle sobre la decisón. "Discutieron sobre la duración de las operaciones militares, pero la decisión la tomó el presidente", declaró la asesora.

Bombas y pan

Por otro lado, Rumsfeld negó que los bombardeos estén agravando la situación de los desplazados en Afganistán, al impedir las operaciones humanitarias de Naciones Unidas. "Los talibán están reprimiendo al pueblo afgano y contribuyendo a que se mueran de hambre; sugerir que lo que está sucediendo ahora es peor para el pueblo afgano sería una total falta de comprensión de lo que ocurre", expresó.

Rumsfeld confirmó que Estados Unidos busca no sólo eliminar a Bin Laden y Al Qaeda, sino también desplazar del poder a los talibán. "No hay dudas de que el grupo de gente que está estrechamente ligada a Al Qaeda, incluyendo al mullah Omar y sus lugartenientes, son dañinos y peligrosos para el mundo, y que Afganistán estaría mucho mejor sin ellos", manifestó.

También Bush destacó que paralelamente a los ataques se lanzan alimentos y medicinas para la población afgana, en el marco de un paquete de ayuda humanitaria a la población por poco más de 300 millones de dólares.

Menos de nueve horas después de que comenzaron los ataques del domingo, dos aviones de carga militares C-17 arrojaron 37 mil paquetes de ayuda humanitaria (que contienen lentejas, habas, grasa, ajo y condimentos como comino y pimienta), y se anunció que una cantidad similar iba a ser lanzada este lunes.

"Es la primera vez que escucho que alguien intenta alimentar al pueblo y al mismo tiempo destruir a su gobierno", dijo el legislador Ike Skelton, miembro de la comisión de las fuerzas armadas del Congreso estadunidense. "Creo que nunca antes se intentó algo así, pero es una estrategia excelente."

Pero según algunos, no sólo se han lanzado con anterioridad estos paquetes de ayuda, sino que también raramente llegaron adonde pudieran ser encontrados. De todos modos "estos lanzamientos suelen hacerse más por su efecto sicológico que por su valor alimenticio", publicó hoy el New York Times.

Junto con los paquetes de alimentos pronto se lanzarán miles de panfletos, en los cuales se avisa que quien ayude a los estadunidenses en la búsqueda de Bin Laden será "protegido y recompensado". Sin embargo, no dicen cómo puede contactarse con los estadunidenses un afgano dispuesto a contribuir en la detención del hombre más buscado del planeta.

En tanto, algunos expertos militares señalaron que pese a los avisos de que ésta es un nuevo tipo de guerra, la operación iniciada sigue hasta ahora un modelo clásico, aplicando la doctrina de "control estratégico del espacio aéreo".

Pero la continuación de las operaciones podría cambiar respecto a lo hecho en otras partes: Washington no tiene intención de lanzar una ofensiva frontal, como en Kuwait, ni de desplegar una fuerza como en Kosovo. "Estados Unidos debe jugar un rol en la gestión de un nuevo gobierno" en Afganistán, destacó el profesor Thomas Keany, de la Universidad Johns Hopkins.

Cuanto más se prolongue el conflicto, mayores serán las posibilidades de debilitar la coalición global antiterrorista, advierten otros: "el riesgo es que tengamos una repeticion del escenario Saddam Hussein", estima James Noyes, ex responable de asuntos de Medio Oriente en el Pentágono, en alusión a que el presidente iraquí gozó de un aumento de simpatía dentro de los países árabes tras la guerra del Golfo en 1991.