Ť En celdas para cinco internos duermen 20, informa Derechos Humanos
Sobrepobladas y con tráfico de drogas y armas, 13 de las 20 cárceles mexiquenses
Ť La mayoría de quejas por maltrato, de los penales de Nezahualcóyotl, Bordo de Xochiaca, Cuautitlán, Ecatepec y los dos federales, asegura el visitador Miguel Estrada
VICTOR BALLINAS ENVIADO
Toluca, Edomex., 7 de octubre. En los centros de Readaptación Social del estado de México existe hacinamiento debido a la sobrepoblación de entre 20 y 25 por ciento. Hay tráfico de drogas y los internos poseen armas blancas, muchas de éstas elaboradas por los mismos reos.
El segundo visitador de la Comisión de Derechos Humanos de la entidad, Miguel Angel Estrada Valdés, sostiene que de los 20 centros penitenciarios que existen en el estado hay sobrepoblación en 13, y la calificación que otorga a los penales mexiquenses es de cinco, porque no reúnen las condiciones necesarias para la atención de los presos.
Estrada Valdés, quien tiene a su cargo la situación de los penales, precisa que la población en las cárceles mexiquenses es de 10 mil 600 internos; 10 mil 81 son hombres y 519 mujeres. Explica: 95 por ciento son del sexo masculino y sólo 5 por ciento del femenino. Cuarenta por ciento de los reclusos hombres se encuentra en situación de procesados, es decir, 6 mil 119. En el caso de las mujeres, 55 por ciento se encuentra en esa situación.
El funcionario de la CEDH mexiquense expresa que uno de los problemas importantes en los centros penitenciarios es la sobrepoblación. Detalla, en entrevista, que en las visitas periódicas que esa dependencia realiza ha detectado que hay celdas para cinco internos y en éstas duermen hasta 20. Aquí no se cumple con el artículo 18 constitucional, que ordena separar a procesados de sentenciados. La ley obliga a que las personas que se encuentran sujetas a proceso judicial no convivan con los reclusos sentenciados; sin embargo, como en la mayoría de los penales del país, en el estado de México tampoco se cumple con ello, debido a que no se cuenta con las instalaciones adecuadas, con una sección para personas sentenciadas y otra para las que ingresan y están sujetas a proceso.
Estrada Valdés destaca que han disminuido las denuncias por maltratos, pero ello no quiere decir que este problema esté erradicado. Los principales centros penitenciarios en los que se reciben quejas por abusos y maltratos son: Nezahualcóyotl ?sur y norte, Bordo de Xochiaca, Cuautitlán, Ecatepec y los dos federales.
La CEDH asegura que el problema de la sobrepoblación se agudiza en 13 de los 20 centros, entre ellos el de Tlalnepantla, Barrientos, Cuautitlán, Ecatepec, Neza-Bordo, Texcoco, Lerma, Ixtlahuaca y Tenango del Valle.
La sobrepoblación, insiste el funcionario, genera conflictos por obtener un espacio dentro de las cárceles. Como ejemplo cita el caso de Tlalnepantla, donde las celdas fueron creadas para albergar a cinco personas y luego se modificaron para recibir a siete, pero en realidad habitan 20. La mayoría son procesados, lo cual genera conflictos que deben ser atendidos.
El segundo visitador abunda que otro de los problemas que genera la sobrepoblación es la inadecuada atención que brindan las áreas técnicas. Esto se debe, comenta, a que no se cuenta con el personal técnico necesario. En este aspecto, señala, ya están en contacto con las autoridades penitenciarias para que se instrumenten los mecanismos y se hagan las investigaciones pertinentes, a fin de que en todos los centros se cuente con los profesionales necesarios para que se proporcione la readaptación social a los internos.
Al cuestionarlo sobre las principales irregularidades que ocurren en los penales de la entidad, el visitador manifiesta que debido a que la mayoría de las instalaciones "han sido modificadas para que proporcionen el servicio de centros penitenciarios, ya que al principio prestaban otro servicio, si tuviera que dárseles una calificación del uno al 10 alcanzan cino. Es decir, se encuentran en estado lamentable y la mayoría no cumple con las funciones necesarias ni tiene los espacios ni los lugares indispensables. Por ello, afirma, no cumplen con el artículo 18 constitucional en cuanto a separar a la población procesada de la sentenciada.
El problema de la seguridad
Otro problema que se ha detectado en los penales es que hay un custodio por cada 20 internos. "Esto no puede ser", asevera Estrada Valdés. "Así no se puede garantizar la seguridad de los internos. Es indudable que se requieren mayores apoyos para personal de seguridad. Contratar más personal, afirma, es impostergable. Las autoridades nos han dicho que ya se adquirieron cámaras de televisión y de video que se instalarán en ciertos lugares de los penales, para que cuenten con mayor seguridad. Nosotros -en la CEDH- hemos solicitado que esas cámaras se instalen sólo en áreas de uso común, de ninguna manera podrían ubicarse en los sanitarios, en las zonas de visita conyugal, sino únicamente en las zonas de convivencia y en las zonas de privacidad."
Manifiesta: el problema de sobrepoblación y falta de espacios puede entenderse si se considera que el penal de Tlalnepantla fue creado para albergar a 500 internos y actualmente habitan más de mil 300. ''Sí, se les han hecho modificaciones, pero ello ha implicado quitarles espacios, desaparecer las áreas de talleres y los espacios de convivencia se han reducido para instalar camas." Aunque se han adaptado, afirma, continúan siendo insuficientes e inadecuados.
Sin comida algunos internos
Asimismo, agrega el segundo visitador de la Comisión de Derechos Humanos, la comida es otro grave problema, pues aunque es de calidad no alcanza. Hay internos a los que no se les dan alimentos o los que reciben es en mínima porción.
Por lo que respecta a los presos indígenas, Estrada Valdés manifiesta que existen 153 en los 20 centros. De ellos, 56 se encuentran en proceso y 97 ya han sido sentenciados. Ixtlahuaca es el penal en el que hay más indígenas, con 29; en Santiaguito existen 24 y en Neza-Bordo 21.
En lo que toca a los reclusos extranjeros, en total hay 17; dos coreanos, un colombiano, cinco salvadoreños, un húngaro, dos chilenos, un español, dos hondureños, un peruano, un guatemalteco y un estadunidense. La mayoría, informa, se encuentran recluidos por delitos contra la salud.