DOMINGO Ť 7 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť La apertura de EU a las importaciones de ese país será una amenaza, prevén

Advierten industriales que China los barrerá de la competencia comercial

Ť Alertan que en el ramo del vestido esa nación ya compite de manera desleal

HUMBERTO ORTIZ MORENO

Los industriales mexicanos prevén que la apertura del mercado estadunidense a las exportaciones procedentes de China, dentro de tres años, constituye una gran amenaza para México. Con su mano de obra sumamente barata, PIB per cápita anual por 4 mil 169 dólares y crecimiento de 10 por ciento al año en el pasado trienio, la potencia asiática se prepara para "barrerlos" prácticamente de la competencia.

En contraste, durante los últimos nueve años la evolución de la economía nacional ha sido de 3 por ciento anual, con un PIB per cápita de 14 mil 3 dólares cada año.

Javier Prieto de la Fuente, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), externa: "no veo por dónde nos vamos a cuadrar ante esta amenaza grandota, pero tenemos que entrarle".

Salomón Presburger, vicepresidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, aseveró que actualmente China "ya nos está golpeando" y compite des- lealmente contra los empresarios mexicanos. "A nuestros obreros no queremos pagarles con un plato de arroz. Si empiezan a cancelar pedidos en Estados Unidos, nos van a querer vender aquí a precio de regalo. Ya están de este lado y no les va a importar cuánto costó producir, sino cómo meter los productos", expresó.

Así, las empresas ven todavía lejos cómo poder enfrentar las ventajas comparativas chinas no sólo en el costo de la mano de obra, sino en cuanto a capacitación, tecnología e inversión extranjera directa, reconoce.

El déficit comercial es creciente: mientras en 1993 China exportó a México mercancías por 386.4 millones de dólares y compró 44.6 millones, en lo que va de 2001 la balanza es de 949.4 millones y 74 millones de dólares, respectivamente, tan sólo de enero a abril, según cifras de la Secretaría de Economía.

"Son disparidades brutales y estamos ante una posible inundación impresionante de productos chinos si no cuidamos nuestra estrategia comercial", advierte Héctor Cuadra, académico numerario del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana.

En este marco, Francisco Gutiérrez Caballero, director del Consejo Económico para la Cuenca del Pacífico, advirtió que la iniciativa privada mexicana no tiene una estrategia global ni ha podido percibir el reto de largo plazo que le impone China, a fin de buscar nichos de mercado en otras latitudes y no tanto en Estados Unidos.

"Simplemente se postergan los temas en una posición de avestruz de los líderes empresariales y del comercio en el país, que no quieren nada con China. Es un reto cultural de gran complejidad. Los empresarios deben deshacerse de tabúes y estereotipos que ven como único mercado a Estados Unidos, cuando existen otros más sencillos y próximos".

Desde su perspectiva, ya no podrán sostener una estrategia internacional vía bajo costo de mano de obra, porque en esto China se cuece aparte. Concentrar las ventas externas en el mercado estadunidense tuvo razones políticas a partir de la crisis del 95, pero las nuevas administraciones federales no pueden basarse en referencias pasadas, asentó.

Y mientras la Secretaría de Economía ya tiene prevista una próxima racionalización de la política antidumping contra las exportaciones chinas, Presburger, dirigente en una de las ramas fabriles mexicanas más perjudicadas con las importaciones lícitas e ilícitas del país asiático, vislumbra: "Competir con obreros contentos con un plato de arroz es imposible..."

Prieto de la Fuente expone que si bien el reto pareciera perfilarse para seis años, que es el plazo que México tiene para actualizar su planta productiva y adaptarla a las condiciones de competencia que le impondrá China como proveedor del mercado estadunidense, en realidad el sector empresarial tiene solamente tres años porque el gobierno estadunidense abrirá sus fronteras en ese tiempo.

El 85 por ciento de las ventas externas mexicanas va hacia Estados Unidos y en ese periodo el principal competidor será China. "Si no tenemos la capacidad los industriales para incrementar de manera rápida la competitividad, perderemos ese mercado", previno.

Y no es para menos la preocupación del dirigente de la Concamin, porque "nos ha costado mucho trabajo desde 1995 ingresar a ese mercado como para perderlo con China", que cuenta con su mano de obra barata y alta capacitación, moderna tecnología y elevada inversión.

Gerardo Traslosheros, director de Asuntos Comerciales Multilaterales de la Secretaría de Economía, afirma que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no impone limitaciones a México para diversificar sus mercados, por lo que el acuerdo comercial con China tampoco significa una apertura indiscriminada a las exportaciones de la nación asiática y quedan a salvo las cuotas compensatorias.

Para el director del Consejo Económico para la Cuenca del Pacífico, Francisco Gutiérrez, no hay otra que buscar que los productos mexicanos contengan mayor valor agregado, ya que no puede sostenerse ninguna estrategia comercial internacional con una mano de obra barata.