DOMINGO Ť 7 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť En más de 40 años no han cesado los actos terroristas contra nuestro pueblo, dice
Castro pide castigo para los culpables del atentado contra un avión cubano hace 25 años
Ť La ceremonia en memoria de las 73 víctimas, acto de solidaridad con la tragedia en EU
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 6 de octubre. Ante una multitud que colmó la Plaza de la Revolución, el presidente Fidel Castro pidió hoy castigo para los exiliados cubanos Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, como autores intelectuales del atentado terrorista contra un avión cubano que hace exactamente 25 años estalló en pleno vuelo frente las costas de Barbados, y en el que murieron sus 73 ocupantes.
"Un día como hoy tenemos derecho a preguntarnos qué medidas se tomarán contra Posada Carriles y Orlando Bosch, responsables del monstruoso acto terrorista de Barbados, y con los que planearon y financiaron las bombas que se pusieron en los hoteles de la capital y los intentos de asesinato a dirigentes de Cuba, que no se han detenido un minuto en más de 40 años", dijo Castro. "No es mucho pedir que se haga justicia a los profesionales del terrorismo que desde el propio territorio de Estados Unidos no han cesado de aplicar sus deleznables métodos contra nuestro pueblo".
La conmemoración del ataque al avión cubano fue solemne y estuvo acentuada por una amplia movilización de habitantes de la capital, que formaron largas columnas a pie y a bordo de autobuses y todo tipo de vehículos, todavía bajo la oscuridad de la madrugada, para llegar al lugar de la concentración.
El mitin empezó a las ocho de la mañana, para atenuar el castigo del sol y el calor caribeños. Los informes oficiales dijeron que se había reunido un millón de cubanos, ante quienes estuvo también el cantautor Silvio Rodríguez, no para cantar esta vez, sino para decir un breve y metafórico discurso. Había diplomáticos extranjeros invitados, familiares de las víctimas, el niño Elián González, el balserito cuya suerte personal fue objeto de un reciente conflicto legal y político entre Cuba y Estados Unidos, y Justino di Celmo, padre del empresario italiano Fabio di Celmo, muerto en La Habana en 1997 en un atentado terrorista contra el hotel Copacabana.
Aunque es habitual asistente a esta Tribuna Abierta de la Revolución, como se llama a los mítines políticos de los sábados, el hermano menor del mandatario, Raúl Castro, ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, estuvo ausente del acto de hoy. El alto jefe militar tampoco asistió el jueves a la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular que rindió homenaje a las víctimas del avión saboteado hace un cuarto de siglo.
El presidente cubano dijo que sería más comprensible el impacto de la tragedia si se contrasta con la población total: "La muerte de 73 personas en un avión cubano hecho estallar en el aire, es lo que significaría para el pueblo de Estados Unidos que siete aviones de las líneas aéreas estadunidenses, con más de 300 pasajeros cada uno, fuesen destruidos en pleno vuelo el mismo día, a la misma hora, por una conspiración terrorista".
"Si vamos un poco más lejos y tomamos en cuenta los tres mil 478 cubanos que han muerto durante más de 42 años por las acciones agresivas, incluidas la invasión de Playa Girón (1961) y todos los actos terroristas que ha sufrido Cuba originados en Estados Unidos, es como si en ese país hubiesen muerto 88 mil 434 personas, una cifra casi igual al número de estadunidenses que murieron en las guerras de Corea y Vietnam juntas", señaló.
Castro dijo que el recuerdo de las víctimas de hace 25 años era también "una expresión de solidaridad con las miles de personas inocentes que murieron en Nueva York y Washington, y de condena al brutal crimen cometido contra ellos, buscando caminos que conduzcan a la erradicación real y duradera del terrorismo, a la paz y no a una sangrienta e interminable guerra".
De acuerdo con las investigaciones judiciales y testimonios obtenidos tras el sabotaje, la operación terrorista se puso en marcha el martes 5 de octubre de 1976, cuando se reúnen en Caracas Bosch y los venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo. Estos dos últimos viajan por la noche a Puerto España, Trinidad-Tobago
La nave cubana, en vuelo regular de Caracas a La Habana, sale el miércoles 6 hacia Puerto España, su primera escala. En la capital trinitaria abordan el vuelo Lugo y Ricardo. Por la tarde el avión llega a Bridgetown, capital de Barbados, donde bajan los dos venezolanos, después de haber colocado bombas bajo un asiento y en un baño del aparato.
La nave sigue viaje, rumbo a la tercera escala, Kingston, Jamaica. A las cinco de la tarde con 23 minutos, el capitán Wilfredo Pérez avisa a la torre de control de Barbados que hay una explosión en la cabina de pasajeros y quiere regresar a tierra. El controlador autoriza al CU-455 a tomar pista de nuevo, en vista de la emergencia. El piloto logra controlar la situación, abrir el tren de aterrizaje y tomar rumbo de regreso a Barbados, pero el intento fracasa. Una segunda explosión en el baño cimbra la nave. El piloto logra maniobrar para no estrellarse frente a una playa próxima. La nave se desintegra y se hunde en el mar Caribe. Mueren 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco norcoreanos. Los restos del aparato se ubican a 4.8 millas de las costas barbadenses. Sólo se hallan despojos mortales de las víctimas.
El jueves 7 Lugo y Ricardo son detenidos en Puerto España como sospechosos del atentado, por haber abandonado la nave en Bridgetown. El lunes 11, el organismo cúpula del anticastrismo radical, Comandos de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), dirigido por Bosch, reivindica el atentado. El jueves 14 la policía política venezolana anuncia la detención de Bosch y Posada Carriles y catea una empresa propiedad de este último, donde encuentra pruebas que lo vinculan al atentado, como explosivos, armas y equipo de comunicación. El martes 26, Trinidad-Tobago deporta a Venezuela a Lugo y Ricardo. El 2 de noviembre, en Caracas, la juez Delia Estava Moreno dicta formal prisión a los cuatro, acusados de homicidio calificado, los dos venezolanos como autores materiales y los dos cubanos como autores intelectuales. Posada y Ricardo admiten ser miembros de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadunidense.
Posada Carriles se fugó de la cárcel en Venezuela. Ahora está detenido en Panamá, acusado de conspirar para asesinar a Castro el año pasado, durante la 10 Cumbre Iberoamericana. En una entrevista al diario The New York Times confesó que él organizó los atentados contra objetivos turísticos en Cuba de 1997. Al cabo de un proceso polémico, tenso y sometido a presiones, Bosch fue exonerado del crimen de Barbados y en la actualidad vive en Miami. Los venezolanos también fueron liberados de culpa.