SABADO Ť 6 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Se presenta esta semana junto a Tony Balardi, Benito y Gualberto Castro

Regresa Melón a los escenarios, en el Blanquita

JAIME WHALEY

Un retorno a la marca que fue de la casa durante muchos años, la añoranza, y que desgraciadamente no ha sido la fórmula empleada en esta nueva etapa, es lo que presenta por esta semana, y quizá la próxima, el Teatro Blanquita.

Los Castro -Benito y Gualberto-, el comediante Tony Balardi y el legendario Luis Angel Silva Nava, a quien todos conocen como Melón, conforman el elenco para estas funciones del otoño en el histórico tablado.

Balardi abre el programa con los consabidos sketches que no por repetidos dejan de hacer reir al público, como los de doble sentido.

melonLos Castro le ponen a la velada el toque romántico con sus interpretaciones de hace unas tres décadas pero que siguen vigentes, como la voz que las interpreta. Hay comicidad con Benito, que en una parte imita al inolvidable Palillo, quien por esos rumbos teatreros sentó sus reales en sus días cuando con sus ironías era el azote de los gobernantes capitalinos.

La vena histriónica de Los Castro aflora en la trama en la que Benito vende condones mientras Gualberto le reclama lo corriente de su oficio.

Mas quizá lo que jala del programa sea el retorno a los escenarios de Melón, ahora acompañado de lo que ha dado en llamar su kínder, el quinteto Hecho en México, cinco jóvenes con talento, formados en los talleres del diplomado de son que imparte semanalmente en el salón 222 del Centro Nacional de las Artes.

''Bravo marqués'' es el grito que sale de la galería y que saluda la aparición de uno de los creadores del impar conjunto de aquellos tiempos de finales de la quinta década del siglo pasado -el otro fue Daniel Navarro, conocido como Lobo, y que era el restante 50 por ciento del grupo allá-, y es que, explicaría luego Melón por educación a quienquiera que se encuentra y no sabe su nombre, él lo saluda cortésmente con ese nobiliario título.

Pasan los años pero Melón conserva su característica voz y el coreo acostumbrado sueveré, boré, para, popira, pará, sueveré, boré mientras las peticiones caen, y ya se lanzan con Amalia Batista, basada en un personaje de opereta antillana, que primeramente fue grabada por un cubano, Rolando Laserie, y que, cuenta la leyenda, luego ya la incluyeron Lobo y Melón en un long play casi como relleno y que va pegando, para su sorpresa.

Y vienen más recuerdos como Cosas del alma, la que les abrió las puertas del mercado hispano en Estados Unidos y esa otra tonadilla, argentina dicen que es, Niebla del riachuelo, y otra más, Por seguir tus huellas y ya por ahi del cierre la infaltable Sitiera.