Ť Error discursivo de Bush: "en la lucha antiterrorista, no cabe duda: fracasaremos"
Ofrece EU 320 mdd de ayuda a Afganistán
Ť Se disparan las solicitudes de seguro de desempleo a su nivel máximo en nueve años
Ť Tiene la FBI 120 ataques raciales registrados tras los atentados del 11 de septiembre
AFP, REUTERS Y DPA
Washington, 4 de octubre. El Congreso estadunidense se dispone a atribuir poderes considerablemente más amplios al Ejecutivo para la lucha contra el terrorismo proclamada por el presidente George W. Bush, quien hoy ofreció 320 millones de dólares en ayuda humanitaria al pueblo afgano, aunque advirtió que "no tendremos compasión" por los terroristas y quienes los apoyen, y anunció una ayuda de 3 mil millones de dólares para los estadunidenses que quedaron sin empleo tras los atentados del 11 de septiembre.
Esta ayuda humanitaria "es nuestra manera de decir que mientras nos oponemos enérgica y firmemente al régimen talibán, somos amigos del pueblo afgano", dijo Bush durante un discurso en el Departamento de Estado.
El paquete, que incluye 25 millones de dólares de una ayuda anunciada anteriormente, sería utilizado para costear alimentos, medicinas y "ayudar al inocente pueblo de Afganistán a lidiar con el inminente invierno", dijo el mandatario.
Estados Unidos ha insistido en que su guerra contra el terrorismo no está dirigida a la fe islámica ni al pueblo de Afganistán, sino que "es una guerra para salvar al mundo y la gente entiende eso", sostuvo.
La ayuda sería distribuida mediante la Organización de Naciones Unidas u organizaciones privadas de voluntarios, mientras trascendió que el Pentágono hace planes para lanzar con paracaídas raciones de comida para los afganos desplazados dentro de su país, como parte de los 320 millones de dólares de ayuda a afganos refugiados en Pakistán, Irán, Tadjikistán, Uzbekistán y Turkmenistán.
Estados Unidos utilizará por primera vez territorio de Irán para enviar directamente la ayuda a los afganos, dijo Andrew Natsios, director de la agencia pública de ayuda estadunidense (USAID). "Los iraníes respondieron con entusiasmo para esta tarea al ser contactados por medio del Programa Mundial de Alimentación", declaró Natsios.
Irán ya cobija a millón y medio de refugiados afganos.
Al mismo tiempo, Bush reiteró hoy su determinación de destruir la orgzanización de Osama Bin Laden, a quien Washington señala como responsable de los atentados, y de castigar al régimen talibán de Kabul. "No tendremos compasión por los terroristas de ese país, ni por los Estados que le apoyen".
Según el diario The Washington Post, el lanzamiento de esta iniciativa humanitaria había sido descartado inicialmente por algunos responsables de la administración Bush, que temían que la asistencia beneficiara finalmente al régimen talibán. Luego, éstos se plegaron a la posición de quienes estiman que una estrategia de la "zanahoria y el garrote" alentará a los afganos que permanezcan en el país a separarse definitivamente de los talibán.
Más tarde, Bush anunció en el Departamento del Trabajo un plan de 3 mil millones de dólares "para cuidar a las personas cuyas vidas fueron afectadas" por los atentados de Nueva York y el Pentágono.
El dinero se destinaría a los estados más afectados, donde los beneficios del seguro de desempleo serán prorrogados por 13 semanas, y a los programas de salud para niños y programas de reorientación profesional.
Previamente, el Departamento del Trabajo anunció que las nuevas solicitudes de seguro del desempleo se habían disparado la semana pasada a su nivel máximo en nueve años. Más de 200 mil despidos han sido anunciados desde el 11 de septiembre, principalmente en los sectores de aviación y turismo, pero analistas locales temen que otros sectores como el comercio minorista entren también en riesgo.
Durante su discurso en la Secretaría de Trabajo, Bush se equivocó y dijo que en la lucha contra el terrorismo, "no me cabe la menor duda, la más mínima, fracasaremos". El público no reaccionó y el mandatario continuó diciendo que "el fracaso no forma parte de nuestro vocabulario".
En tanto, la Comisión Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó anoche por unanimidad una versión reducida del paquete de medidas contra el terrorismo, al mismo tiempo que el Senado y el gobierno llegaban a un "acuerdo de principio" sobre una medida similar del Congreso.
Es posible que tanto el Senado como la Cámara baja sometan a votación sus versiones la próxima semana y después tratarán de limar sus diferencias y enviar una medida final a Bush para que se convierta en ley.
Dicha ley otorgará a los organismos de policía y a los fiscales poderes más amplios para interceptar teléfonos de presuntos terroristas, compartir información de inteligencia sobre ellos y rastrear sus actividades en Internet.
La comisión de la Cámara de Representantes aprobó una versión en la que omitió alrededor de media docena de propuestas del gobierno, entre ellas una que habría permitido la detención indefinida sin cargos de extranjeros considerados peligrosos para la seguridad.
En tanto, los negociadores del Senado que trabajaban con miembros de la Casa Blanca y el Departamento de Justicia anunciaron un "acuerdo de principio", que los asesores describieron como una medida similar. Según el senador Orrin Hatch, "nuestro acuerdo toma en cuenta cada una de nuestras creencias en principois y está basado en nuestros puntos de vista sobre el balance apropiado entre la aplicación de las leyes y nuestras libertades civiles".
Una gran diferencia entre las medidas del Senado y la Cámara de Representantes es que muchas provisiones del proyecto de esta última expiran en dos años, dijeron asesores del Senado. Esta es una de las razones por las que el gobierno de Bush, que quiere cambios permanentes, prefiere la versión del Senado.
El fiscal federal, John Ashcroft, aseguró este jueves que la batería de medidas antiterroristas no afectará "los derechos constitucionales y las protecciones que los estadunidenes aprecian".
Por otro lado, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) informó que médicos forenses y expertos están examinando cerca de 3 mil piezas de evidencias recogidas en los lugares donde se estrellaron los cuatro aviones secuestrados y utilizados en los ataques del 11 de septiembre, aunque uno de ellos cayó en una zona rural.
El director de la FBI, Robert Mueller, informó además que su oficina ha recibido hasta el momento 260 mil pistas, y reconoció que los ataques contra árabes, estadunidenses y musulmanes siguen en aumento.
Desde el 15 de septiembre la FBI comenzó 15 investigaciones de casos de crímenes de odio y en esta tarea ha registrado 120 ataques de este tipo.
Por otro lado, la prensa informó, citando fuentes de la FBI, que varios de los presuntos kamikazes estuvieron en Las Vegas al menos seis veces en los meses previos a los ataques y frecuentaron bares y clubes. Una bailarina de un club nocturno incluso dijo haber visto a uno de los presuntos terroristas, a quien describió como educado, bien vestido, poco bebedor y poco gastador.
Asimismo, se informó que a pesar de las denuncias públicas de narcotráfico, el régimen talibán negocia directamente con el comercio del opio y podría estar tratando de manipular el mercado para maximizar sus ganancias, de acuerdo con información de inteligencia divulgada por Washington el miércoles.
En otro orden, un avión comercial con funcionarios políticos despegó este jueves del aeropuerto nacional Ronald Reagan, que reabrió tres semanas después de los atentados, en medio de fuertes medidas de seguridad y con una lista de vuelos reducidos.