En Tlatelolco inició una "revolución
pensante"
Señora directora: Un tercio de siglo, de
horror horrorizante, de muertos en vida y en vida muertos, como es el caso
de Luis Echeverría. Ese 2 de octubre, inolvidable por lo amargo,
es el inicio de la rebelión pensante. Oriana Fallacci es víctima
de las víctimas en la matanza de Tlaltelolco; testigos: obreros,
estudiantes, amas de casa, niños y niñas y tantos más.
¿Qué significa para los mexicanos el 2 de
octubre de 1968? Sin duda es la toma de conciencia de lo que significa
el terrorismo de Estado porque éste es el que acaba con la vida
de ese tesoro divino llamado juventud. A un tercio de siglo, los que vivimos
el drama y sobrevivimos el holocausto, decimos: ¡2 de octubre no
se olvida!
Ingeniero Javier Barros Sierra: tú estás
entre todos nosotros cuando dices: "No merecíamos ese trato", y
con Federico García Lorca repetimos: "Son las cinco de la tarde...
la muerte ha puesto huevecillos en la plaza..."
Las generaciones que sobrevivimos repiten: "¡2 de
octubre no se olvida!" Seguiremos adelante para bien de todos y cuando
nos persignemos (santigüemos) será en el nombre de la ciencia,
de la cultura y de la humanidad.
Javier Almaraz Olvera
Lamenta la muerte de José Antonio Alcaraz
Señora directora: Permítame expresar
mi profundo pesar por el fallecimiento de mi querido y admirado amigo José
Antonio Alcaraz, una pérdida irreparable para la comunidad artística
y cultural de México, a la que por este medio hago llegar mis condolencias,
lo mismo que a familiares y amigos.
Hace 30 años José Antonio, a petición
mía, enlistó 10 libros que yo debía leer para conocer
mejor a su país. Fue mi mejor introductor a su y nuestro querido
México. Lamento no poder acompañar a mi amigo en su entierro
y homenaje por hallarme convaleciente de una operación.
Ricardo Blume
Considera violado su derecho de petición
Señora directora: Queremos manifestar nuestra
inconformidad con el Centro de Atención Ciudadana (CAC) de la Presidencia
de la República y la Dirección General Adjunta de Atención
Ciudadana de la Secodam, debido a que haciendo uso de nuestro derecho de
petición (artículo 8) en ambas entidades, en ambas sólo
se limitaron a transferir nuestras denuncias a las entidades involucradas,
las cuales se limitaron a enviarnos respuestas que en nada solucionan nuestras
demandas.
Cuando se agotan los recursos ante las autoridades competentes
no queda otra solución a la ciudadanía que recurrir al Presidente
de la República para que intervenga con la idea de que su autoridad
será respetada, sin embargo, vemos que no sucede así. El
problema grave que persiste en la administración pública,
a la usanza del viejo régimen, es que siguen siendo jueces y partes.
Siempre que se denuncia o se levanta la voz en contra
de una entidad gubernamental invariablemente se limitan a dar respuestas
anodinas, desapegadas a derecho y violatorias a las garantías individuales
que el Presidente juró respetar y hacer respetar el día que
tomó posesión del cargo que le conferimos merced a nuestro
voto.
El CAC, por ejemplo, recibe una petición y no se
molesta ni siquiera por leerla completa e inmediatamente la turna a quien
cree que corresponde. La entidad recibe la petición y la analiza
según le convenga. Si es algún asunto en el cual se vea involucrada,
contesta de una manera anodina de tal forma en que no se vea involucrada
y emite una respuesta al CAC, el cual se limita a decir al ciudadano "esta
es la respuesta a su petición" y ahí acabó todo.
¿Cómo sabe si la respuesta es correcta?
¿Cómo sabe si se hizo una investigación a fondo? ¿Quién
le garantiza que las entidades están diciendo la verdad? ¿Cómo
dar solución finalmente al problema planteado? Luego entonces, el
servicio que dicen prestar sólo se circunscribe a "dar por su lado"
a la ciudadanía cuando su función es resolverle sus problemas.
Así están las cosas en la República del cambio.
Los folios de nuestras peticiones son: 1012160-3, 1032659-5,
del CAC, y DGAC/DGAAC/DCQD/SIQ/1875/2001, DGAC/DGAAC7DCQD7SIQ7931/2001,
de la Secodam.
Atentamente:
Aarón Gutiérrez Zagal y Guadalupe Maldonado
Heras, ingenieros
Atención personal, pide empleado despedido
Señora directora: Agradeceré publique
la presente dirigida a Luis Briones Pérez, director del Programa
de Reemplacamiento Vehicular, respecto de la respuesta a mi carta publicada
en este espacio el pasado día 23.
Primero que nada, no pienso establecer un diálogo
a través de La Jornada y robar así un valioso espacio.
Estoy exigiendo atención personal. Usted no responde de ninguna
manera a mi carta y a la denuncia que hago respecto de los abusos a los
que someten a sus empleados; por el contrario, se está usted haciendo
propaganda.
Le puedo asegurar que en el módulo citado ya se
había recibido dinero anteriormente, al igual que en muchos otros.
Quien decidió en principio aceptar dinero es una persona que sigue
trabajando ahí y cuyo nombre es Armando, aunque lógicamente
los otros tres trabajadores también lo asumimos posteriormente.
Si según usted despide a la gente deshonrosa ¿por
qué siguen laborando esas tres personas? Nunca nadie me explicó
qué se debía hacer cuando las autoridades nos obligaran a
cerrar el módulo cuatro o seis horas después del horario
establecido. ¿No le parece eso irregular? ¿Por qué
no íbamos a recibir una mísera compensación cuando
ustedes se la pasan abusando de sus empleados? El dinero que recibimos
fue una ayuda. No fue corrupción, fue la consecuencia lógica
y honesta de su falta de eficiencia y organización.
A mi nadie me explicó la situación; ni una
sola palabra. Por el contrario, se me amenazó e insultó.
Si usted sigue en la postura de defender a capa y espada
estas irregularidades, siga usted así. Al parecer nadie en su "Programa"
está dispuesto a atenderme, ni usted. Es por eso que acudo a La
Jornada, porque es la única forma en que puedo llamar la atención
sobre sus injusticias y vejaciones. Ya tiene usted mi número telefónico,
solicito su atención personal.
A partir de la publicación de mi carta he recibido
varias llamadas de empleados y ex empleados del "Programa" que sufren y/o
sufrieron injusticias y abusos de ustedes. Le comento que no vamos a permitir
la impunidad con que se manejan.
Atentamente:
Federico Segura Cravioto
Precisión a nota sobre telones de Orozco
Señora directora: Con todo respeto me permito
realizar una precisión a la información de la reportera Merry
Mac Masters sobre los telones de José Clemente Orozco en algunas
de las escenografías utilizadas por la bailarina Nellie Campobello
para el Ballet de la Ciudad de México en los años cuarenta.
Al secuestro de la bailarina y escritora, su obra material,
como la de diversos autores, también desapareció o fue sepultada.
En febrero de 1993 este reportero descubrió 17 telones en el tapanco
de un derruido baño, olvidados por más de cuarenta años
en la casa de Campobello, en la colonia Tabacalera, en el DF.
La aclaración es pertinente porque no fueron "localizados
por personal de la PGR"; llegaron a ellos previa información difundida
por este reportero a través de una serie de reportajes en MVS Televisión
, posteriormente confirmada por La Jornada, El Universal
y Proceso. El hecho fue reconocido también por el subprocurador
de la PGR, Everardo Moreno.
No es endeble la precisión por la importancia que
tiene esa parte de la obra de Orozco, hasta entonces desconocida, y porque
parte de la evidencia de robo y ocultamiento de la riqueza de la bailarina
en un proceso penal, del que han resultado dos personas detenidas por su
responsabilidad en el secuestro.
Valoro también el gran esfuerzo de la Comisión
¿Dónde está Nellie? y de mis colegas que insistieron
por más de década y media, desde diversos medios informativos,
en esclarecer el caso Campobello.
Juan Bautista, reportero de Asuntos Especiales de MVS
Noticias
Respuesta de la reportera
Señora directora: Para escribir el recuadro
"Vicisitudes de 17 telones" incluido en el reportaje "El Orozco escenógrafo,
faceta poco explorada del artista", me basé en información
del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico
Mueble, del INBA, a fin de dar cuenta de estas piezas creadas por varias
artistas para Nellie Campobello.
Merry Mac Masters
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