JUEVES Ť 4 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Una pareja dice haber visto cuando estaban con su víctima en un cajero automático
Aportan más pruebas contra policías acusados de robar y privar de la libertad a ciudadanos
Ť La esposa de uno de los afectados, abogada, lleva el caso contra los agentes
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ
El Ministerio Público de la Fiscalía para Servidores Públicos de la Procuraduría capitalina recibió ayer nuevas pruebas en contra de los dos policías preventivos que el sábado privaron de la libertad al automovilista Carlos Sanromán Camacho, pero salieron libres con las reservas de ley, por falta de elementos para consignar.
Fue la esposa de la víctima, Virginia Valencia Parra, quien acudió ayer a la PGJDF, adonde fue citada para realizar la ampliación de hechos en calidad de denunciante; solicitó a la representación social que se realicen pruebas periciales, como la identificación de huellas dactilares dentro del vehículo. Aseguró que hay dos testigos presenciales del momento en que los uniformados se encontraban con la víctima enfrente del cajero automático, donde sacaron 800 pesos.
Explicó que se trata de un matrimonio que había salido de una reunión y se dirigía al cajero, ubicado en el Eje 7 Sur Municipio Libre, y al bajar un puente observaron a los policías en actitud agresiva contra una persona, por lo que anotaron el número de la patrulla: 17066; no se acercaron, pero al enterarse por la mañana del hecho en los medios, acudieron a declarar "en forma voluntaria y totalmente desinteresada, al Ministerio Público".
Valencia Parra, quien es abogada, consideró que hay irregularidades en la integración de la averiguación previa, pues había suficientes elementos para consignar a los dos policías, Serapio Juárez Aveleira y Fausto Emiliano Rivera García, quienes también presentaron una denuncia en contra de ella y su esposo. Informó que en los próximos días presentará una queja en la Comisión de Derechos Humanos del DF.
"Me siento Virginia Bin Laden", dijo la abogada después de conocer que fue acusada por uno de los policías indiciados por supuestas lesiones, un rasguño, que asegura nunca pudo haberle hecho, pues sólo tuvo contacto con ambos policías cuando se encontraban en la agencia del Ministerio Público.
Recordó que además los policías iniciaron una querella en contra de su marido por el delito de falsedad en declaraciones, y ella fue citada el próximo lunes para que declare en calidad de probable responsable. Lo cierto, insistió, es que hay contradicciones en sus declaraciones; por ejemplo, en cuanto a lugar, tiempo y circunstancias. No descartó que esta situación esté relacionada con su trabajo profesional, ya que ha asesorado a policías contra abusos de sus jefes.
Recordó que en dos ocasiones fue intimidada por personas que fueron plenamente identificadas, hechos por los cuales existen las averiguaciones previas correspondientes e incluso una de las denuncias se consignó al juez sin detenido. "El año pasado asesoré a varios policías que denunciaron la venta de patrullas en el sector 35 Universidad, de la delegación Coyoacán. De esto hay una averiguación previa y la investigación continúa", por lo que pedirá al MP que realice una investigación a fondo.
El 14 de agosto de 2000, informó, "me dieron un cerrón y me mandaron decir que ya no siguiera con situaciones que afectaran a la hermandad de los policías", y fue identificado José Carlos Guadarrama Rivera, subdirector de sector en Coyoacán, como uno de los responsables.
La averiguación previa se consignó sin detenido, pero se extinguió la acción penal por el fallecimiento del acusado.