MIERCOLES Ť3 Ť OCTUBRE Ť 2001
Especialistas cubanos enfrentan la emergencia
Entre el papeleo del centro de salud de nivel dos del municipio de Jocotán, departamento de Chiquimula, hay oficios y reportes que revelan que ya desde mayo se enviaron los primeros S.O.S al Ministerio de Salud en la capital. Aún no se declaraba la sequía y ya se registraban casos de niños en grados severos de desnutrición. Pero esa clínica sólo brindaba consulta externa, no tenía médico permanente ni farmacia, mucho menos capacidad de internar casos que requieren terapia intensiva.
Sin embargo, desde la primera semana de septiembre la rutina del centro cambió drásticamente. Los cinco o seis cuartos del inmueble fueron habilitados con cunas y camas, los armarios fueron equipados y organizados, e incluso un pequeño espacio se convirtió en sala de cuidados intensivos.
En el espacio en el centro de la clínica se colocó un escritorio y desde ahí una enérgica mulata organiza el trabajo de los especialistas. Es una misión médica cubana.
A petición del Ministerio de Salud, sobre esta brigada recae, además de la atención de la clínica, la responsabilidad de hacer el diagnóstico de salud en el corazón de la zona asolada por la crisis alimentaria. Los equipos de médicos y enfermeros realizan, aldea por aldea en los municipios de Jocotán y Camotán, el "mapeo" de los estragos del hambre en niños y adultos, atienden consultas, desparasitan y remiten a la cabecera los casos más críticos.
Los pacientes con tercer grado de desnutrición son hospitalizados de inmediato. A tres semanas de abierta la "nueva clínica" se registró el ingreso de 65 niños y mujeres. Otros 12 casos graves fueron remitidos al hospital de Chiquimula, capital departamental, en donde también está asignado un pediatra intensivista cubano.
Se le da prioridad a los niños y sólo se aceptan grado tres o casos de recaídas, que son más graves. "Si hubiera un hospital para todos los desnutridos que requieren ser internados en la zona se requeriría un hospital de mil camas", expresa el médico Héctor Céspedes.
Coordina este equipo la doctora Cecilia Navarrete, médico familiar y master nutricionista. En el barrido por comunidades, a muchas de las cuales sólo se llega a pie, participa un equipo de 17 médicos especializados en higiene y epidemiología y dos enfermeros. El centro es atendido por otros seis médicos, entre ellos un pediatra intensivista y un enfermero más. BLANCHE PETRICH