MIERCOLES Ť 3 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Asaltos y destrozos ensombrecieron la conmemoración

Vandalismo y abusos policiacos en el Centro Histórico; cien detenidos

SUSANA GONMZALEZ G.

En medio de corretizas y altercados con granaderos, un centenar de jóvenes fueron detenidos ayer en el marco del 33 aniversario de la matanza de Tlatelolco en diferentes puntos de la ciudad, lo mismo por realizar bloqueos en avenidas, "secuestrar" camiones para trasladarse a la Plaza de las Tres Culturas, asaltar transeúntes y comerciantes ambulantes, provocar daños en las fachadas y vitrinas de negocios establecidos, tener en su poder petardos y, en general, por ocasionar desmanes en la vía pública.

La mayoría de ellos fueron llevados a los juzgados cívicos y las agencias investigadoras cuarta y séptima del Ministerio Público, ambas localizadas en la delegación Cuauhtémoc, pero al cierre de esta edición la mitad de los inculpados ya habían sido liberados por falta de pruebas mientras 53 quedaron detenidos.

Aparadores y ventanales de una decena de negocios, principalmente restaurantes y bancos, fueron destruidos con piedras, palos, bates e incluso con adoquines sueltos, sobre todo en Francisco I. Madero y Eje Central, al tiempo que la vanguardia de la manifestación prendió una fogata con mantas, cartón y pintura en la puerta principal de Palacio Nacional, por lo que tuvo que intervenir el cuerpo de bomberos, luego de que desde dentro echaron chorros de agua.

Ninguna fachada de casa particular, edmexico_massacre_ma02kjificio público o comercio, monumento, caseta telefónica, poste de luz, parabuses o anuncio publicitario localizado sobre la trayectoria que siguieron los manifestantes sobre Eje Central, Ricardo Flores Magón, Hidalgo y Madero se salvó de las consignas rojas, negras y blancas que los diferentes contingentes pintaron a su paso, lo mismo en alusión a la matanza con el clásico "2 de octubre no se olvida" que de repudio a la guerra y Estados Unidos o de apoyo al régimen talibán en Afganistán y a Osama Bin Laden.

La policía estuvo presente con más de 900 elementos a lo largo de toda la manifestación, calculada en 8 mil participantes, pero haciendo cortes viales; a la hora de los destrozos en Madero no hubo ningún uniformado cerca.

Mientras numerosos contingentes de las diferentes escuelas, organizaciones populares y trabajadores comenzaron a salir antes de las cinco de la tarde de la Plaza de las Tres Culturas, decenas de granaderos tuvieron que ser desplazados al Eje Central, donde un grupo de presuntos estudiantes robaba a su paso diversa mercancía a los comerciantes ambulantes e incluso carteras y teléfonos celulares a transeúntes. Plaza Meave fue cercada por los uniformados, quienes al pretender capturar a los responsables de los atracos llegaban a agarrar a cualquiera, por lo que los comerciantes cerraron sus establecimientos. Lo mismo habían hecho desde las tres de la tarde los establecimientos localizados sobre avenida Juárez, Francisco I. Madero y Plaza de la Constitución, alertados por patrullas de la policía preventiva.

El hecho más grave de la jornada ocurrió alrededor de las 17:30 horas, pero en el cruce de la avenida Insurgentes con Puente de Alvarado, es decir, a varias cuadras de distancia de la marcha, cuyos últimos contingentes se encontraban en ese momento sobre Paseo de la Reforma.

A ese lugar llegó un centenar de jóvenes en un camión, y a decir de algunos vendedores ambulantes del lugar, "parecía que se detuvieron porque querían hacerse de algunos botes de pintura, porque se dirigieron hacia la tienda Comex". Algunos de ellos, que portaban palos y botellas de cerveza, comenzaron a agredir a los vendedores ambulantes de Puente de Alvarado e incluso uno de ellos amenazó con una pistola a una vendedora de ropa pero no logró robarle nada porque de inmediato llegaron varias patrullas de la policía.

Los granaderos agredieron por igual a peatones y vendedores de la zona, sobre todo porque muchos de ellos les gritaban que dejaran a los muchachos. La persecución se extendió hasta peseros y camiones que circulaban en el lugar, cuyos pasajeros fueron zangoloteados por ambos bandos e incluso los uniformados manosearon y trataron de quitarle la ropa a una muchacha. Paneles, patrullas y camiones de la SSP sirvieron por igual para trasladar a casi 50 detenidos hasta la séptima agencia del MP, aunque muchos fueron liberados de inmediato.