MARTES Ť 2 Ť OCTUBRE Ť 2001

TUMBANDO CAÑA

La última leyenda del jazz latino

Ť Ernesto Màrquez

EL SUEÑO DEL maestro Arturo Chico O'Farrilll era presentarse de nuevo en el Palacio de las Bellas Artes con su big band. Pero justo, cuando se disponía a firmar contrato, el creador del clásico The afrocuban jazz suite contrajo una infección intestinal que posteriormente se complicó provocando el desenlace de ya todos sabido.

chico_ofarrilLA PRESENCIA DE Chico O'Farrill y su Afrocuban Jazz Orchestra en Bellas Artes fue siempre una sugerencia constante y manifiesta a las autoridades del máximo foro cultural de México, pero siempre se hizo caso omiso. Hubo de morir entonces el gran maestro y hacerse cargo de la dirección del INBA Ignacio Toscano para que el sueño de empeñosos como Deborah Holtz se cumpliera.

SOLO QUE AHORA no fue el viejo y querido maestro quien dirigió a la mítica Afrocuban Jazz Band sino su hijo, el talentoso pianista y arreglista Arturo O'Farrilll, quien al frente de 20 atrilistas de primera línea e invitados principalísimos de la talla del saxofonista Paquito D'Rivera recrearon parte de su inmensa obra.

PARA MUCHOS QUIZA el nombre de Chico O'Farrill no resulte familiar, entonces cabe señalar que este hombre fue la última leyenda viva del jazz latino, el último e indiscutible arquitecto de una fórmula cuya influencia se ha hecho sentir en muchas manifestaciones y corrientes musicales.

SU OBRA ES conocida tanto en la farándula estadunidense como en el mundo bailable latinoamericano por su extensa creatividad, sensibilidad temática, complejo polirrítmico y orquestación de magnitud sinfónica, que abarca no sólo su amor por la música de Lecuona, sino también por la de Debussy y Stravinsky.

ORIGINARIO DE LA HABANA, Cuba, y fallecido casi a los 90 años en Nueva York, Chico nunca dejó de producir. Lo mismo escribió para las grandes obras de Broadway, que para el cine o la televisión. Compuso y arregló, entre otros, para Benny Goodman, Machito, Dizzy Guilliespie, Cuarteto D'Aida, Benny Moré, Count Bassie, The Glen Miller Orchestra y más recientemente para el talento de David Bowie y Winton Marsalis.

DE CARACTER ALEGRE y apasible O'Farrill no representaba la edad de la gerontocracia, sino la de un jovenzuelo al que no le importaba la fama ni hacer dinero, sino trabajar para la música. Días antes de fallecer declaraba estar "lleno de energía" y dispuesto a comerse el mundo. Esto a sabiendas de que no gozaba de óptima salud. El extraordinario músico cubano basaba su optimismo en el levantón que le habían dado sus últimas grabaciones: Pure emotion, Heart of a legend y Carambola y con su acostumbrado buen ánimo comentaba: "Me siento joven porque aún tengo inspiración y talento para crear".

EL HOMBRE ANDABA feliz, pues los bookings (contrataciones) proliferaban y los teatros y clubes de jazz en los que se presentaba con su big big band eran atiborrados por una turba de gozones entusiastas. "Me sorprende todo esto -comentaba Chico-: la diversidad en edades y la atención que el público pone a mi trabajo, ¿oh no?, es maravilloso y me da mucha energía".

EN LAS GIRAS se le veía acompañado de su esposa Lupita ("el mejor regalo de México") quien ahora consternada confiesa vivir una especie de pesadilla: "Posiblemente me lleve tiempo hacerme a la idea de su ausencia. De momento sólo me queda vivir con su recuerdo y respetar su memoria, su integridad como artista y ser humano".

ENTREVISTADA VIA TELEFONICA Lupita recuerda al músico como un hombre afable y gentil. "Chico tenía un humor muy especial, le gustaba platicar con el público y de manera espontánea contar chistes... Para mí, él era una maravilla. El era un hombre increíble en el sentido humano...

"NUNCA FUE UNA persona pretenciosa, siempre con los pies en la tierra y respetando a sus semejantes dentro de su música y dentro de lo que eran y representaban."

CHICO Y LUPE vivieron alrededor de ocho años en México (de 1957 a 1965). Ella recuerda grandes amigos, entre ellos la familia Holtz, sus vecinos de Polanco con la que siempre ha mantenido contacto.

"PRECISAMENTE DEBORAH, LA niña que creció con mis hijos Arturo y Georgina, es la responsable en mucho del justo homenaje que ahora se le rinde a mi esposo. Ella estuvo empeñada en que este homenaje se le diera en vida, pero no se pudo. Ahora hay un poco de tristeza porque él no está. Pero yo digo que él nos acompaña porque esa banda tiene algo de espiritual de Chico y además dirigida por el hijo nuestro... resulta un impacto fantastico."

ARTURITO, COMO SE refiere Lupe con cariño, fue el pianista y brazo derecho de don Chico. "¡Un gran músico!", señala enfática. "El estaba muy orgulloso de su hijo; él veía el resultado de sus enseñanzas y lo buen músico en que se ha convertido."

ARTURO NO NIEGA la "enorme responsabilidad" y "el gran compromiso" que significa estar al frente de la banda de su padre. "De hecho yo no quería hacerme cargo de ella pero él, en su lecho de enfermo, me lo pidió. Y es así que seguimos haciendo las presentaciones dominicales en el Birdland de Nueva York y en donde nos soliciten".

AHORA EN MEXICO, esta noche en el Palacio de Bellas Artes tocarán una selección de piezas contenidas en sus tres últimas grabaciones, así como otras inéditas. La cita es a las 20:30 horas.