MARTES Ť 2 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Tras los ataques en EU, 10 millones de personas más caerán en pobreza extrema
El debilitamiento de economías afectará con mayor severidad a países subdesarrollados: BM
Ť Estima que entre 20 mil y 40 mil niños podrían morir por desnutrición debido a la crisis
DPA
Washington, 1o. de octubre. Los atentados terroristas del 11 de septiembre debilitarán el crecimiento económico mundial, con un impacto mayor en la economía de los países del Tercer Mundo y condenarán a la pobreza a otros 10 millones de personas, advirtió hoy el Banco Mundial.
A consecuencia de los atentados del mes pasado en Estados Unidos, el crecimiento de la economía en los países desarrollados será mucho menor al previsto, y esto tendrá un impacto negativo en la economía ya ralentizada de los países del Tercer Mundo, según reveló la evaluación preliminar elaborada por el organismo tras los atentados ocurridos el pasado 11 de septiembre.
El resultado será que aproximadamente otros 10 millones de personas se sumen a la población que debe sobrevivir por debajo de la línea de pobreza, con un dólar por día o menos, y que además se "obstaculizará la lucha contra la desnutrición y las enfermedades infantiles", indicó el BM.
"El Banco estima que podrían morir entre 20 mil y 40 mil niños menores de cinco años más (en 2002) ante un aumento de la pobreza como resultado de las consecuencias económicas del ataque del 11 de septiembre", puntualiza.
Bajan expectativas de crecimiento para el próximo año
Además, el organismo mundial ajustó, tras los atentados, su expectativa de crecimiento económico mundial para el año 2002, por lo que la cifra hora quedó en 4.3 por ciento, indicando que el guarismo se reducirá entre 0.5 y 0.75 puntos porcentuales, lo cual significa más pobres y más muertes de niños por desnutrición y falta de acceso a los servicios de salud.
El presidente de la entidad financiera, James Wolfensohn, advirtió que a las muertes de "ciudadanos de unas 80 naciones en las ciudades de Nueva York, Washington y Pennsylvania" se agregarán otras "que pueden pasar inadvertidas, pero se sentirán en todos los países del mundo en desarrollo, especialmente en Africa.
"Según nuestros cálculos, miles de niños de todo el mundo podrían morir, y es probable que 10 millones más de personas vivan por debajo de la línea de pobreza (con un dólar o menos por día) debido a los ataques terroristas. Eso se debe, sencillamente, a la pérdida de los ingresos", explicó el BM.
Agregó que ya hay señales de que el aumento de los costos y la menor actividad económica ha desalentado el comercio mundial.
"El costo de los seguros y de las medidas de seguridad, además a las demoras en las aduanas son algunas de las principales causas del aumento de los costos comerciales. Las principales compañías marítimas, por ejemplo, han aumentado el precio de los fletajes a India entre 10 y 15 por ciento", dice el informe.
El impacto del turismo es excepcionalmente duro. Alrededor de 65 por ciento de la reservaciones para viajes en El Caribe han sido canceladas. Es probable, también, que Medio Oriente sufra una marcada disminución en los ingresos por turismo durante el próximo invierno.
El BM advierte que las consecuencias de los ataques del 11 de septiembre afectarán de un modo diferente a los distintos grupos de países en desarrollo, de acuerdo con sus niveles de vulnerabilidad.
De una situación crítica a una recesión
"En el caso de los países más pobres, pasarán de una situación crítica a una recesión debido a la dismunución de las exportaciones, el turismo, los precios de los productos básicos o la inversión extranjera, producirá un aumento en el número de personas que viven con menos de un dólar al día", según el BM.
"Es el caso de los países cuya tasa de crecimiento es positiva pero más lenta, el número de personas que podrá salir de la pobreza será inferior al esperado en otras circunstancias", añade el documento.
El estudio pronostica que a medida que los inversores huyan a puertos más seguros, el flujo de capital a los países en desarrollo, que ya es débil, disminuirá aún más y se concentrará en los países que están considerados como relativamente inmunes a las crisis.
Se prevé que el patrón establecido en la década de 1990, según el cual los flujos de capital privado se orientan más a satisfacer las necesidades de financiamiento de los países en desarrollo, se revertirá a corto plazo, puesto que tanto los capitales como las actividades de financiamiento se volcarán a los países de menor riesgo.
"Esta situación exigirá que las fuentes oficiales bilaterales y multilaterales proporcionen un mayor apoyo, con el fin de que puedan satisfacerse las necesidades de financiamiento de un gran número de países en desarrollo", anticipó el organismo.