MARTES Ť 2 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Envía el Pentágono informe militar al Congreso
Desplaza Washington otro portaaviones al Océano Indico
Ť Importantes fuerzas británicas se mantienen en el Pérsico
REUTERS Y AFP
Washington, 1o. de octubre. Estados Unidos añadió hoy otro portaaviones a su creciente fuerza militar, con la que planea responder a los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, al tiempo que el Pentágono enviaba al Congreso un informe sobre estrategias futuras y requerimientos de los militares para enfrentar todo tipo de contingencias.
El USS Kitty Hawk, que regresó a su base en Japón recientemente tras nueve días maniobras, zarpó de un puerto cercano a Tokio con rumbo al Océano Indico para agregarse a la flota estadunidense, que ya ha colocado un total de 300 aviones de guerra en las cercanías de Afganistán, informaron fuentes del Pentágono.
Los portaaviones Independence y Carl Vinson están cerca del Golfo Pérsico, mientras que el Theodore Roosevelt se ubicó en el Mediterráneo. Aviones bombarderos B-52 y B-1, así como otras naves de guerra y fuerzas armadas de elite, ya han sido desplazadas hacia la región del Golfo, Asia Central y el Océano Indico.
Sin llegar a la potencia de fuego desplegada por Estados Unidos, Gran Bretaña también cuenta en el Golfo Pérsico con importantes fuerzas terrestres y aeronavales: unos 23 mil hombres que van a participar del 18 al 29 de octubre en maniobras previstas tiempo atrás en Omán, pero que están disponibles "en caso de necesidad".
Aunque trascendió que Estados Unidos dejó de lado la opción de bombardeos masivos ante la falta de blancos en Afganistán, y se decidió por la utilización de comandos de fuerzas especiales que tengan como objetivo prioritario la captura de Osama Bin Laden, algunos expertos militares advierten que cualquier tipo de incursión castrense en aquel país resulta peligrosa.
"Un escenario posible sería un ataque aéreo masivo en áreas específicas de Afganistán que involucre a bombarderos y misiles crucero-crucero, seguido de una rápida ofensiva de las fuerzas especiales que serían retiradas de inmediato", dijo el ex militar Stephen Baker, del Centro de Información de Defensa.
A diferencia de la Guerra del Golfo contra Irak, en 1991, que incluyó un masivo despliegue militar estadunidense de más de un millón de efectivos, la mayoría de los expertos considera que una campaña contra Bin Laden y el talibán de ningún modo requeriría tal cantidad de personal ni de armamento.
"Este plan incluiría unos 50 mil efectivos estadunidenses en los próximos meses, lo cual se puede comparar en tamaño a la guerra de Kosovo y no a la operación Tormenta del Desierto o a la guerra de Vietnam, pero es considerablemente más peligrosa para las tropas estadunidenses que el conflicto de Kosovo", dijo Michael O'Hanlon, analista de la institución Brookings.
En este contexto, el Pentágono envió al Congreso su "revisión de Defensa", un informe elaborado antes de los atentados, para planear nuevas y futuras estrategias de defensa ante las nuevas amenazas en el siglo XXI.
El ataque contra Estados Unidos muestra "nuevas circunstancias: no podemos y no hemos de saber con exactitud dónde han de verse amenazados los intereses del país, cuándo Estados Unidos será atacado ni cuándo puede haber estadunidenses asesinados a consecuencia de una agresión", explicó el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
"Adaptarse a la sorpresa -rápida y decisivamente- debe ser en consecuencia una condición de los planes", dijo en el prólogo del informe, un exhaustivo análisis de las misiones militares estadunidenses que se realiza cada cuatro años.
En sus 65 páginas el informe destaca el creciente riesgo del terrorismo con armas químicas y biológicas, misiles, ataques cibernéticos y otros tipos de amenazas "asimétricas" que pueden neutralizar la abrumadora superioridad de las fuerzas militares convencionales estadunidenses.
"Mientras los militares de Estados Unidos aumentan su capacidad de largo alcance, los adversarios se han percatado de la relativa vulnerabilidad de su territorio", dice el documento. "Defender Estados Unidos, que es la base de operaciones clave para las actividades de defensa estadunidense en todo el mundo, será un elemento crucial en los efuerzos de transformación" del Departamento de Defensa.
Los militares deben proteger los sistemas de transporte y almacenamiento de petróleo y gas, así como lo relacionado con información y comunicaciones, bancos y finanzas, energía eléctrica, transportes, suministro de agua y servicios gubernamentales y de defensa.
Funcionarios de Defensa dijeron que el informe pide que se mantenga la plantilla de 1.4 millones de tropas estadunidenses en servicio, 10 divisiones armadas, 12 poraviones, 45 escuadrones de cazas y tres cuerpos de infantes de marina.