LUNES Ť 1Ɔ Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Reformas estructurales para enfrentar la recesión, exige el sector privado al gobierno
Cero margen de maniobra: CEESP
Ť Una política fiscal expansionista dañaría la estabilidad financiera, debido al grado de endeudamiento que tiene México Ť Es necesario aumentar el blindaje de la economía, indica
VICTOR CARDOSO
El sector privado del país exigió al gobierno la aplicación de las reformas estructurales para estar en condiciones de enfrentar los efectos de la recesión económica y evitar daños a la estabilidad del país.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) advirtió que ''México no tiene margen para instrumentar una política fiscal expansionista (cero margen de maniobra). Aplicar una política fiscal expansionista, dado el grado de endeudamiento del país, dañaría más la situación de mediano y largo plazo, desechándose el esfuerzo realizado para alcanzar la estabilidad financiera del país''.
En un análisis especial, el organismo indicó que bajo cualquier escenario que se presente en materia económica, los efectos desencadenados por los ataques terroristas en Washington y Nueva York el pasado 11 de septiembre obligan a reflexionar sobre las opciones mexicanas para enfrentar de la mejor manera posible la actual coyuntura, pero fundamentalmente señala ''la necesidad de aumentar el blindaje de la economía mexicana''.
Esos acontecimientos provocaron un aumento en la incertidumbre mundial, lo cual impactará negativamente en los flujos de capital como la inversión extranjera directa a México y ''esto podría reducir el margen de maniobra para soportar los desequilibrios de la cuenta corriente''.
El centro de análisis económico modificó a la baja sus expectativas sobre el crecimiento mexicano a un escaso 0.3 por ciento este año, mientras que para 2002 en el mejor de los casos sería de 2 por ciento.
Ante esa situación recomendó aplicar, como parte de la política económica, una reforma fiscal recaudatoria para erradicar el déficit y reducir o eliminar partidas de gasto, al mismo tiempo que sea suficientemente neutral para promover la inversión y el empleo.
Asimismo, hizo notar la necesidad de una política monetaria restrictiva ya que cualquier descontrol en la inflación pondría en riesgo la estabilidad alcanzada.
Finalmente, sugirió una reforma estructural en materia de apertura de sectores estratégicos como el eléctrico, el de desarrollo rural y de la ley del trabajo, lo que atraería importantes montos de inversión que a su vez generaría mayor cantidad de empleos. De igual forma, añadió el centro, se debe comenzar la licitación de obras concesionadas para fomentar un nuevo flujo de inversiones, pero también es necesario reactivar el crédito y apuntalar los esquemas de garantías.
Negro panorama económico
El CEESP señaló que el deterioro de las expectativas de crecimiento de la economía de Estados Unidos materializó la posibilidad de una recesión mundial, y ante ese panorama las amenazas para México son: caída en las exportaciones y pérdida de confianza de los consumidores e inversionistas.
El primer efecto visible en el país fue una ''dramática caída'' en las ventas del sector turístico, donde los niveles de ocupación hotelera han disminuido significativamente como consecuencia de las cancelaciones de vuelos y de paquetes por parte de viajeros que no se animan a viajar.
Hasta los ingresos adicionales por una posible elevación en los precios internacionales del petróleo no son vistos de manera optimista por el CEESP, ya que México ''no tiene la capacidad de exportar más, por lo que el efecto positivo sería limitado; los efectos finales serían posiblemente mixtos, al subir el precio de exportación, pero siendo este un insumo esencial de las actividades productivas, se desvanecerían los beneficios por los costos de producción y consumo. De hecho, aunque el mayor precio del petróleo evita mayores recortes al gasto, el efecto en los costos de producción agrava la situación en algunos sectores productivos''.
Con base en sus análisis, el organismo privado manifestó además que la caída en el optimismo es un elemento sustancial en el impulso del consumo interno y este, a su vez, es el motor de la economía, ya que representa dos terceras partes del producto interno bruto (PIB). ''Por la menor actividad económica, el desempleo tenderá a aumentar, lo que perjudica más la confianza, reforzando la caída del consumo'', puntualizó.
La posibilidad de una recesión mundial y la mayor incertidumbre generada por los atentados tendrán un fuerte impacto en la intención de gasto de los consumidores y por lo tanto se espera una mayor cautela en el consumo, principalmente en bienes duraderos, indicó el CEESP.