LUNES Ť Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Pide el obispo de San Cristóbal al CICR no suspender la ayuda a los indígenas

Sin incidentes y emocionados, 189 tzotziles desplazados retornaron ayer a Los Chorros

Ť Fue reabierto el templo católico Ť Llaman autoridades locales a reconstruir la unidad

ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL

Chenalho, Chis., 30 de septiembre. Sin incidentes, 35 familias tzotziles desplazadas en 1997 retornaron hoy a esta comunidad. Con su regreso se reabrió el templo católico que durante casi cuatro años permaneció cerrado por órdenes de paramilitares.

Durante la misa y el posterior acto político realizado frente al templo de este lugar, autoridades, retornados, residentes y religiosos llamaron a construir la unidad y a redoblar esfuerzos para la reconciliación de las comunidades de este municipio, donde sólo en 1997 hubo 75 muertos, casi cien heridos, miles desplazados y decenas de encarcelados, la mayoría oriundos de Los Chorros.

retorno2En su mensaje, el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, pidió al Comité Internacional de la Cruz Roja que no suspenda la ayuda humanitaria a los desplazados, porque sus carencias son muchas. ''No los abandonen, no los dejen, y en la evaluación que van a hacer en octubre vean que todavía necesitan su apoyo, y que a lo mejor es necesario que en vez de que disminuya la ayuda se mantenga al menos igual o se pueda aumentar, según las necesidades de estos hermanos que siguen sufriendo y no se les puede dejar solos'', solicitó.

Los 189 tzotziles entraron a esta comunidad casi al mediodía llorando, portando una bandera mexicana. Antonio Vázquez Gómez, uno de los dirigentes de la organización Las Abejas, a la cual pertenecen los retornados, atribuyó el llanto a que ''no se puede olvidar que aquí se organizó la masacre de 45 hermanos en Acteal, y todo el sufrimiento que hemos pasado, pero regresar a su casa después de cuatro años es un hecho muy importante''.

Las 35 familias desplazadas salieron a las 6 de la mañana del campamento Juan Diego, ubicado en la comunidad Xo'yep, en medio de niebla y llovizna. Con algunas pertenencias sobre los hombros caminaron 15 kilómetros por una vereda lodosa entre cerros y bosques, acompañados por indígenas, funcionarios, representantes de organismos no gubernamentales, activistas y socorristas nacionales y extranjeros.

En el último tramo de tres kilómetros, ya sobre la terracería, los acompañaron en su caminata el secretario de Gobierno de Chiapas, Emilio Zebadúa, y el obispo Arizmendi Esquivel, entre otros. El gobernador Pablo Salazar tenía previsto unirse al grupo en este trayecto, pero el helicóptero que lo transportó no pudo llegar debido a las condiciones climatológicas.

Al llegar a la comunidad, de la cual huyeron hace casi cuatro años, los desplazados gritaron vivas, al tiempo que los recibían indígenas miembros de Las Abejas, que permanecieron en el poblado donde viven casi 500 familias, lo que la hace una de las villas más grandes de Chenalhó. Una manta que rezaba ''Bienvenidos hermanos desplazados" los esperó a la entrada del lugar, donde varios priístas se dieron cita para atestiguar el acto.

Al iniciar la misa, Arizmendi sostuvo que el retorno, segundo en los últimos 30 días, fue ''una esperanza, a pesar de que todavía no están dadas todas las condiciones'' para el regreso. En entrevista posterior, expresó que los desplazados ''nos están dando un ejemplo de que es posible construir mecanismos diferentes para rehacer la paz y la reconciliación".