LUNES Ť 1Ɔ Ť OCTUBRE Ť 2001
Una red organizada y jerárquica
Los 19 sospechosos de haber llevado a cabo los ataques del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas y el Pentágono formaban un único grupo muy organizado y jerárquico, y no cuatro células diferentes y autónomas como se pensó incialmente, informó ayer domingo el Washington Post.
Los investigadores de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) creen que el grupo terrorista, que se dividió en cuatro equipos -uno por avión-, estaba compuesto por dos subgrupos: por un lado, seis jefes, los que habían obtenido sus carnet de piloto; por otro, 13 "soldados de infantería", todos originarios de Arabia Saudita.
"Había dos grupos en cada uno de los aviones: estaban los cerebros -pilotos y jefes- y aquellos que controlaban a los pasajeros", declaró anónimamente un investigador.
Durante la minuciosa preparación de los ataques, unos secuestradores iban a los mismos gimnasios, adquirieron licencias de conducir en los mismos días o compraron sus billetes de avión con las mismas tarjetas de crédito. Diferentes combinaciones de sospechosos compartían hoteles y apartamentos en Estados Unidos y Alemania.
Los presuntos terroristas recibieron desde el exterior 500 mil dólares para realizar su misión, planeada e iniciada en 1996 en aquel país europeo, con apoyos de Gran Bretaña, Emiratos Arabes Unidos y Afganistán.
Una vez en Estados Unidos, en 1999, los 19 hombres no recibieron aparentemente ninguna "gran ayuda" del exterior y trabajaron juntos en un grupo único, dijo el Washington Post, citando fuentes diversas.
Decenas de personas han sido detenidas o arrestadas en Estados Unidos y en varios países europeos desde los ataques del 11 de septiembre, sospechosas de vínculos con los secuestradores o con Osama Bin Laden, a quien Washington señala como el responsable de los atentados.
Una investigación tan amplia -con más de 200 mil pistas o indicios- perjudica a muchas personas que nada tienen que ver con los sucesos, advirtieron por otro lado especialistas de inmigración. Uno de los casos es el de Akram Mena, un inmigrante egpicio muy parecido al sospechoso Marwan al Shehhi. Cuando la foto de este último fue publicada, muchas personas llamaron a la FBI diciendo que esa persona solía trabajar en la misma gasolinera en la que alguna vez trabajó Mena. El propietario de la estación de servicio dijo que desde entonces, la actividad económica bajó en 75 por ciento.
AFP, AP Y REUTERS