LUNES Ť 1Ɔ Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Los ejemplos británico y soviético muestran que es una fortaleza inconquistable
El territorio afgano, un cementerio para invasores
AFP
Islamabad, 30 de septiembre. En 1919 el general británico del ejército de Indias G.N. Molesworth escrutaba con un catalejo una aldea ubicada algo más abajo, buscando un viejo cañón afgano cuya precisión comenzaba a inquietarlo.
En el flanco izquierdo una banda de pashtunes fuertemente armados, leales al ejército regular afgano, parecía preparar un ataque contra una unidad compuesta de soldados indios y británicos.
Todo estaba listo para las primeras escaramuzas de la tercera guerra afgana contra el ejército imperial británico.
Pese a las amargas lecciones de las dos guerras precedentes de 1840 y 1870, todo indicaba que el ejército imperial una vez más subestimaba la valentía de los guerreros afganos.
Al término de la tercera guerra en 1921 el imperio británico tuvo que reconocer la independencia de Afganistán.
"Acabábamos apenas de empezar a estudiar sus posiciones cuando un obús afgano cayó justo encima de los sacos de arena que nos protegían haciendo caer una lluvia de piedras sobre los nuestros. Nos erraron por poco", cuenta el general en sus memorias publicadas en 1962.
"Nuestros catalejos escudriñaban el relieve para identificar la posición de su cañón. Finalmente fue localizado cerca del viejo fuerte de Kafir Kot, donde los artilleros afganos sacaban el cañón de una gruta, disparaban y se precipitaban nuevamente al resguardo".
El comandante de la brigada británica, temiendo un ataque sorpresa en uno de los flancos, había concentrado demasiadas tropas de reserva en detrimento de las fuerzas comprometidas en los verdaderos combates, según Molesworth.
"En otros términos, subestimó el número de los afganos a fuerza de sus posiciones, sus cualidades de combate y las dificultades del terreno".
Setenta años después, los mismos términos podrían haber sido escritos por los comandantes del Ejército Rojo, en el momento de la retirada de las fuerzas soviéticas tras 10 años de ocupación en Afganistán.
"El ejemplo de la ex Unión Soviétiva muestra que Afganistán es una fortaleza inconquistable", aseguró recientemente a la agencia noticios Afp Yevgeny Zelenov, abogado ruso y veterano de las campañas en Afganistán.
Después de la partida de las tropas rusas, Afganistán se construyó una sólida reputación de cementerio para los ejércitos de invasión.
También es un sepulcro para sus propios hijos que lucharon por su independencia pero que se vieron envueltos con frecuencia en luchas fratricidas.
En todo el país pueden verse las marcas de batallas que ocurrieron hace muchos siglos y que van desde la época de Alejandro Magno a Gengis Khan.
Restos de tanques soviéticos desventrados por obuses abundan en los campos o las montañas afganas. Las aldeas siguen en ruinas y los campos que las circundan están minados en tanto que los canales de riego han sido destruidos.
Más de un millón de afganos murieron en la guerra santa contra los soviéticos que a su vez perdieron 14 mil hombres en lo que se dio en llamar "el Vietnam de la Unión Soviética".
Unos cinco millones de afganos, entre ellos la elite del país, huyeron constituyendo la mayor población de refugiados del planeta. Otro millón podría sumárseles en caso de ataques estadunidenses contra Afganistán.