DOMINGO Ť 30 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť La intención fue favorecer la opción del estado de México, aseguran
Manipuladas, las conclusiones del PUMA sobre la construcción del nuevo aeropuerto: expertos
Ť Soslayan el peligro que corren aves de establecer la terminal en Texcoco, explican
ANGELICA ENCISO L.
Las conclusiones del Programa Universitario de Medio Ambiente (PUMA) sobre los proyectos de construcción del aeropuerto en Texcoco o Tizayuca fueron "manipuladas" para favorecer la opción del estado de México, advierten especialistas, y sostienen que en esto influyó la participación de expertos que antes trabajaron para el gobierno del estado de México. Se minimizó la presencia de las 20 especies amenazadas y en peligro de extinción protegidas por la legislación mexicana, así como los cien mil ejemplares que llegan cada año al ex lago, además de que se equiparó su situación con la de Tizayuca, donde no hay variedades en riesgo.
Fuentes allegadas a investigadores que participaron en el estudio del PUMA y a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dan cuenta de que, con la intención de inclinar la opinión a favor de una de las opciones, el proceso de elaboración del estudio estuvo orientado desde el principio por el organismo que lo pagó: Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).
Mientras el trabajo final del PUMA redujo la importancia de los impactos ecológicos en las aves, otros análisis sostienen lo contrario. En 1995 el prestudio de factibilidad ambiental de sitios para el desarrollo del sistema aeroportuario metropolitano, realizado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM y con apoyo de asesores de medio ambiente a solicitud de ASA, resalta la importancia de la presencia de aves amenazadas o en riesgo de extinción en Texcoco, estado de México.
De acuerdo con este documento hay 134 especies de aves, de ellas 17 son residentes casi permanentes del lago y el resto son migrantes; 20 están amenazadas o en riesgo de extinción, al igual que dos especies de mamíferos, dos de reptiles y un pez. Mientras, en Hidalgo hay 27 especies de aves que no están bajo régimen de protección y tampoco hay otra fauna endémica de la zona.
También la sección mexicana del Consejo Internacional para la Preservación de las Aves (Cipamex), donde se congregan ornitólogos de todo el país, sostiene que están en riesgo los cien mil ejemplares de aves acuáticas que viajan a través de América del Norte al ex lago de Texcoco, zona que está dentro de la ruta migratoria central del país, y que en 1996 fue declarada por esta organización como Area de Importancia para la Conservación de las Aves.
Esta región también es reconocida como zona hidrológica prioritaria por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio). Además, México firmó con Estados Unidos y Canadá acuerdos para la protección de las aves migratorias y todas las especies de este hábitat están incluidas.
El estudio del PUMA presenta un panorama diferente. En sus conclusiones indica que "en las dos opciones existen especies de aves que pueden implicar riesgos para la aviación", para Texcoco señala 27 especies y para Tizayuca más: 31. Aunque de acuerdo con el documento extenso se reportan sólo nueve especies para esta última.
La Semarnat, en sus recomendaciones finales enviadas a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y que realizó con base en el estudio del PUMA, pide para el proyecto Texcoco "el manejo de avifauna, aprovechar rescate lacustre, zonas verdes y programas de manejo asociados para alejar el hábitat aviario de las pistas a un mínimo de 3 mil 200 metros".
Respecto al planteamiento de trasladar las especies a zonas alejadas, los expertos de Cipamex indican que no es viable. "La presencia de miles de aves en el lago de Texcoco, y en el resto del valle de México, durante diferentes épocas del año, es resultado de conductas que han evolucionado en decenas de miles de años, definiendo las rutas migratorias que estas aves siguen por el centro del país.
"El manejo del hábitat per se no garantiza cambiar estas conductas, como se ha establecido en numerosas experiencias por urbanización y en otros aeropuertos del mundo. Por lo tanto, se deduce que el control de los movimientos de las aves que sería necesario aplicar, equivale a su eliminación". Agregan que la construcción del aeropuerto revertiría la recuperación ecológica que se ha logrado hasta el momento, se perdería el área de inundación temporal, donde residen las especies de aves playeras migratorias.
Pero esto no es todo. El estudio del PUMA adjudica a Tizayuca -donde predomina un clima semiseco y la vegetación originaria prácticamente ha desaparecido, es básicamente zona agrícola- especies que no existen. Para esta zona el documento menciona la presencia de los pájaros mulato -melanotis caerulescens-, que sólo puede encontrarse en encinares secos, además de la especie mascarita -geothlypis nelsoni-, la cual se localiza en bosques húmedos, tulares, y el sitio más cercano a Tizayuca donde se localizan es Molango, aseguran los especialistas.
Desarrollo del estudio del PUMA
Al comenzar la preparación del estudio, en el que participaron en total 106 especialistas, se había planeado que éstos conocieran, por exposición de los promoventes, las propuestas de construcción del aeropuerto en Tizayuca, Hidalgo, y Texcoco, para poder cuestionarles directamente.
El 25 de abril se organizó el primer taller y se presentaron las propuestas, ahí los investigadores pudieron cuestionar y pedir más información, indican fuentes consultadas que pidieron el anonimato, debido a que algunas de ellas firmaron con ASA un convenio de confidencialidad.
Sin embargo, para reuniones posteriores la Semarnat pidió que no hubiera contacto entre los expertos del PUMA y los promoventes, mientras que ASA tuvo injerencia en la constitución de los equipos de evaluación. Demandó la inclusión de académicos que ya habían participado en estudios para el proyecto nuevo Texcoco, como es el caso de Thelma Lazcano, de la Facultad de Arquitectura y de Gerardo Ceballos, del Instituto de Ecología -coordinador del equipo de Fauna-, que por su parte incluyó también a María del Coro Arizmendi, Rodrigo Medellín y Patricia Ramírez, todos ellos autores de los reportes técnicos de ASA para esta misma propuesta.
Todos estos especialistas fueron llevados por ASA a aeropuertos internacionales, como los de Vancouver y Boston, con el fin de que observaran métodos de control de fauna en las zonas aledañas. Ceballos, coordinador del grupo de Fauna, en abril todavía fungió como representante de la propuesta Texcoco en reuniones de promoción.
Sumado a esto, afirman las fuentes, el gobierno del estado de México repartió a analistas esos reportes técnicos para señalar que el Instituto de Ecología ya había demostrado que el proyecto en Texcoco no sería perjudicial para las aves migratorias ni para la seguridad aérea.
El PUMA designó como coordinador para la integración de la información de los distintos equipos a Luis Bojórquez, del mismo Instituto de Ecología, y aceptó de ASA la condición para que los investigadores firmaran una carta de confidencialidad por cinco años para que ninguno de los participantes proporcionara información a terceros.
De acuerdo con las fuentes, la forma en que se dio el trabajo del PUMA fue la siguiente. En el primer taller, tras establecerse los grupos de trabajo, se delineó el método y se señalaron los criterios a seguir en cada disciplina. En un segundo taller se hizo una "aplicación preliminar" de los criterios en cada equipo y se definió en cada caso si el factor analizado favorecía a Texcoco o Tizayuca. En el desarrollo de este taller, los expertos "apreciaron que gran parte de los aspectos técnicos favorecía a Tizayuca".
Cuando se realizó el tercer taller, el ejercicio fue intercambiar en distintas mesas a los miembros de los diferentes equipos, en lugar de que fueran mesas temáticas por cada equipo, para ponderar criterios. "En los recesos y al final de la reunión se apreció que los resultados serían favorables para Tizayuca", comentan.
Explican que después del 6 de julio ya no hubo talleres y a los expertos se les informó que el resumen ejecutivo y las conclusiones correrían a cargo del equipo de integración y de los coordinadores de equipo por cada disciplina. Los resultados, como se sabe, dieron un empate técnico entre las dos opciones.
Comparación de resultados ambientales
Concluye que ninguna de las dos opciones, Texcoco y Tizayuca, prevalece sobre la otra. Expone que aun cuando los hábitat naturales se encuentran sumamente alterados, existen especies endémicas y en peligro de extinción en los dos sitios. Destaca que en ninguna de las dos opciones la construcción del aeropuerto pondría en peligro de extinción las especies de importancia biológica. Los efectos adversos sobre las poblaciones de especies importantes podrán evitarse o mitigarse con una cuidadosa planeación. No menciona la existencia en Texcoco de especies protegidas por la norma mexicana 059. Señala que en las dos opciones existen especies de aves que pueden implicar riesgos para la aviación.
Concluye que desde el punto de vista ambiental, Tizayuca es el sitio más viable y que Texcoco se considera no viable. Los efectos ambientales en Texcoco serán mayores, porque de acuerdo a la norma mexicana 059 hay 20 especies de aves protegidas, con una población fluctuante de 26 mil a 350 mil individuos en el invierno, lo cual representa riesgos para la actividad aérea. Los humedales de Texcoco dan albergue a 40 por ciento del total de las aves acuáticas que migran a la cuenca de México. Además hay una riqueza de especies que no existe en Tizayuca, ya que ésta es una zona perturbada por actividades agrícolas, urbanas e industriales. Las obras del plan Texcoco han recreado un hábitat lacustre y humedales que sería difícil que se dieran en otros lugares.
Fuente: Evaluación ambiental comparativa de dos sitios considerados para la ubicación del nuevo aeropuerto internacional de la ciudad de México, del PUMA y Prestudio de factibilidad ambiental de sitios para el desarrollo del sistema aeroportuario metropolitano del Instituto de Ingeniería de la UNAM.