DOMINGO Ť 30 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Denuncia líder guajiro impunidad en la baja Tarahumara

Pobreza y desempleo orillan a etnias de Chihuahua a trabajar para narcos

RUBEN VILLAPANDO CORRESPONSAL

Ciudad Juarez, Chih, 29 de septiembre. Bandas de narcotraficantes reclutan a tarahumaras, tepehuanes, guajiros y pimas, quienes, por la pobreza y falta de trabajo en la región aceptan trabajar para ellos, dijo el coordinador del gobierno del estado en la Sierra Tarahumara, Lorenzo Nátera Navejas.

Explicó que este año han caído lluvias abundantes y los indígenas han levantado buenas cosechas, pero los bajos precios de sus productos y la falta de mercado interno, castigado por la importación indiscriminada de productos de Estados Unidos, propician que se unan a las bandas que siembran y trasiegan mariguana y amapola.

En estos poblados hasta el Ejército y la PGR tienen dificultad para ingresar, por lo que es la zona con más cultivos de mariguana y amapola que no se han podido erradicar porque los narcotraficantes ofrecen más dinero que el gobierno del estado en los cultivos que promueve.

Dijo que en especial en la zona de la baja Tarahumara los narcotraficantes abusan de los mas débiles y obligan a los indígenas de las cuatro etnias en la región a trabajar para ellos, además de quitarles sus tierras para sembrar drogas.

Por otro lado, el presidente del Supremo Consejo de la etnia guajira Julio Artalejo Ortos, dijo que en la baja Tarahumara prevalece la impunidad porque personas que han matado hasta 40 personas se encuentran libres a pesar de las denuncias que han presentado contra ellos.

Dijo que a pesar que desde 1993 ha disminuido el problema de la impunidad, en zonas como Ocampo, Moris, Uruachi y Chinipas la situación prevalece.

El líder de los indígenas guajiros precisó que residentes de esa región han presentado denuncias y ha hecho gestiones desde 1993 para que detengan a los homicidas más peligrosos que andan sueltos, pero no han tenido éxito, ya que hasta los expedientes están desaparecidos.

Explicó que es necesario que las autoridades federales y estatales actúan contra los delincuentes, ya que bajo amenazas de muerte obligan a los campesinos y a los indígenas a sembrar drogas, cuidarlas y cultivarlas.