SABADO Ť 29 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Juan Carlos Vanegas narra anécdotas de las vivencias con su tío

Posada y el grabado mexicano cedían su lugar al tema de Cuba en las charlas de don Arsacio

MERRY MAC MASTERS

Separar al Arsacio Vanegas (1922-2001), promotor de José Guadalupe Posada, del Arsacio Vanegas preparador físico de los revolucionarios cubanos, es tarea difícil. Al respecto, Juan Carlos Vanegas -quien asistía a su tío en la selección de material para las exposiciones y desde 1980 lo acompañaba en sus viajes al extranjero- tiene muchas anécdotas.

La última salida fue por 1991-92 a Grand Rapids, Michigan: ''En la universidad estatal fue tanta la afluencia que no cabían las personas en la pequeña galería. Tuvieron que sacar las piezas a un jardín. Llamó tanto la atención que las mismas autoridades estaban sorprendidas. Cuando mi tío daba una conferencia, muchas veces yo pasaba las proyecciones. Luego, él hablaba de Posada, y yo de Manuel Manilla o Antonio Vanegas Arroyo (editor del primero).

''Después había una sesión de preguntas y respuestas. Lo primero que le preguntaban era lo de Cuba, que usted conoció a Fidel, al Che y todo eso. El decía, vengo a hablar de la cultura de México, pero si las autoridades me dan permiso de hablar de ese tema, hablaré. Como no había problema, se ponía a hablar dos, tres horas de Cuba. Si llegábamos a las ocho, nueve de la mañana, íbamos saliendo a las dos de la tarde de la conferencia.''

Legado de generación en generación

Arsacio Vanegas también llegó a escribir corridos. Uno muy especial se tituló Corrido de un mexicano a Fidel Castro Ruz, y data del 17 de enero de 1959. Empieza así: Señores, voy a cantar/ porque me pega la gana,/ el triunfo de Fidel Castro/ allá en la tierra cubana. Yo, como buen mexicano,/ no tolero a los tiranos/ y a aquellos que los derrumban/ los estimo como hermanos. Por eso soy partidario/ de don Fidel Castro Ruz,/ de su lucha y su calvario,/ de su triunfo y de su cruz...

Con la muerte de su tío, Juan Carlos dice que ahora la labor consistirá en conservar ''el patrimonio que nos legaron desde Antonio Vanegas Arroyo y que ha venido de generación en generación''. Dicho acervo, que incluye planchas de Posada, grabados originales de Manilla, hojas y volantes, ''seguirá aquí (en su casa de Penitenciaría 27, colonia Morelos) hasta que el último de nosotros salga o desaparezca''. Agrega que también existe ''mucho material desconocido de la historia de México. Hay cosas de Manuel Acuña''. Por eso se ha planteado la posibilidad de crear un museo privado, aunque asegura que la casa está considerada ''sitio histórico''.

En cuanto al cuidado de las planchas, Juan Carlos explica que continuamente se limpian, ya que lo principal es dejarlas con tinta. ''El plomo corre el riesgo de romperse. Entonces se les limpia con gasolina de manera periódica, también para evitar que la tinta se seque y quiebre el metal. Igualmente hay que tener mucho cuidado con el zinc, porque es muy delgadita la placa''.

Cuando se realizan impresiones para los folletos o catálogos de las múltiples exposiciones, se hacen directamente de las planchas originales. De modo que ''también hay que tener mucho cuidado con la presión de imprimirlo. Se les pone periódico para nivelarlas y buscar una presión estable. Luego se les pone un pedazo de hule para que con la presión no se quiebren las planchas. Son tantos años que las planchas corren el riesgo de quebrarse''.