VIERNES Ť 28 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť Sólo lo es el siervo, que obedece lo que se le indique, afirma el académico universitario
México jamás debe ser incondicional a otra nación, dice el ex procurador Diego Valadés
Ť Someter la diplomacia a los intereses de EU sería una torpeza política: Saxe-Fernández
KARINA AVILES Y JOSE GALAN
Sólo el siervo es incondicional. Y en este país, las condiciones de servidumbre quedaron desterradas desde hace mucho tiempo, afirmó el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México, Diego Valadés.
Asimismo, para el investigador y politólogo John Saxe-Fernández, el sometimiento de la diplomacia mexicana a los intereses de Estados Unidos sería una ''torpeza política'' que llevaría a nuestro país a la ''diplomacia de la postración''.
Por otra parte, entrevistado en la Universidad Iberoamericana, el agregado cultural de la embajada de Estados Unidos en México, John Dickson, insistió en que la agenda bilateral ''está vigente. Si no trabajamos en ella sería otro éxito de los terroristas''.
Al referirse al ''apoyo incondicional'' a Estados Unidos expresado por el presidente Fox, Diego Valadés, ex procurador general de la República, expresó que en términos de la defensa de la soberanía, de la dignidad como país y de los intereses de nuestra población, ''jamás'' debemos ser incondicionales a otra nación.
No se puede llevar la incondicionalidad al grado de que ahora ''todo lo que ellos (Estados Unidos) hagan estará bien, aunque sea atropellando la ley''. Tampoco se debe permitir que con el pretexto del ''gravísimo problema'' de los ataques terroristas, los mexicanos que quieran transitar a ese país vean afectados sus derechos humanos, destacó.
''La incondicionalidad no existe, porque ser incondicional es decir que nos sometemos a los dictámenes de ese alguien para acatar y obedecer lo que nos indique... Sólo es incondicional el siervo. Y nosotros tenemos una sociedad en la que ya no hay siervos. Desde nuestra independencia no hay servidumbre en el país'', añadió el director del IIJ.
Nuestras condiciones son muy claras: la defensa de la soberanía, de la dignidad y de los intereses de nuestra población, subrayó el académico.
Las represalias se sitúan fuera del orden jurídico
Al término de la firma de un convenio entre la UNAM y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Valadés indicó que si se tienen por delante esos preceptos, no hay inconveniente en ofrecer apoyo y solidaridad.
Sobre las declaraciones del canciller Jorge Castañeda, quien defendió ''el derecho'' de Estados Unidos a ''la represalia'', dijo: ''Yo entendí que había habido una corrección en la expresión en el Senado. Desde luego, las represalias se sitúan fuera del orden jurídico. Yo entendí que lo que él planteaba era que todos los procedimientos se ajustaran a los principios y las disposiciones del derecho internacional. Sólo en esos términos es comprensible la posición de México, en el pleno respeto del derecho internacional y de los principios generales del derecho''. Consideró que los planteamientos de Castañeda van en el sentido de ofrecer ''solidaridad'' a una nación, ante un hecho que no sólo atacó a la población de Nueva York y Washington, sino a la humanidad. La causa de los derechos humanos es mundial, apuntó.
El 11 de septiembre, enfatizó Diego Valadés, hubo más de 6 mil personas muertas. A partir de entonces, se han producido más de 250 mil víctimas que perdieron el trabajo en todo el mundo, varios millones se quedaron sin sus ahorros, muchos millones más viven en el temor, ''y somos 6 mil millones que estamos a punto de perder la paz''.
En otro espacio, en el coloquio Globalidad y conflicto. Estados Unidos y la crisis de septiembre, el director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Fernando Pérez Correa, expresó que el terror es un signo de nuestro tiempo. ''Por una parte el terror brutal, por la otra, el temor de que este fenómeno desencadene fuerzas descontroladas inspiradas en la irritación y en el derecho a la retaliación, es decir, la vuelta a la Ley del Talión''.
Por otra parte, John Saxe-Fernández presentó en un hotel de la Zona Rosa el libro Globalización, imperialismo y clase social, escrito en colaboración con James Petras, Henry Veltmeyer y Omar Núñez, y allí subrayó que el discurso aceptable para los mexicanos es el del secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, y no el del canciller Jorge G. Castañeda quien, agregó, ''haría bien en aprender'' de dos ex cancilleres: ''su padre, Jorge Castañeda de la Rosa, y Alfonso García Robles''.
La agenda bilateral sigue adelante
Posteriormente, en el foro Diálogos en contra del terrorismo y por la paz, realizado en el auditorio principal de la Universidad Iberoamericana, John Dickson, consejero de Asuntos Culturales de la embajada estadunidense en nuestro país, insistió en que México y Estados Unidos trabajan ''a buen ritmo'' en la agenda bilateral: promoción del sector privado, intercambios educativos, capacitación de policías mexicanos y, por último, en temas como migración y agua.
El diplomático, que esquivó los cuestionamientos de alumnos de la Ibero sobre la falta de autocrítica en el discurso estadunidense sobre el terrorismo, sostuvo que la autocrítica ''forma parte de nuestra vida diaria y de nuestro diálogo democrático'', pero advirtió enseguida que ''no hay ninguna justificación por lo sucedido el 11 de septiembre ni de lo que pasaría si no hacemos nada''.
Por su parte, Omar Olázabal, ex agregado en la embajada de Cuba en Yemen, investigador y catedrático de la UIA, sostuvo que para alcanzar la paz se deben atender las razones que generan el terrorismo en el Medio Oriente, particularmente el problema palestino.
''El arreglo pacífico que todos deseamos va a depender de ello'', dijo. ''Mientras no se resuelva, les damos justificación, aunque inmoral, a esos grupos extremistas. Tenemos que ir a la solución de causas que provocan el respaldo popular a esas organizaciones y así ya no habría espacio para los Bin Laden''.