MARTES Ť 25 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť La antología será una revelación para lectores nacionales e iberoamericanos, adelanta
Con Paisajes del limbo, Mario González Suárez rescata a 12 narradores mexicanos del siglo XX
Ť Se incluye a Juan Vicente Melo y Jesús Gardea, entre los menos desconocidos
ARTURO JIMENEZ
Una ''revelación" para los lectores nacionales e iberoamericanos prevé Mario González Suárez que será su antología Paisajes del limbo, en la que hace una ''relectura" de la narrativa mexicana del siglo XX para rescatar a 12 escritores de gran calidad pero poco conocidos o desconocidos por un público más amplio.
Se trata, entre los más identificables, de Salvador Elizondo, Juan Vicente Melo, Efrén Hernández, Daniel Sada, Jesús Gardea y Francisco Tario. Y entre los menos, de Guadalupe Dueñas, Ricardo Elizondo Elizondo, Pedro F. Miret, Juan Manuel Torres, Alvaro Uribe y Arqueles Vela.
De manera desprejuiciada, González Suárez identifica en ellos preocupaciones que rebasan ''lo nacional", una originalidad probada y el despliegue de una mitología singular. ''Han construido una poética propia, universos personales, voces individuales, y han hecho, a partir de su navegación interior, una literatura", advierte en entrevista.
Lo que tienen en común es lo que los diferencia, dice. Y resume: ''Están fuera de ideologías, de tendencias, de intereses extraliterarios. Están en una posición ajena a lo políticamente correcto. Es la exploración interior".
Y es que González Suárez no entiende por ''limbo" un jardín de locos para inteligencias paganas, sino, como aclara en su introducción, ''un lugar donde transita libremente el alma y sabe que ella misma es el espacio".
Guía para los editores
Para este antologador y escritor, Paisajes del limbo (Tusquets) será una agradable sorpresa que enriquecerá la visión de la literatura mexicana. Mientras, agrega, para muchos editores esta antología podría servir de guía.
Visitar autores como éstos, explica, le dará al lector una experiencia que le servirá para no quedar ''tan inerme ante lo que los editores le lanzan con toda impunidad y que le anuncian como las grandes obras".
Si este libro será una revelación para los mismos lectores mexicanos, asegura, más lo será para los lectores españoles y latinoamericanos, que tienen la percepción parcial de ''una literatura mexicana nacionalista y que sólo trata de México".
La narrativa mexicana que se ha leído en el país y el extranjero, afirma, es una ''literatura realista, ideologizada o preocupada en primer lugar por hacer una crónica de la vida social y política del país".
Y ahí cabrían, agrega, los autores que se han leído en la escuela, a partir de la novela de la Revolución mexicana, como Martín Luis Guzmán, Agustín Yáñez, Juan Rulfo, Carlos Fuentes.
Más allá de lo excéntrico y lo fantástico
Los autores que antologa, comenta González Suárez, pueden parecer excéntricos, sin embargo todas las literaturas tienen a ese tipo de escritor. ''Los excéntricos pueden ser uno, dos o tres, pero no 12. Esto sugiere que conforman una tendencia real de la literatura mexicana que, en un primer momento, uno podría emparentar con lo fantástico, pero ese término ha sido más una invención de los editores que de la propia literatura".
-Entonces, Ƒqué otras características unen a los 12, aparte de ubicar sus universos literarios en el limbo?
-No conforman ni una generación ni un grupo ni una escuela y están repartidos a lo largo del siglo XX. Siento que es una tendencia de la literatura subterránea. Y lo que tienen en común en primer lugar es la creación de una poética y la elaboración de prosas muy depuradas, construidas para la creación de estos universos. Es un compromiso con el lenguaje.
''Son muy distintos entre ellos, porque incluso algunos textos de esos autores son realistas, pero la visión de la realidad no tiene nada que ver con lo nacional."
-ƑPor qué la mayoría de estos escritores no tienen el lugar que les corresponde?
-La historia de la literatura mexicana ha corrido pareja a la historia social del país. La novela de la Revolución mexicana no es sólo un capítulo de la historia literaria del país, sino también un capítulo de su historia social. Por la forma en que han ocurrido las cosas en México, desde una perspectiva de educación pública se ha ponderado, por encima de todo, a las obras que hablan de la nación.
Entre los más conocidos de los 12 menciona a Elizondo, autor de Farabeuf y cuya obra completa ha sido publicada por El Colegio Nacional, la colección de Vuelta y ahora el Fondo de Cultura Económica (FCE). Y entre los casi desconocidos, a Juan Manuel Torres y Pedro F. Miret, a quien ve como un misterio.