LUNES Ť 24 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Monumento a Ricardo Pascoe
LUMBRERA CHICO
Durante el último año de su gestión como delegado del gobierno de Rosario Robles en Benito Juárez, el actual embajador del gobierno panista de Vicente Fox en Cuba, el ex militante trotskista Ricardo Pascoe, tomó una de las decisiones más desafortunadas de su incipiente carrera dentro de la administración pública.
Ocurre que, prácticamente desde la inauguración de la Monumental Plaza México en febrero de 1946, quedó un amplio terreno baldío frente a la puerta número uno del coso, en la calle de Augusto Rodin. A lo largo de mi infancia, allá por los años 50 del siglo pasado, de ese lote ascendían al cielo unas desmedradas torres de varillas y concreto que eran algo así como la base que alguien no pudo nunca acabar de construir.
Como lo relató el maestro Leonardo Páez en esta plana hace algún tiempo, ese lote pertenece a la familia Cossío, propietaria de la México. Desde el momento en que Cuauhtémoc Cárdenas asumió el Gobierno del Distrito Federal, en 1997, los vecinos de la plaza comenzaron a juntar firmas para pedir a la delegación encabezada por Pascoe que edificara en ese predio un estacionamiento para acabar con el desorden automovilístico que provocan en la zona los llenazos de las grandes corridas, cada vez más infrecuentes, o los quincenales tumultos que ocasiona el contiguo estadio de futbol.
Pero Pascoe desoyó tales peticiones, o las oyó a medias, pues terminó cediendo a los ruegos de la familia Cossío, empeñada en convertir ese terreno en una plaza comercial. El resultado final de estas negociociones fue híbrido: Pascoe autorizó, y los Cossío edificaron, un centro comercial de dos pisos, con dos niveles subterráneos de estacionamiento. Hoy, hoy, hoy, nadie se ha interesado en poner una sola tienda allí y el estacionamiento, con todo lo incómodo y poco funcional que es, vive únicamente los domingos en que hay función taurina.
Lo más absurdo es que, desde hace algunos domingos, los policías de tránsito que operan en la Benito Juárez, bajo la batuta del fundamentalista católico José Espina, actual jefe delegacional en esa demarcación y afiliado de corazón a la tendencia más derechista del PAN, colocan sus patrullas sobre Diagonal San Antonio para impedir que los aficionados metan sus coches al estacionamiento. ƑAlguien puede explicar esta contradicción secundaria del capitalismo salvaje?
La respuesta es muy sencilla. Los patrulleros cobran una corta de diez pesos para dejarle entrar a usted al estacionamiento, donde la cuota de estancia es de quince pesos más. Ya que la gente de López Obrador ha renunciado por completo a la obligación de meter al orden a la mafia de Rafael Herrerías que regentea la plaza de toros más grande y menos importante del mundo, Ƒno podría hacer algo -siquiera esto- para que Leonel Godoy, jefe de la policía capitalina, corrija aunque sea nada más este abuso? Ya lo reiteró Andrés Manuel: "ir a fondo y no quedarse en la superficie, simulando, repitiendo caminos trillados y arrastrando inercias".