ANDANZAS
La bayadera
Ť Colombia Moya
LA
BAYADERA es un importante ballet, dado que desde su estreno, en
1877 en el teatro Mariinskii de San Petesburgo, bajo la fecunda inspiración
del mago de la coreografía, Marius Petipa, la obra prácticamente
no dejó de palpitar en numerosas compañías con las
diversas versiones y cambios que varios coreógrafos o repositores
han hecho de ella. El exotismo y el mundo de los espíritus, muy
en boga en el siglo XIX, es el ambiente en que la trama se desarrolla,
aunque hasta no verla no sabremos qué es lo que la Compañía
Nacional de Danza del INBA conservó o transformó hoy, fecha
en que se llevará a cabo su estreno en el Palacio de las Bellas
Artes, a cargo de Caroline Lorca, invitada por Cuauhtémoc Nájera
para el efecto.
La Bayadera, de cuatro actos originalmente, es un esplendoroso ballet de gran producción y lujoso vestuario, así como llamativas escenografías, que inicialmente realizara Andreev con un fuerte equipo de colaboradores como Bokarov, Lambín Shiskov, Wagner y otros, dado que el ballet contiene muchos cuadros. La música original es de Ludwig Minkus y la bailaron con éxito apoteósico Ekaterina Bazem en el papel de la bayadera buena, Pavel Gerdt como el codiciado Solor, Lev Ivanov bailando el Rajá, en uno de los pocos ballets en que tomó parte, ya que este hombre excepcional, asistente de Petipa en su labor coreográfica, fue el creador del acto segundo de El Lago de los Cisnes, secuencia maestra del ballet de todos los tiempos, amén de otras obras de valor artístico incalculable; bailó asimismo el rol de Gamsatti María Petipa, esposa del coreógrafo francés.
El tema es una historia de amor y traición desafortunada, celos y envidia que ocasionan que los amantes trasladen su pasión al mundo de los muertos, tal vez en un intento por complacer a un pueblo amante del romanticismo y el exotismo de los países orientales. Las bayaderas fueron bailarinas escepcionales, de gran belleza, consagradas a los dioses, y que por lo general habitaban los templos, en una antiquísima costumbre proveniente de Egipto, Grecia y Mesopotamia, cuando la danza se consideraba sagrada en los grandes rituales y ceremonias de la antigüedad. Con el tiempo degeneraron en orgías, y las bailarinas conocieron la degradación social y el menosprecio de la corriente judeocristiana en el mundo.
El reto
Con esta obra, la CND fortalece no sólo el gusto por los ballets tradicionales, sino obtiene un espectáculo vistoso (esperamos que de gran belleza), como debe ser, enfrentando un reto más en la estructura de un repertorio que prácticamente tiene de todo, y que para no errarle, mientras "más vale viejo por conocido, que nuevo por conocer", mejor seguramente atraerá cada vez más al público necesario para fundamentar un importante renglón de la danza en la vida cultural de un país, el ballet.
Las funciones serán los días 23, 25, 27 y 30 del presente, martes y jueves a las 20 horas, y los domingos a las 17 horas. La bayadera también visitará el 29 Festival Cervantino, en octubre.