Ť Anuncia que ya prepara nuevo disco; tardó 10 años en realizar el anterior
Un trovador es un necio a quien le da por cantar: Marcial Alejandro
Ť Cada día me cuesta más trabajo componer porque temo autoplagiarme, confiesa el músico
Ť Una ofensa, que los productores piensen que a la gente deben dársele cosas sencillas, afirma
ARTURO CRUZ BARCENAS
Trovadores hay muchos y pueden clasificarse de acuerdo con su idea de vida, de hombre, de mujer, de amor y muerte. "Son, para mí, unos necios", expresó Marcial Alejandro, compositor y cantante nacido en la ciudad de México.
En entrevista, dijo que no estudió nada, lo cual no es tan cierto. Ingresó a la Escuela Nacional de Música a principios de los setenta y, simultáneamente, comenzó a tocar el bajo en el grupo del chileno Angel Parra; participó en la fundación del conjunto La Nopalera y en la grabación de su primer disco.
Cada
vez que compone una canción se enfrenta al mismo problema que tienen
los escritores ante la hoja en blanco: cómo decir algo de modo que
no sea plagio o, peor aún, autoplagio. "En esta cultura occidental,
desde los griegos ya está todo dicho. No hemos inventado nada. En
cualquier telenovela, la que sea, en el Canal de las Estrellas o de cualquiera
del mundo, vemos lo más básico de la tragedia griega. Ya
desde entonces sabemos que el padre no era el padre, sino que era el vecino,
del mismo modo que la madre no era tal, sino que sólo era alguien
que recogió al hijo. Están Yocasta y Elektra; estamos procreando
lo mismo.
"Lo malo es que lo procreemos en un sentido negativo y pésimo. Lo malo es echar abajo aquello con vulgaridad y simplicidad. Lo dice Víctor Manuel en una de sus canciones: 'No hemos inventado nada', pero todo el tiempo estamos reciclando. Lo maravilloso es hablar, por ejemplo, del amor, pues todos sentimos lo mismo, pero cada quien da su punto de vista. Va cambiando el lenguaje."
Marcial admira desde joven a Miguel Hernández, para muchos el poeta máximo. "Cuando estaba en la Prepa 6 me dije: la verdad, no hay nada más importante que escribir una canción, y me salí de la prepa. Mi decisión vocacional la tomé cuando empecé a tocar la guitarra, como a los 14 años. No sé hacer otra cosa. La guitarra me definió; fue el parteaguas. Cuando la descubrí supe que sería el amor de mi vida; ella me ha enseñado todo, a ser gente, un universo enorme que yo mismo invento. Me ha dejado viajar y hacer amigos."
En la cocina de Ediciones Pentagrama, donde se realizan regularmente las entrevistas, Marcial destaca su amistad con Modesto López, dueño de la disquera, y la importancia de ésta en su trayectoria. La compañía celebrará sus primeros 20 años de historia con un programa que sintetiza sus logros. Participarán algunos de los músicos que conforman esta alternativa discográfica, del 4 al 7 de octubre, en el Centro Nacional de las Artes.
"Este festejo significa que sí se pudo", expuso entre risas. "Significa que no fue en vano tanto esfuerzo en 20 años de hacerle al oso. Debo festejar junto con todos los que piensan como yo. Festejamos que esta empresa edita discos al gusto de quien los edite. Aquí he podido hacer lo que he querido, lo cual no me han propuesto en otros lados, tal vez porque mi música no les ha interesado, porque no es lo que quieren.
"Aquí he hecho lo que he deseado en los dos discos que he grabado -Aquí estoy y el que lleva el nombre del autor-. Sí se pudo, en 20 años, y ojalá se siga pudiendo. Pentagrama le ha dado cabida a mucha gente, pero la demanda es tanta que es difícil satisfacerla toda. Ahora vienen muchos jóvenes empujando fuerte. Ojalá existieran más Pentagramas. Ojalá hubiera muchos Modestos."
-¿Por qué tienes tan pocos discos?
-Tengo uno que llamo el disco de la década, porque me tardé 10 años en hacerlo. Este año quizá hagamos algo, pero no lo aseguro, menos lo juro. No sé por qué. Creo que es porque soy medio güevón y me gusta componer. El escenario me gusta, pero me agrada que me interpreten. Vivo de mis canciones. No sé cuántas he escrito; no me gusta contarlas porque creo que es de mala suerte, ¡y mira que no soy alguien clavado en ese asunto!
"Cada día me cuesta más trabajo componer, porque te das cuenta de que estás diciendo lo mismo. Los compositores tenemos un tema que nos va a acompañar toda la vida. Puede ser el amor, la vida, la muerte.
''Miguel Hernández decía que ése es un tríptico. Los compositores somos un poco obsesivos. Lo peor de un creador es que se autofusile. Crear es decir algo de distinta manera."
-¿El amor va ligado a lo cursi?
-Para mí eso me es inherente. A lo mejor sí soy cursi porque nací al calor de los boleros, género en el que escribí mi primera canción. Por lo menos, Agustín Lara dijo que era feliz siendo cursi. Las personas como yo quisiéramos ser un poco Agustín Lara, del mismo modo que un roquero quisiera ser Jagger, o un jazzista Miles Davis. Todos tenemos nuestros iconos.
Recuerda con cariño a Paco Galindo y el bar y centro de espectáculos Arcano, ya desaparecido, donde las veladas se alargaban según la capacidad hepática. "Es un ejemplo excelente de lo que debería pasar en México, pero que no ocurre por nuestro bajo grado cultural, y eso no quiere decir, que quede bien claro, que lo digo peyorativamente ni sintiéndome el pirruris de la cultura en México. La música, aun el jazz, es una expresión sumamente básica, porque es del alma. Es más, pienso que el jazz es la recuperación de los sentimientos profundos del alma, del corazón de la gente.
"Eso de que a la gente hay que darle cosas sencillas porque no las entiende es una ofensa. Eso dicen algunos directores artísticos, algunos promotores. Eso de ver a la gente como pendeja es algo que nos cuesta mucho. Lo que estamos haciendo nosotros no es complejo ni complicado, y se trata de que vayas descubriendo cosas cada vez que escuches la misma canción. Hay cosas que a la primera ya te las aprendiste. Eso no es éxito. La gente no es primitiva; puede tener carencias, pero no es pendeja.
"La gente de la industria ya le tiene echada la mirada a los trovadores. Sony ya cuenta con un área, lo mismo Ariola. Está superprobado que también los trovadores la pegan. ¡Me parece un poco tarde y también un poco falso!"
Precisa que es difícil definir a un trovador, pero "es un necio que busca buena palabra y le da por cantar". Cuando un trovador canta se hace el silencio alrededor, para oír y entender lo que expresa. "Me ha pasado que no lo logro y hasta me han bajado de un escenario. ¡Claro! No, no cuando comenzaba, sino ya más hecho. Me da un poco de vergüenza. Se siente... muy pinche. La vez que me pasó no me dio pena, sino coraje. Empecé a retar a la gente. Eso sí, a la fecha no me han descalabrado."
Reitera que seguirá cantando sus canciones. "Como dice El Negro Ojeda: no lavamos ajeno".
Lo bueno es que Marcial Alejandro ya anunció que se dispone a preparar el siguiente "disco de la década".