SABADO Ť 22 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Orlando Lübbert ofrece una historia acerca de los barrios marginales en Chile

Taxi para tres abre la presencia de AL en la sección oficial del festival de Donostia

Ť La democracia es el principio rector del jurado, expresa Claude Chabrol

CESAR GÜEMES ENVIADO

San Sebastian, 21 de septiembre. Taxi para tres es el primer largometraje latinoamericano que se presenta dentro de la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Donostia. Ofrece una historia posdictadura que narra la vida de los barrios marginales santiagueños a través de la vida de tres pícaros ladrones, dos de ellos natos y uno por necesidad, el conductor del taxi, encarnado en la pantalla por el destacado actor chileno Alejandro Trejo. La fatalidad funambulesca define a esta cinta de Orlando Lübbert, que desde su estreno en agosto de este año a la fecha ha llevado al cine a 250 mil espectadores sin contar los que atraerá en las salas donostiarras.

-Tu labor ha sido más de documentalista que de director de cine de ficción y eso se nota en Taxi para tres. ƑAceptas esta lectura?

-La acepto en cuanto que lo ofrecido en la pantalla es la ciudad misma de Chile, sin maquillaje. Y seguramente que puede verse casi como un documental también porque estuvimos en contacto con materiales tomados todos de la realidad nuestra.

-Es una de las cintas ya de madurez luego de apenas una docena de años sin dictadura. ƑSerá algo así lo que esperaba ver el público?

-En realidad vivimos una especie de posdictadura muy marcada, con grandes resabios de lo que fue la dictadura por entero. Quise defender en la cinta la mirada que tenemos de nostros mismos como chilenos y de la forma en que nos miramos. Para mí es claro que así como se ha desarrollado en nuestros países una economía informal, también hay a la vista una moral y una ética informales, que son las que guían a los personajes. A lo cual habría que añadir una buena dosis de impunidad, que se ha vuelto paradigmática en Chile.

''Volante o cajuela''

-ƑDe modo que hablamos de una historia real?

-Lo cierto es que el núcleo del argumento me lo narró un taxista hace un tiempo en Santiago: el modus operandi de muchos ladrones allá se sintetiza en ''volante o cajuela", que quiere decir: o nos ayudas a robar o te metemos en la cajuela hasta que te mueras. Y todo esto, según me parece, no proviene sólo del ingenio malévolo del delincuente, sino de la codicia que despierta en nuestros países el capitalismo salvaje a que estamos sometidos.

''La publicidad diaria nos dice que hay que llegar arriba a como dé lugar. Sé que es algo grotesco pero así lo vivimos. Por otra parte quise dar a conocer otra forma de entender la cotidianidad popular, que en los noticiarios locales aparece sólo en forma de catástrofe o relacionada con hechos de violencia.''

-No habla, sin embargo, directamente de la posdictadura.

-Habla de algunos de sus resultados posteriores. En Chile es muy válido y necesario hablar de la dictadura misma, pero siento que el público, la ciudadanía en general, tiene aún abiertas muchas heridas y prefiere abordar el tema pero a partir de cierto filtro estético.

-Según las cifras a mano, en Chile Taxi para tres superó fácilmente a El planeta de los simios, que tenía todo el apoyo económico. ƑA qué atribuyes esa aceptación?Chabrol2

-A los chilenos nos interesa tanto lo que nos pasa a nosotros mismos como lo que sucede en los países vecinos de Latinoamérica. De otra forma sería inexplicable que con apenas unas cuantas copias de la cinta hayamos en efecto superado por mucho a El planeta de los simios, que llegó a Chile con casi 60 copias y precedida de una publicidad apabullante.

Reunión del jurado con la prensa

Mientras las cintas correspondientes a la sección oficial, al apartado Zabaltegi y a Made in Spanish han dado inicio a sus proyecciones, el jurado que conferirá la preciada Concha de Oro se reunió con la prensa a fin de dar a conocer su posición para calificar las cintas.

Los miembros del jurado de este año son Claude Chabrol, presidente, a quien acompañan Florinda Bolkan, Jorge Edwards, Giuseppe Bertolucci, Eloy de la Iglesia, Sandra Hebrón e Yvonne Blake.

A propósito de su desempeño dentro del festival donostiarra, Chabrol declaró: ''El principio de este jurado es la democracia. Esto es, que cada quien señale cuáles son los principios de calidad de las películas exhibidas".

Hebrón matizó: ''Lo esencial es que las cintas cuenten una historia que nos genere una experiencia emocional, elemento que es muy difícil evaluar de antemano". Blake retomó el tema para afirmar: ''Bueno, siempre me fijo mucho en el movimiento actoral y la fotografía, pero eso queda superado si la película me cuenta una historia que me atrape". Bolkan, quien se presentó en año pasado en Zabaltegi, dijo que ''en tanto jueces observo que todos quieren hacer un buen papel y ser considerados; en mi caso busco lo mismo una buena historia que una interpretación adecuada".

La opinión más esperada, quizá, era la de Edwards, escritor al fin, y la de Eloy de la Iglesia, único vasco dentro del jurado. Dijo el primero: ''No soy experto en cine, pero observo una clara relación entre el arte narrativo por escrito y el que se hace para la pantalla". Y remató el segundo: ''Me siento absolutamente incapaz de ser objetivo. Es posible que resulte un pésimo jurado porque me cuesta mucho trabajo criticar el trabajo ajeno".

Este jurado decidirá al ganador de la Concha de Oro dentro de nueve jornadas, las mismas que restan para concluir con la muestra de la sección oficial.