SABADO Ť 22 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Viejos aliados, enemigos actuales

En la madrugada del 17 de febrero de 1991, una lluvia de misiles crucero disparados desde barcos de guerra estadunidenses y por aviones caza de EU, británicos y saudiárabes caía sobre Irak, marcando el comienzo de la guerra del Golfo Pérsico, en un ataque aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Entonces, Estados Unidos encabezaba una coalición de una treintena de países contra Saddam Hussein, el líder iraquí cuyas tropas habían invadido Kuwait. Entre ellos estaban Gran Bretaña, Francia, Arabia Saudita, Australia, Argentina, Bahrein, Bangladesh, Bélgica, Canadá, Checoslovaquia, Dinamarca, Egipto, Grecia, Holanda, Hungría, Honduras, Italia, Kuwait, Marruecos, Nigeria, Noruega, Omán, Pakistán, Polonia, Portugal, Quatar, Arabia Saudita, Senegal, Corea del Sur, España, Siria, Turquía y los Emiratos Arabes Unidos.

Unos participaron de manera decidida en las acciones militares, mientras que otros figuraban en la lista de manera más bien simbólica. Y hubo países, como Japón, que no figuraban estrictamente como aliados pero que otorgaron ayuda finaciera. Curiosamente, en esa lista figuraba el hoy enemigo, Afganistán.

Ahora, George W. Bush negocia, por un lado, el tipo de apoyo que le darán a nivel militar sus aliados, en especial la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en la que la novedad sería la participación de tropas de Alemania, que en 1991 no tenía presencia militar.

Por el otro, Washington decidió encabezar una coalición global de lucha permanente contra el terrorismo, en la cual a la UE le gustaría ver a China, según el gobierno de España. En 1991, Rusia se mantuvo al margen del conflicto del Golfo, aunque apoyó la posición de la Organización de las Naciones Unidas.

América Latina, por su lado, ha dado apoyo total a la lucha antiterrorista encabezada por Washington y desempolvó el TIAR, el pacto militar nacido hace más de medio siglo para combatir la "amenaza comunista".

El único actor que no tiene hasta el momento un papel protagónico es la ONU, puesto que Estados Unidos despliega sus esfuerzos para formar la coalición antiterrorista y la ayuda militar de forma bilateral. En cambio, las acciones contra Irak en 1991 tuvieron el visto bueno del Consejo de Seguridad. (DE LA REDACCION)