SABADOŤ 22 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Estados Unidos, "la única superpotencia" que quiere combatir al islamismo, acusa

Rechaza Afganistán ultimátum de Washington para que entregue de inmediato a Bin Laden

Ť Suspendió Kabul las comunicaciones de las oficinas de la ONU con el mundo exterior

AFP, DPA, AP Y REUTERS

Aslamabad, 21 de septiembre. La gobernante milicia afgana talibán rechazó hoy el ultimátum lanzado por Estados Unidos para que le entregue incondicional e inmediatamente a Osama Bin Laden, el principal sospechoso de los atentados en Nueva York y Washington, al reiterar que primero deben presentarse pruebas para que se le juzgue.

taliban_ambassador_b4tPor su parte, el secretario de Estado, Co-lin Powell, afirmó que una acción militar de Estados Unidos y sus aliados no estará orientada "hacia la población afgana", de-bido a que no están persiguiendo al pueblo de Afganistán, ni a musulmanes ni a árabes, sino a un grupo de terroristas.

Pero, agregó, el régimen talibán puede evitar las "víctimas de todo tipo" si accede a extraditar a "estos terroristas".

El gobierno talibán, asimismo, suspendió en Afganistán las comunicaciones entre las oficinas de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Kabul y el mundo exterior, en medio de pedidos de la entidad internacional para que entregue al multimillonario saudita y "disuelva" las redes ar-madas vinculadas con él.

"No, no es posible. Estaríamos insultando al Islam si entregáramos a Osama a Estados Unidos o si lo expulsáramos de Afganistán", declaró el embajador talibán en Pakistán, mullah Abdul Salam Zaeef.

Aseveró que no están preparados para entregarlo sin pruebas en su contra, por lo que la posición de su gobierno no ha cambiado pese al ultimátum lanzado por el presidente estadunidense George W. Bush.

Ante los medios de prensa asentó que "nuestra posición al respecto es que si Estados Unidos tiene elementos y pruebas, tiene que enseñarlas y estamos listos para juzgar a Osama a la luz de tales informes", en lo que pareció sugerir que serían ellos mismos quienes lo someterían a proceso.

Ante el emplazamiento de Bush, respondió que eso "ha encolerizado a los musulmanes del mundo y puede sumir en una crisis a toda la región".

Empero, el régimen talibán sostuvo que no se rendirá si Estados Unidos los ataca, y subrayó que los musulmanes tienen la obligación de responder con la guerra santa, pues "será un choque de fuerzas" y "nunca cederemos ante el mal o la fuerza".

Consideró, por lo demás, que el edicto (fatwa) emitido durante la víspera por los ulemas (teólogos musulmanes), para que se le pida a Bin Laden que abandone Afganistán en forma voluntaria, es sólo una "recomendación" y un "aviso", para cuyo cumplimiento no se fijó plazo.

Bush afirmó el pasado jueves que el régimen talibán debe entregar a Bin Laden y a los principales miembros de su organización Al Qaeda, cerrar sus campos de entrenamiento para guerrilleros bajo verificación estadunidense y que el régimen afgano libere a todos los funcionarios extranjeros que tiene en su poder.

Advirtió el mandatario que tales demandas no estaban bajo discusión o negociación, pues de no hacerlo compartirán "su destino" con el multimillonario saudita.

Pero para los talibanes este ultimátum se convirtió en un desafío contra Estados Unidos. En la mezquita Wazir Akbar Jan, de Kabul, uno de los mullahs preguntó: "Ƒes-tán listos para la jihad (guerra santa?", y los presentes gritaron "sí, lo estamos".

Luego siguieron los gritos de "Alá akbar" (Alá es grande) y comentarios de que el mujaidín Osama es sólo un pretexto para hostigar al Islam.

Entre la población de Kabul había indignación tras el discurso de Bush, pues mu-chos señalaron que si bien no estaban a favor del régimen talibán ni de Bin Laden, al rechazar Estados Unidos el edicto de los clérigos se presenta como "la única superpotencia mundial" que "quiere combatir el islamismo, como denuncia el talibán", y por tanto se tendrán que unir a sus filas "contra la América malvada".

En entrevista con la BBC de Londres, Co-lin Powell afirmó que Washington procederá "con cautela", tanto si se trata de medidas diplomáticas o económicas como de sanciones o acciones militares.

A su vez, el Departamento de Agricultura estadunidense anunció este viernes que planea enviar 100 mil toneladas de trigo a Afganistán para paliar la hambruna, al señalar que una cosa es la población y otra el talibán y Bin Laden.

Fuentes humanitarias dijeron que Pakistán se está preparando para recibir a más de un millón de refugiados afganos, al continuar el flujo hacia la frontera ante la posibilidad de una acción militar.

Equipos de salud trabajan en el terreno junto con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, mientras la Or-ganización Mundial de la Salud ha detectado ya 5 mil enfermos y no se descartan epidemias y un desastre humanitario.

El clima de preguerra en Afganistán por las amenazas de invasión de Washington ha provocado que se hayan disparado los precios del pan y el arroz en Kabul.

Los informes señalan que ante la incertidumbre, en las tiendas los precios de los artículos de primera necesidad se han incrementado en 40 y 50 por ciento, y quienes pueden almacenan arroz y harina para enfrentar una inminente crisis.

En tanto, la oficina antidrogas de la ONU dijo en Viena que los esfuerzos internacionales para desalentar el cultivo de opio entre los agricultores afganos están avanzando, y que ello afectaría una actividad considerada como fuente de recursos para la presunta red armada de Bin Laden.

Mientras el ex rey afgano Mohammed Za-her Shaa abogaba desde su exilio en Roma por un gobierno de transición en su país, comandantes de las fuerzas opositoras afganas saludaron los esfuerzos de Estados Unidos contra el terrorismo.

Además, esas fuerzas paramilitares de la oposición afirmaron haber conquistado importantes territorios en dos provincias del norte, y que la milicia talibán sufrió en los últimos días fuertes pérdidas.