JUEVES Ť 20 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ť El secretario de Defensa despachó más de cien aviones y 14 buques hacia Medio Oriente
Intensifica Estados Unidos los preparativos para la "nueva guerra"
Ť Rechaza Washington negociaciones con Kabul; "es hora de acciones", afirma la Casa Blanca
Ť No será singular y rápida, sino una campaña de largo plazo, alertan funcionarios estadunidenses
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 19 de septiembre. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, ordenó hoy el despliegue de más de cien aeronaves militares a Medio Oriente, y un grupo naval de 14 buques encabezado por el portaviones USS Theodore Roosevelt zarpó rumbo a la región al intensificarse los preparativos pa-ra la "nueva guerra".
Estados Unidos ya cuenta con dos portaviones, el USS Enterprise y el USS Carl Vinson, en la re-gión de Levante, así como aviones de combate desplegados en Arabia Saudita, Bahrein y Kuwait, que junto con los desplazamientos dados a conocer este miércoles formarán parte de lo que al parecer será llamado Operación Justicia Infinita.
El nuevo despliegue fue una se-ñal de que la anticipada respuesta militar estadunidense contra los ataques sufridos la semana pasada en Nueva York y Washington podría tener por lo menos algunos elementos de una guerra convencional, a pesar de las afirmaciones de que es un nuevo conflicto contra un enemigo diferente que deberá ser librado de una manera "no convencional".
Estrategas del Pentágono informaron a CNN que se anticipa una acción militar inicial seguida por un esfuerzo prolongado para rastrear a los terroristas que han sido definidos como el "nuevo enemigo" de Estados Unidos.
Fin de las pláticas
Mientras tanto, el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, rechazó una propuesta del régimen talibán de Afganistán para comenzar negociaciones, porque "es hora de acciones, no de negociaciones, con el talibán".
También rechazó la petición de que Washington ofrezca pruebas ante la Organización de Naciones Unidas sobre la participación de Osama Bin Laden en los ataques del 11 de septiembre.
"Estados Unidos responsabilizará a esos malévolos", afirmó el presidente George W. Bush, entre reuniones con mandatarios de va-rios países en la Casa Blanca, y afirmó que un elemento central de este esfuerzo será lograr el apoyo de otras naciones para ayudar a Washington a castigar a quienes albergan a los terroristas.
"Entendemos plenamente que algunos países estarán cómodos al apoyar nuestras actividades abiertas, algunos estarán cómodos al apoyar las actividades encubiertas, algunos sólo estarán cómodos al ofrecer información", dijo.
"Otras naciones ofrecerán ayuda y sólo estarán cómodas al ayudar con asuntos financieros", señaló el mandatario estadunidense.
Bush también subrayó que este conflicto bélico será "un campo de batalla diferente. Es un tipo de guerra distinta".
Gran parte del esfuerzo de los funcionarios estadunidenses se enfocó este miércoles en destacar al público que las fuerzas armadas no están preparando una acción singular y rápida, sino una campaña de largo plazo.
"No estamos abordando esto co-mo una sola batalla librada por militares, sino una campaña que involucrará a todos los elementos del poder nacional", comentó el secretario de Estado Colin Powell.
Para ampliar este mensaje, Bush se presentará en una sesión conjunta del Congreso -un foro ex-cepcionalmente poco usual- este jueves en la noche, que será trasmitido en vivo a todo el país.
Pero la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, enfatizó que esta presentación no incluirá el anuncio de la primera fase de la guerra.
"No será un discurso para anunciar alguna acción militar, el presidente ha dejado claro que tiene la intención de ser paciente", dijo la funcionaria.
Agregó que Bush subrayará que la próxima guerra será diferente de la del golfo Pérsico, tanto en duración como en su objetivo, ya que no es un intento para golpear a un líder militar, sino esfuerzos para destruir a una organización diversificada con operaciones en más de 60 países.
"Este es un discurso que buscará ampliar y profundizar el entendimiento del pueblo estadunidense, de hecho de la gente en todo el mundo, de qué es lo que estamos enfrentando", afirmó Rice.
Los preparativos bélicos continuaron este miércoles mientras trabajadores de la construcción con palas y bulldozers empezaron a sacar cuerpos de los escombros del Pentágono en Washington, donde la cifra de muertos es de 189.
En Nueva York, la búsqueda de señales de vida debajo de las ruinas de las Torres Gemelas continuó, aunque el comisionado de policía Bernard Kerik advirtió que con "cada día, cada hora y cada minuto que transcurre, se desvanece la esperanza".
Las cifras de víctimas de los atentados se mantienen en 5 mil 422 desaparecidos, con 233 muertos identificados.
Asimismo, el procurador general, John Ashcroft, dijo que los atacantes en Nueva York y Washington tuvieron apoyo y protección de gobiernos extranjeros, a los que no identificó.
"Está muy claro que las redes que condujeron estos ataques fueron albergadas, sostenidas y protegidas por una variedad de gobiernos extranjeros", declaró Ashcroft.
Añadió que "es hora de que estas administraciones extranjeras entiendan con claridad que Estados Unidos no tolerará este apoyo" al terrorismo.
Por otro lado, la investigación nacional continúa con la búsqueda de cómplices de los secuestradores de los cuatro aviones.
Tres individuos fueron detenidos hoy en Detroit por violaciones a la ley migratoria y por tener documentos migratorios falsos, a los que se agregan las 75 personas detenidas, con otros cuatro arrestados como "testigos materiales".
Al mismo tiempo, un gran jurado comenzó la evaluación de las pruebas contra los acusados por los atentados terroristas para iniciar el proceso de fiscalización.
Por cierto, se difundió información oficial de que se habría intentado secuestrar un quinto avión el 11 de septiembre, pero que fracasó cuando la aeronave suspendió el vuelo por fallas mecánicas.
La industria aérea, severamente golpeada por los actos del martes pasado, hoy fue sujeta a más consecuencias con el anuncio de United Airlines y American Airlines, las dos líneas más grandes del país, del despido de un total de 40 mil empleados.
Mientras tanto, las tensiones en el país, a una semana del peor ataque terrorista en territorio nacional, se nutrieron con versiones de varios medios de que fuentes oficiales tienen indicios de que una segunda ola de ataques terroristas podría haberse programado para el 22 de septiembre.
A todo esto, las consecuencias internas de esta tensión internacional también se expresaron hoy cuando cerca al Capitolio se realizó una manifestación de árabes estadunidenses y musulmanes que demandaron a sus compatriotas anglosajones el fin de los ataques por el crimen terrorista contra aquellos que en este país sólo comparten el mismo origen de los acusados.
James Zogby, presidente de Instituto Arabe Americano de esta capital, denunció ante la prensa los "crímenes de odio" de los que tantos estadunidenses de origen árabe han sido víctimas durante la última semana.
"Ya basta con la muerte. Basta con el odio. Basta con la violencia. Basta. Como ciudadanos estadunidenses declaramos que esto tiene que cesar", afirmó.
Señaló que ahora la comunidad árabe estadunidense tiene "un doble temor": que como ciudadanos "podremos ser víctimas del próximo ataque terrorista", y también ahora teme a los fanáticos intolerantes de Estados Unidos.
Dijo que quienes "pintan swásticas sobre una sinagoga un día y torturan a una persona gay al siguiente y después atacan a un afroamericano, ellos también se volverán contra nosotros".
Unos 75 líderes de organizaciones que representan a las comunidades estadunidenses del sudeste asiático, árabes y musulmanes instaron al país a cesar el hostigamiento en su contra por los sucesos del pasado día 11 de septiembre.
La Oficina Federal de Investigaciones está realizando unas 40 investigaciones de "crímenes de odio", que incluyen dos asesinatos, posiblemente motivados por el clima antiárabe en el país.