miercoles Ť 19 Ť septiembre Ť 2001
José Steinsleger
ƑY dónde está el piloto?
Después del martes más demoledor y marciano de la historia y ante el caudal de conjeturas, el auténtico mundo libre podría respaldar la propuesta del señor Miguel Angel San Martín González: que el 11 de septiembre sea declarado "Día Internacional contra el Terrorismo".
En una carta al diario El País (13/9/01), Miguel Angel explica que el martes 11 de septiembre de 1973 y el martes 11 de septiembre de 2001 grupos terroristas manejados desde el exterior y con ideologías totalitarias sembraron de muerte y pánico las calles de Chile, Nueva York y Washington. Propuesta que, seguramente, se perderá en el oceáno de opiniones. Porque la opción contraria, inserta en la lógica de Caín, se ha puesto en marcha. "Siembra vientos y cosecharás tempestades", "el que la hace la paga". šFantástico! Por lo que si nada hay más sensato...
-Darling... llama a ticket master para asistir al reality show de las profecías autocumplidas.
-Ya voy, Archie. ƑQué te gusta? La cartelera anuncia la diseminación de cinco kilos de plutonio radioactivo en Tijuana o Damasco, aviones en picada sobre Disneylandia en época de vacaciones o la incineración en masa de los niños de Kabul y Jerusalén.
-Excitante. ƑTendrá que ver con las miles de víctimas inocentes de las Twin Towers o con los "daños colaterales" en Panamá, Bagdad y Belgrado?
Dios es amor. Alá es grande. Y que el patrimonio acumulado en asuntos de ética, moral, derechos, deberes y normas de convivencia se vayan al carajo... Me excuso por la "visceral" expresión. Debería haber dicho que se vayan a la mierda. Hace 30 años, el astronauta Edwin Aldrin dio en el clavo: "quien ha estado en la Luna ya no tiene metas en la Tierra".
ƑEntonces qué hago con El derecho a ser hombre, monumental antología de reflexiones compiladas por la UNESCO? Subdividido en doce capítulos, el temario incluye temas sugestivos: el hombre, el poder, límites del poder, libertad civil, verdad y libertad; derechos sociales, la libertad concreta, educación, ciencia y cultura; servidumbre y violencia; el derecho contra la fuerza; identidad nacional e independencia, y universalidad.
La magna obra lleva un epígrafe de Mariano Moreno: "cualquier déspota puede obligar a sus esclavos a que canten himnos a la libertad" (1810). René Maheu, entonces secretario general de UNESCO, cierra el prefacio diciendo: "en este momento mismo (París, abril de 1968) millones de seres humanos, nuestros semejantes, abrumados o en rebeldía, nos esperan, a ti y a mí". En las primeras páginas, un par de perlas: "no te vengarás ni ganarás rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Levítico, 19) y "lo que a ti mismo te contraría, no lo hagas a tu prójimo; he ahí toda la Ley; el resto no son sino comentarios" (Talmud, Sabbat, 31).
ƑQué hacer? Por ahora, que El derecho a ser hombre siga cumpliendo su rol en la biblioteca: evitar, en sentido literal, que los "grandes autores" caigan a la derecha porque hacia la izquierda los sostiene la pared. ƑY esta ficha de Sigmund Freud? Dice: "De los tres poderes que pueden disputar a la ciencia su territorio, uno es la religión. El arte... no pretende ser otra cosa que ilusión. La filosofía no se opone a la ciencia porque ella misma se comporta como ciencia" (Conferencia número 35 de Introducción al psicoanálisis. Obras completas. Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1979, Vol.22, p.148).
Moción de orden, compañeros. Si el corazón neopatriotero universal consiste en apoyar acríticamente el "intervencionismo humanitario" y en la copia de lo que los gringos hacen y deshacen para gloria del Señor, que la tiranía mediática local suspenda sus películas de odio, racismo, desastres y destrucción masiva. En Hollywood quedaron momentáneamente interrumpidas porque "ofenden la sensibilidad de las víctimas". Copiemos la medida, plis. Seamos solidarios. ƑOkey? šHay que cerrar filas contra el terrorismo!
En Inside White House (1994) el periodista Ron Kessler asegura que la Casa Blanca, donde tuvo el privilegio de trabajar, "es una jaula de locos". Cuenta que en los años 60 el presidente Lyndon Johnson derivó fondos secretos para la construcción de un búnker nuclear en su rancho de Texas; que un asistente ebrio del presidente Gerald Ford dejó en un bar los planes secretos de la guerra nuclear, y que el presidente Jimmy Carter sentía tanto fastidio por tener que llevar el maletín con los códigos nucleares durante las vacaciones, que lo dejaba en un armario de su casa.
"El número de los dependientes de la presidencia de Estados Unidos que son atendidos por siquiatras y sicólogos supera ampliamente el porcentaje del promedio nacional... Si la gente supiera lo que sucede detrás de las rejas de Pennsylvania Avenue (sede de la casa Blanca) enloquecería", escribe Kessler. Bueno... Ƒy qué? Ya estamos más o menos locos.
-Perdón... Ƒusted no es el comandante de la nave?
-Para servirle.
-ƑY por qué tomó asiento al lado mío?
-Confíe en mí. El piloto está en automático. šDuro con ellos!