MELON
Benny Moré
Ť Luis Angel Silva
SE LLAMABA Bartolomé Maximiliano Moré. Como sucede casi siempre cada quien da su versión, desde luego a favor del que relata anécdotas. Salen benefactores, descubridores, pero a toro pasado, cuando ya el personaje pasó a mejor vida y no puede desmentir a tantos ávidos de notoriedad.
POR MI PARTE relataré detalles de mi cercanía con este grande del son cubano porque puedo comprobar la certeza, ya que aún viven personas que fueron testigos de lo que a continuación, amable lector, haré de su conocimiento. Allá va eso.
CORRIA, SI MAL no recuerdo, el año 1947. Este, su acere, empezaba a ser pegoste de los Guajiros del Caribe. Después de una de sus actuaciones llegamos al Salón Brasil, que se ubicaba donde ahora está el Circuito Interior, del lado de la colonia Santo Tomás. En aquellos años la voz de nuestro personaje se hacía popular con su primer gran éxito, La televisión, que se encontraba en la mayoría de las sinfonolas. En esa noche inolvidable tuve la fortuna de presenciar la actuación en vivo y a todo color de la orquesta de Arturo Núñez, cantando Benny Moré, al que anhelaba conocer. ¡Qué cura!
SEGUN ME COMENTO Fufu, al que debo el mote de Melón, regresaba de Tijuana y traía el cabello como el de los lancheros de Acapulco. Al empezar el turno de la orquesta del caballero antillano, me acerqué a la tarima. Lo que vi y escuché me puso en trance. Baltazar tiene un pollo, un son montuno sabrosísimo, fue con lo que abrieron. Créame, monina lector, que mi admiración creció al cubo y empecé a coleccionar sus discos.
A LA TELEVISION siguieron Las posadas, Loca pasión, Parece que va a llover, Me voy pa'l pueblo, con la orquesta de Mariano Mercerón, y con el conjunto de Humberto Cané, Puntillita, Mi negrita rumbera, Merengue pa'ti, y varias más, todas en RCA Víctor. Como Arturo Núñez era exclusivo de Columbia, inventaron con Lalo Montané el Dueto Antillano, primero, para convertirlo en Dueto Fantasma posteriormente.
ASI FUE PASANDO el tiempo. A principios de 1950 por medio de Pablito Zamora Peregrino pude hacerle coro en un número del maestro Juan Bruno Tarraza (RIP), llamado Bocón, para una película de la cual no recuerdo el título. En esta grabación sucedió algo cómico y a la vez increíble. El otro coro era un cantante gay, al que apodaban La Mamey, que no pudo frasear como el número lo requería. Benny terminó haciéndome segunda voz e inspirando algo para mí nunca visto ni oído.
DE NUEVO MI admiración creció. A los pocos meses Toño Espino trató de revivir a los Guajiros y me pidió que fuera con él al Brasil. Moré cantaba con la orquesta de Larry Son. En nuestro debut me encontraba interpretando Mi ranchito, una guajira son que tiene tres versos y me parece bellísima. Al llegar al segundo me encontré con la grata sorpresa que la Voz de oro de Cuba me hacía dueto. ¡Wow! Puedo decir con orgullo que cantó conmigo, no yo con él.
A PARTIR DE ahí gocé de su amistad de manera un tanto rara. Cuando estaba sobrio podía pasar junto a mí sin hablarme, pero con tragos me iba a buscar al Astoria. Al terminar mi trabajo visitábamos los camerinos de algún lugar y terminábamos en la Hija de Moctezuma -nada que ver con la de ahora-, con una parada técnica en la Locomotora, que también se encontraba en la calle de Guerrero, el strip del son.
EN LA HIJA DE Moctezuma alquilábamos la guitarra a un trovador. Eso era darme banquete escuchándole cantar lo que a él le gustaba, así como Crucigrama, de su inspiración y más tarde rebautizado Desdichado. En aquellos años no gozaba de la popularidad y reconocimiento que después tuvo. Pero puedo decir que la cuenta no salía tan cara. Ahí Moré bebía tequila con piper, conocida la combinación como perico. Después de la primera canción los parroquianos enviaban las ostras y hasta la señora que vendía pancita mandaba sendos platos. El tema da para más y si me lo permiten, amenazo con continuar.