MARTES Ť 18 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

Ť Concluyó en un acto de urbanidad política

Sesión de la ALDF: del llamado a la concordia a la provocación

Ť Los legisladores Doring y Anguiano dieron la nota

ELIA BALTAZAR Y GABRIELA ROMERO

El llamado de las diputadas María de los Angeles Moreno (PRI) y Patricia Garduño (PAN) para dejar de lado "la confrontación y el escándalo", "los protagonismos y el favoritismo", halló oídos sordos en los legisladores Federico Doring, del PAN, y Dione Anguiano, del PRD, quienes subieron a la tribuna de la Asamblea Legislativa dispuestos a embestir durante la fase de posicionamientos de los partidos, en el Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Mientras Moreno y Garduño, cada una en su momento, enfilaron su discurso en convocar a la unidad por el bien de la ciudad y trabajar a favor de una reforma política que exige elevar el comportamiento de todos los actores, Doring y Anguiano se debatieron a muerte con el arte de la retórica y la oratoria, agonizante bajo el peso de palabras atropelladas, en el caso del panista, y de la improvisación poco afortunada de la perredista.

Pero una fue consecuencia de la otra. Porque fue Doring quien desató la ira de la perredista al brindar el torito de su discurso -al menos la parte dedicada a la corrupción- a Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles, quienes se encontraban en el palco principal.

Doring levantó la mano vuelta estoque y deslizó con una sonrisa: "Otra asignatura pendiente es la corrupción... Difícil creerlo de un gobernante que exige a los ciudadanos denuncias para combatirla, para después pedir que no se presenten más ante la imposibilidad de encontrar argumentos jurídicos que sustenten los flagrantes actos de corrupción, desvío de recursos y malversación de fondos de sus correligionarios".

Cárdenas impasible. Robles apenas esbozó una sonrisa. Y entre el respetable una frase despidió a Doring, en referencia a su estilo en tribuna: "Sólo faltó que recitara: 'Mamá, soy Paquito...'".

Pero al quite llegó Dione Anguiano, quien abandonó su discurso original para lanzarse a la arena de la improvisación, ante la sorpresa de los diputados de su propia fracción, a quienes más tarde explicó que así lo decidió a petición de "alguien" de gobierno, aunque no dijo quién.

La perredista se refirió a las promesas incumplidas del presidente Vicente Fox, a las listas del Fobaproa, a la defensa que de narcos hizo el senador del PAN Diego Fernández de Cevallos, y de cómo su partido y el gobierno que encabeza López Obrador en esta ciudad "sí combatimos la seguridad pública" (sic). Por último dijo: "El gobierno capitalino es la piedra en la bota de Fox". Entre las filas del gabinete se escuchaban suspiros y risitas entrecortadas, nerviosas. Un "šuf!, ya acabó", se escapó por allí.

Los posicionamientos

Era la primera etapa del acto del Informe, la de los posicionamientos. Subió a tribuna la presidenta de la Comisión de Gobierno, María de los Angeles Moreno, quien hizo un balance de los primeros nueve meses de gobierno de López Obrador: "Esta administración no ha logrado entender a la ciudad en su dinámica y en sus inercias".

El PRI, agregó, no ve la orientación ni mucho menos un consenso que permita articular e incorporar el trabajo de toda la sociedad en la tarea de cuidar a la ciudad y su futuro. Destacó como una de las principales preocupaciones los casos de la seguridad, que consideró será la eterna demanda de los capitalinos, y las finanzas. "La tendencia del gasto ha sido invariablemente la disminución en la inversión pública. La cancelación y posposición de obras de infraestructura y un endeudamiento acelerado. Todo sumado a subejercicios considerables en los tres años del gobierno anterior. Y los datos preliminares de este año no generan pronósticos alentadores".

Al final llamó a la colaboración y a la apertura de espacios "que se manifiesten en un nuevo ambiente de consenso y productividad, que nos lleve a cumplir promesas y a comunicarle a los ciudadanos que sus políticos son capaces de ponerse de acuerdo y construir en conjunto".

También mereció el aplauso el discurso del diputado Jaime Guerrero, del Partido Democracia Social, quien reclamó al jefe de Gobierno que la ALDF "ha estado ausente" de las decisiones del Ejecutivo local. Dijo: "Un sinfín de acciones se han llevado a cabo sin que este cuerpo parlamentario haya sido tomado en cuenta".

Guerrero cerró su intervención refiriéndose a dos temas de suyo espinosos: la defensa del estado laico y el aborto. Del primero dijo que "frente a un gobierno federal de derecha hace falta defenderlo con más firmeza". Y sobre el segundo opinó que, frente a las posiciones de algunos que quieren echar por tierra los avances en la materia, es necesaria una defensa firme por parte del gobierno capitalino, al que calificó de progresista y de izquierda.

Patricia Garduño, presidenta de la mesa directiva de la ALDF y coordinadora de la fracción del PAN, celebró que el Poder Legislativo dejara de ser el operador político del Ejecutivo local: "No hay más subordinación". En estos nuevos tiempos, agregó, la ciudad no requiere de protagonismos, favoritismos, inseguridad social ni violencia por encima de acuerdos sociales.

Al final el acto fue calificado como un ejemplo de urbanidad política que apenas tuvo fisuras.