MARTES Ť 18 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001
Ugo Pipitone
La santa carnicería
Quien esto escribe y quien lee seguimos con vida. A diferencia de muchos cuyos cuerpos destrozados que permanecen debajo de toneladas de escombros. Después del 11 de septiembre nos hemos vuelto sobrevivientes y la vida misma comienza a parecerse a un descuido de la historia. Todo cambia desde esa maldita mañana del martes pasado y ahora sabemos que ser blanco o negro, cristiano o musulmán, rico o pobre, convierte a cualquier habitante de este planeta en enemigo, blanco de exterminio de parte de cualquier otro cargado de alguna mezcla inestable de ira, certezas e iluminaciones. La basura que creíamos haber dejado en el camino de nuestra evolución como especie se nos enfrenta como búsqueda de santidad y mi vida parecería el resultado de que a alguien se le olvidó mi existencia.
El tribalismo resurge como identidad agraviada: mito de una armonía perdida en cuya reconstrucción cualquier barbaridad se vuelve legítima, más aún, sagrada. Vámonos jubilosos entonces para atrás, envueltos en himnos y banderas, hacia esa tibia comunidad de fe, de color, de raza o lo que sea. Y que las medias verdades de cada tribu embellezcan con sus letanías los holocaustos que nos esperan. šQue viva la muerte!, gritaban los franquistas casi 70 años atrás. Creíamos que este era el pasado y hoy es evidente que podría ser el futuro.
Toda la culpa es de Occidente, del capitalismo, de la globalización y del pluralismo democratico. Lo malo viene de afuera; lo santo y lo justo de un adentro mancillado. Y paso a paso, en un camino de medias verdades que se vuelven absolutas, el exterminio deja de oler a mierda, a sangre y a muerte y se vuelve heroica autoabsolución. Que General Motors o Microsoft no sean congregaciones de samaritanos, que la democracia liberal no esté libre de hipocresías, que la globalización no esté exenta de graves problemas, es obvio. ƑPero, acaso, nos absuelven estas medias verdades de nuestros retardos de comprensión que, de alguna manera, prepararon los delirios de hoy? ƑEl "imperialismo" tiene todas las culpas? ƑEs responsable de que los fundamentalistas argelinos degüelle a la gente como si fueran cabritos? ƑEl millonario Bin Laden no tiene responsabilidad alguna de las miserias que persisten en Arabia Saudita o en Yemen? ƑLas FARC y el ELN no tienen nada que ver con el desastre colombiano? ƑCayó el comunismo por culpa de Occidente?
Estoy mortalmente aburrido de los silogismos autoabsolutorios. El fanatismo es producto de la miseria y la miseria es producto del imperialismo, o sea, de Occidente. Una gigantesca media verdad que me absuelve. Lo santo y lo justo soy yo: lo demás es conspiración mundial contra mi impoluta virtud, mi verdad sin sombra. Y vámonos jubilosos entonces a la guerra santa y que cada místico (religioso o no) se vuelva carnicero. šQue viva la muerte!
En estos momentos, cuando el futuro asume los tintes de lo peor del pasado, hay dos pensamientos de los cuales no puedo ni quiero liberarme. Miles de personas que ven llegar la muerte y llaman a alguien para sólo decir dos palabras: te quiero. Y los bomberos de Nueva York que mueren por centenares para salvar a otros. La humanidad no ha muerto. Pero, Ƒcuántos fanatismos preparan nuestras perezosas certezas? ƑCuánta imbécil santidad se esconde detras de la retórica cotidiana? Dios -que, si existe, es un padre ausente y periódicamente sádico- debe estar doblándose de las risas. Yo no puedo. Sólo espero olvidar con el tiempo para conservar alguna fe y algún respeto en la especie. En mí mismo.