MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
EL PRESIDENTE FOX NO PIERDE oportunidad para resaltar, ante propios y extraños, su amistad con el comandante de la guerra santa blanca y civilizada -versión siglo XXI. En los hechos, sin embargo, dicha cercanía no ha resultado fructífera para evitar el endurecimiento de la política migratoria del vecino del norte, tras los atentados terroristas que hoy cumplen su primera semana.
LOS CONNACIONALES indocumentados -virtualmente expulsados de su país- que viven y trabajan en Estados Unidos, así como los residentes y la población de origen mexicano, tendrán que dar rienda suelta a la imaginación para sortear las agresiones implícitas en la nueva escalada racista en el vecino del norte, derivada -en esa non grata tradición estadunidense de mezclar la gimnasia con la magnesia- de los muy condenables actos en Nueva York y Washington.
EL HECHO ES QUE PARA TODO aquel mexicano que, obligado por el apartheid económico imperante en su país, decidió o decida pagar el enorme precio que implica explorar tierras norteñas con la finalidad de mejorar su nivel de vida y la de su familia, la situación se le complicará más de lo normal, con o sin amistades de primerísimo nivel.
SIN DUDA LA MIGRACION DE connacionales hacia el vecino país del norte es enormemente compleja y tiene mil facetas. Una de ellas, de acuerdo con un estudio del Consejo Nacional de Población (La emigración de profesionales mexicanos: una modalidad oculta del movimiento migratorio hacia Estados Unidos), es ''un tipo de desplazamiento casi invisible y del cual se sabe muy poco'', esto es, el de los mexicanos residentes en aquella nación que cuentan con niveles de escolaridad equivalentes a licenciatura o posgrado, quienes suman poco más de un cuarto de millón de personas (255 mil), cifra que representa a uno de cada 25 inmigrantes mexicanos de 20 años o más de edad en ese país.
PARA TENER UNA REFERENCIA adicional del significado de esa cifra, señala la institución, ''conviene señalar que en la actualidad residen en México poco más de 4.4 millones de personas de 20 años o más con una escolaridad equivalente a licenciatura o posgrado. De esta forma, los paisanos en Estados Unidos que cuentan con credenciales educativas equivalentes representan alrededor de 5.8 por ciento de los profesionales que residen en México. Ello implica que por cada 17 personas con licenciatura o posgrado establecidos en México, hay uno más, nacido en México, viviendo en Estados Unidos.
"EL MOVIMIENTO DE MEXICANOS a la Unión Americana ha sido concebido tradicionalmente como un fenómeno esencialmente laboral, compuesto predominantemente por personas de baja escolaridad que se insertan en actividades poco calificadas. No obstante, conviene recordar que las modalidades del fenómeno migratorio son diversas, como también lo son los integrantes de estos flujos. Los datos disponibles indican que de los aproximadamente 7.1 millones de personas nacidas en México de 15 años o más de edad residentes en Estados Unidos, cerca de 45 por ciento tienen una escolaridad inferior a secundaria completa, en tanto que 55 por ciento cuenta con una escolaridad de secundaria completa o más".
LA SILENCIOSA EXPULSION de esos mexicanos se deriva de las bajas remuneraciones y las insuficientes oportunidades laborales existentes en su país, así como las enormes brechas salariales entre México y Estados Unidos. Las anteriores constituyen algunas de las principales causas de los crecientes desplazamientos hacia el norte de personal altamente calificado. "A estos factores se suman muchos otros que impiden realizar las esperanzas de miles de mexicanos de lograr en el país una carrera profesional estable, un progreso visible y un futuro satisfactorio, lo que desencadena la decisión de migrar. Además, muchos de ellos piensan que la falta de información adecuada o actualizada sobre las oportunidades laborales en México y la reiterada presencia de vicios en las prácticas de reclutamiento de personal (favoritismo, nepotismo, corrupción, etcétera) impiden o dificultan su retorno a México".
DE ACUERDO CON LAS CIFRAS del Conapo, las principales características sociodemográficas de los migrantes que han dejado el país para establecer su residencia en Estados Unidos y hoy cuentan con una escolaridad equivalente a licenciatura y posgrado son las siguientes: 72.8 por ciento son jóvenes o adultos jóvenes de entre 20 y 44 años de edad y el resto tiene 45 años o más; 24.7 por ciento son solteros y 75.3 por ciento casados o en unión libre; más de cuatro de cada diez (42.1 por ciento) viven en hogares con menos de cuatro miembros, casi cinco de cada diez (48.7 por ciento) se encuentran establecidos en unidades domésticas de entre cuatro y seis miembros, y el resto (9.3 por ciento) reside en hogares con más de seis miembros.
LA MAYORIA DE LOS OCUPADOS (77.5 por ciento) se inserta en los sectores comercial y de servicios, seguido por el sector secundario (18.9 por ciento) y sólo unos cuantos (3.6 por ciento) se ocupan en el sector agropecuario. Casi todos (96.2 por ciento) son asalariados y sólo una minoría trabaja en otro tipo de posición laboral, como los trabajadores por cuenta propia y los trabajadores familiares (3.8 por ciento). Seis de cada diez (59.6 por ciento) personas ocupadas trabajan entre 35 y 44 horas a la semana, poco más de uno de cada cuatro (27.3 por ciento) 45 horas o más, y el resto lo hace por menos de 35 horas (13.1 por ciento). El ingreso promedio anual se acerca a los 28 mil dólares anuales. Pese a sus elevados niveles de escolaridad, poco más de uno de cada diez (11.5 por ciento) vive en situación de pobreza en Estados Unidos, que es un porcentaje equivalente a la mitad del registrado entre los mexicanos con una escolaridad menor.
ASI, CON AMIGOS importantes o sin ellos, también la fuga de connacionales con elevados niveles de escolaridad y calificación tiene un alto costo para el desarrollo nacional.
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