Ť Autor de un libro en el que propone una definición de esa circunstancia humana
La cultura implica el mestizaje, la apertura no el apartheid, sostiene Bolívar Echeverría
Ť Se trata de un proceso comunicativo, semiótico, opina el filósofo ecuatoriano
Ť Al ser devorado, lo indígena transformó la concepción que lo devoró, explica
ARTURO JIMENEZ
A contracorriente, el filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría apuesta por un concepto crítico de cultura que cede a la ''tentación del otro" y plantea una visión abierta y valiente, fuera de la moda del ''respeto a la otredad". Y sostiene: ''El modo de vivir de la cultura es el mestizaje, no el protegerse del mestizaje ni tampoco el apartheid".
Echeverría (1941), quien radica en México, acaba de publicar un libro de ambicioso título: Definición de la cultura (Editorial Itaca-UNAM), el cual recopila sus apuntes de clase acerca del tema en la Facultad de Filosofía y Letras, y que fue presentado hace unos días por Roger Bartra, Antonio García de León y Ricardo Pérez Monfort.
?Intentar definir a la cultura aparece como una misión imposible. Sin embargo, usted tomó el reto.
?Hay una especie de Babel en esto del uso del término cultura. Hablamos de cultura política, de cultura del agua, cultura nacional, cultura maya, cultura obrera o de cultura juvenil, cultura posmoderna, cultura occidental, oriental. No sabemos bien cómo delimitar el significado de la palabra cultura.
''Y lo que me propuse fue eso: ver de qué manera se podría establecer una definición desde la cual uno pueda dar cuenta de estos distintos usos que se hacen del término cultura."
También con el objetivo de ''conectar" entre sí a las diferentes disciplinas científicas de lo humano, Echeverría ofrece la siguiente definición en la página 187 de su libro:
''La cultura es el momento autocrítico de la reproducción que un grupo humano determinado, en una circunstancia histórica determinada, hace de su singularidad concreta; es el momento dialéctico del cultivo (crítico) de su identidad."
Comenta Echeverría que buscó definir el concepto de cultura a partir de determinadas posturas filosóficas y antropológicas. ''Lo que me interesa es tener en cuenta que la cultura es un hecho que se define de la mejor manera si se mira como un proceso comunicativo, semiótico, como un hecho que acontece en el proceso de reproducción social".
La aventura de perder la identidad
-Apunta en su libro que la cultura es contraria a las ideas de ''conservación" y de ''defensa". Incluso dice que implica aventurarse a la pérdida de la identidad en un encuentro con los otros. ¿No es temeraria también esta afirmación?
-Pues sí, va un tanto a contracorriente. Siempre se habla de la cultura como la protección de la identidad o esas cosas. Y en el libro, justamente, lo más arriesgado tal vez es el intento de conectar el concepto de cultura con el de identidad, de identidad social.
''Pienso que la cultura es el 'cultivo de la identidad', de la concreción que tiene el código de la reproducción social como proceso comunicativo. Efectivamente, se trata de un cultivo, pero de la identidad, de la especificidad, de la concreción del código.
''Y eso no quiere decir conservación, protección, sino todo lo contrario: significa ponerla a prueba, en peligro, echarla a la intemperie. Es decir, el cultivo de la identidad no es su protección sino el aventurarla en referencia a otras posibles identidades. Siguiendo lo que podríamos llamar la tentación del otro. Es la permanente puesta en crisis de la propia identidad, la búsqueda del otro."
-En el ámbito de lo práctico, cómo ubicaría estas ideas para el caso de los pueblos indígenas de Chiapas y de otros estados, pues ellos plantean la defensa de su cultura.
-Tenemos ahí, justamente, un proceso en el cual las culturas indígenas fueron devoradas por la cultura occidental. Un proceso de mestizaje en el que, al ser devoradas, transformaron radicalmente a la cultura que las devoró.
''Los indios que vivieron en apartheid, como los de Chiapas, tuvieron que replegarse junto con los restos de su cultura y, de alguna manera, fueron obligados a mantener esas ruinas de su cultura. Y eso es lo único que les queda.
''Ese es el problema: ellos no fueron integrados en la historia del mestizaje, sino rechazados de ese proceso, obligados a hacer su propio mestizaje, adoptando cosas, elementos, de la cultura occidental."
-¿Entonces, el futuro de los pueblos indígenas es el mestizaje?
-Creo en verdad que no existen indios puros, no hay una cultura indígena pura. Lo que conocemos como culturas indígenas son todas ellas ya mestizas. A lo largo de la historia tomaron elementos de la cultura occidental. Al hablar de religión, por ejemplo, se integraron al cristianismo.
Ni lo antiguo ni lo nuevo
-También plantea que la ''cultura moderna" vive una contradicción, pues por un lado cuestiona la ''inconsistencia" de la identidad tradicional, pero también la ''vaciedad" de las nuevas formas de identidad. No deja usted salida -se le comenta, y ríe.
-No es que yo no deje, sino que no nos dejan disyuntiva. Efectivamente, los brotes de reconfiguración de la cultura, la invención de una nueva cultura, es algo que acontece en una situación de represión. Es decir, la creatividad cultural es sistemáticamente reprimida por el tipo de modernidad en la que vivimos, la modernidad capitalista.
''Es una modernidad que al mismo tiempo que destruye lo arcaico, lo tradicional, también lo hace con los intentos de ir más allá, de revolucionar esa cultura arcaica. No deja lo antiguo ni que algo nuevo sustituya a lo antiguo."
-También observa a la cultura moderna como ''mesiánica" y ''utópica".
-La cultura occidental se mueve en dos registros: en el de la búsqueda de la salvación, de la redención, que sería lo mesiánico. Y en el de la búsqueda de lo otro, como otro posible aquí y ahora, que sería lo utópico.
Precisa: ''En occidente el ser humano vive el mundo como un mundo que al mismo tiempo tiene una versión perfecta de sí mismo, que podría, tal vez, volverse realidad. Hay una especie de utopismo inherente a la cultura occidental.
''Y ese utopismo, en el caso de la cultura judeo-cristiana, es completado con la tradición oriental del judaísmo y trae, justamente, el mesianismo. Entonces, eso otro posible no es aquí y ahora sino en el futuro, en el tiempo mesiánico, de la salvación: es una tendencia más bien histórica."