MARTES Ť 18 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

EU, EN PIE DE GUERRA

Ť Expertos han omitido decir que los hoy enemigos de EU son legado de sus propias políticas

El olvido como condición para una nueva guerra
Ť Ataques a Medio Oriente, apoyo a dictaduras, misiles contra niños... historia muy incómoda

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 17 de septiembre. Se repite todos los días: este acto terrorista no fue sólo un ataque contra Estados Unidos, fue contra "la civilización". Jamás se mencionan, a pesar de mil y una referencias a la Biblia y a Jesucristo, los ataques que durante décadas ha sufrido la cuna de la civilización: la región de Medio Oriente.

La amnesia es condición necesaria para esta "nueva guerra" declarada por los líderes del mundo occidental.

Mientras todo dedo oficial apunta hacia Osama Bin Laden como "principal sospechoso" de los ataques, y se amenaza a aquel país que albergue o defienda a la "red terrorista" -empezando por Afganistán-, muy pocos parecen querer recordar a una opinión pública dispuesta a promover la guerra contra "los otros", que los ahora "enemigos" nacen de las propias políticas de Estados Unidos. Tanto el sufrimiento en esa región como los actores principales son vinculados directamente con Estados Unidos.

Invasiones, apoyo a dictadores...

Robert Fisk, considerado entre los mejores corresponsales internacionales en Medio Oriente por Noam Chomsky, describió esta necesaria amnesia en su periódico The Independent, de Inglaterra. En su artículo del 16 de septiembre, Fisk recuerda que hace 19 años ese día se inició el acto terrorista más grande de la historia de la región de Medio Oriente. "ƑAcaso alguien se acuerda en occidente de este aniversario? ƑCuántos lectores de esta nota lo recordarán? Me arriesgaré un poco y afirmaré que hoy ningún periódico británico -y ciertamente ninguno estadunidense- recordará el hecho de que el 16 de septiembre de 1982, las milicias falangistas aliadas de Israel iniciaron una orgía de tres días de violaciones sexuales, acuchillamientos y asesinato en los campos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila que costaron mil 800 vidas.

"Esto fue acto seguido de una invasión israelí de Líbano -diseñada para sacar a la OLP del país y dada luz verde por en entonces secretario de Estado, Alexander Haig-, lo cual costó las vidas de 17 mil 500 libaneses y palestinos, casi todos civiles. Eso es probablemente tres veces la tasa de muerte del World Trade Center. pakistan_afghanistan_at_caa Sin embargo, yo no recuerdo ninguna vigilia o servicios de conmemoración o veladoras en Estados Unidos o en occidente por los muertos inocentes de Líbano; no recuerdo apasionados discursos por la democracia y la libertad".

Fisk subraya que el ataque contra las torres gemelas fue un crimen contra la humanidad. Al igual, señala que Israel no fue culpable de lo ocurrido la semana pasada, como sí fue en el caso de las atrocidades cometidas en Líbano. Y todo indica que los culpables de la ola de terror de la semana pasada son árabes. "Pero el fracaso de Estados Unidos de actuar con honor en el Medio Oriente, su promiscua venta de misiles a aquellos que los usan contra civiles, su despreocupado descuido por las decenas de miles de muertes de niños iraquíes por las sanciones, de las cuales Washington es el principal promotor; todo esto está íntimamente relacionado con la sociedad que engendró a los árabes que desplomaron a Estados Unidos en un Apocalipsis de fuego la semana pasada".

"Nadie pregunta Ƒpor qué?"

El periodista resalta cómo en los medios masivos de comunicación de Europa y Estados Unidos hay un esfuerzo para evitar la pregunta de "por qué", y sólo hay un enfoque del quién, cómo y cuándo. Todo para evitar entender lo que ha sido el legado de la política estadunidense en la región, y las razones del odio profundo por el superpoder entre la población.

Los misiles que han matado a niños, esposas, padres en esa región, recuerda, literalmente dicen "hecho en Estados Unidos". Fisk advierte que una represalia militar en la región es precisamente caer en la trampa tendida por Osama Bin Laden y sus colegas, ya que eso sólo nutrirá el apoyo popular para los "terroristas" en esos países. "Este crimen fue llevado a cabo -está más claro todo el tiempo- para provocar a Estados Unidos justo al golpe ciego y arrogante que los militares estadunidenses están preparando", advierte.

En otra de sus columnas, Fisk señala: "pregunten a un árabe cómo responde a las miles de muertes inocentes (de Nueva York), y él o ella responderá como la gente decente debería: que es un crimen terrible. Pero ellos preguntarán por qué nosotros no usamos tales palabras para las sanciones que han destruido las vidas de tal vez medio millón de niños en Irak; por qué no nos enfurecimos por los 17 mil 500 civiles asesinados en la invasión israelí de Líbano en 1982, así como por toda la agresión diaria contra el pueblo palestino".

Periodistas como Fisk y Alexander Cockburn, analistas e historiadores como Noam Chomsky y Howard Zinn señalan cómo la amnesia también resuelve los problemas para explicar el papel estadunidense de apoyo a regímenes dictatoriales y corruptos en toda la región, a pesar de tanta retórica hoy de que esta nueva guerra se librará en nombre de "la democracia y la libertad" contra "sus enemigos".

Señalan que desde Egipto, donde el favorito de Estados Unidos gana con casi 98 por ciento a Arabia Saudita, y sus príncipes corruptos, donde la palabra "democracia" simplemente no está en el vocabulario político, a otros "principiados" de la región, nadie pregunta por qué éstos son los "amigos" y "aliados" de Estados Unidos en esta gran "cruzada" contra los "enemigos de la libertad". O que Saddam Hussein fue casi creado y nutrido por Estados Unidos, así como también los mujadines de Afganistán y todos sus aliados en la región, los cuales libraron la guerra "de liberación" financiados por la CIA en la operación encubierta más grande de su historia.

Pero estas voces disidentes con memoria están marginadas del debate en este país, donde casi nueve de cada 10 ciudadanos dicen, según las encuestas, favorecer una acción militar, y hasta guerra de largo plazo, contra países y fuerzas que, si para muchos sería difícil identificar en un mapa, mucho más conocer la relación de este país con sus pueblos.

La amnesia permite que "expertos" entrevistados día y noche en los medios puedan decir que los ataques y la furia contra Estados Unidos, proviene de un odio a la "modernidad", o a la "democracia". La historia real, al parecer, es demasiado incómoda como para recordarla. La amnesia es más conveniente en tiempos de guerra.