Mi única ley, el aire. Mi única patria la mar. Reglamentos de los yoremes de los antepasados son el establecimiento de los representantes en cada uno de los ocho pueblos, un cuerpo de psicólogos, y un cuerpo de filosofía, que son los transmisores de lo que aconseja la naturaleza, que son el cuerpo de ancianos, y un representante cuya representación es de por vida. Toda persona que se le designa una representación debe cumplir con su juramento la energía de la representación, de la verdad, no palabras ásperas, ni espíritu de contienda.

Las leyes de la naturaleza, con su esencia se unifican para dar vida en la tierra; el sol con sus rayos levanta el vapor del agua del mar, lo recibe el vientre de la madre, atmósfera se convierte en nube, y llueve para dar vida a los tres seres vivientes, ser vegetal, ser animal y humano. Y donde mires una fruta miras tu cuerpo, así el yoreme en un comprendido de la naturaleza, formando pinturas sin palabras, que es un medio más para dirigirse, y así la luna, el consejero que hace contacto con la tierra y seres vivientes, el calendarizador de linaje que da sus frutos, es la sangre del ser humano.

La esencia de la tierra es la ejecutora, en ella se enclava la vegetación, de todo linaje, y hace madurar sus frutos; es el sostén de los compatriotas, se puede comparar como la obra maestra de la naturaleza, así refleja ante el hombre con el carácter que lo caracteriza, y un consejero con cada uno de los reflejados el pizarrón que está escrito; en él se leyeron las comparaciones una vez concluido en la expresión, y por eso hablamos el idioma, hacia el cimiento de generación a generación; es una herencia de la tribu mayo.

Así el yoreme con las leyes de la naturaleza, mi única ley el aire y mi única fuerza y mi única patria la mar, y así el tiempo es el que ordena y es por eso orden, es la primera ley de la tierra, para poner un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar.

Pasamos a las aclaraciones del dibujo mentalizado por los yoremes de los antepasados, y en lo presente nos vemos en la necesidad de dibujar para figurar en la unión de las 56 tribus de México, ya que así lo requiere lo presente; dicho dibujo que figura es el símbolo de la tribu mayo.
 
 

La verdad adelgaza y no quiebra. Sin independencia individual no habría libertad, el hombre no sería dueño de sí, tendría collar y cadena y seguiría la mano que llevara su alimento y su destino social, y para evitar que lo exploten se le propone que retorne a la esclavitud en el cumplimiento de su deber; y así el ridículo es la ambición que destruye al poseedor, aunque la ambición sea un vicio, y subir hasta ascender al infierno de donde nace la vergonzosa investigación criminal. La rebelión a los tiranos es obediencia a la verdad, la única justificación de la rebelión es el éxito, la rebeldía contra la justicia no viene de la corrupción del sentido jurídico, al contrario, arranca de su exaltación; del pueblo una pequeña rebelión, de vez en cuando, es medicina necesaria para el establecimiento de un buen gobierno; toda rebelión tiene su origen, victoria o muerte, libertad o sepultura.

El instinto de la propiedad es fundamental en la naturaleza humana, la razón por la cual el hombre entra a la sociedad es con el propósito de preservar los bienes.

La propiedad es robo, la propiedad existe por la gracia de la ley, no es un hecho, pero una ficción legal.

La propiedad tiene sus obligaciones como también sus derechos: del aire vida alimento cuerpo del pensamiento, cuerpo físico es la propiedad, y la propiedad de la vegetación, y del animal, y todo el cuadro de la naturaleza.
 
 

Quitarte la tierra es quitarte el pan y la paz. Cierto es que hay mucha miseria, no solamente la miseria que viene de la esterilidad de la tierra, sino la gran miseria, la que viene de la esterilidad de las almas y de la dureza de los corazones, mas la miseria siguió. Debido a los miserables, en vano es que se pretenda distraer a la gente; cada vida y todas las vidas transcurren para el gran tema de la miseria que no acaba, en vano es que los que estamos ahora pretendamos ocultarla con nuestro silencio, con alguna ilusión o una mentira, entre los privilegios creados por las leyes a cuya sombra vegetan tus ensueños. El más absurdo es el que permite acaparar la tierra. Puede un hombre amontonar papeles representativos del ahorro, de metales y piedras preciosas, objetos artificiales de toda especie, sin que con ello te perjudique mayormente, pero quitarte la tierra es quitarte el pan y la paz, la libertad y la alegría, el aire, el sol y la lluvia. Ella es el complemento de tu cuerpo, la fuente de tus energías. Te pertenece por haber nacido en ella. Quien se apodera de la porción de suelo que a ti te corresponde, se apodera en cierto modo de tu ser. Destruye tan monstruosa aferración, haz que la tierra sea para todos, como la atmósfera y el mar, porque sin tierra continuarás esclavo y miserable y parecerás un desdichado vagabundo en tu planeta, te verás forzado a pedir que te permitan trabajar para ganarte el sustento y te contemplarás como un intruso en la vida, inmenso campo baldío en el que te está prohibido levantar tu choza. A hundir tu pala sin incurrir en delito.

Y la verdadera caridad no es dar al necesitado, sino evitar que el necesitado exista, la verdadera caridad consiste en darlo todo, no todo lo del que da, sino todo lo que corresponde al que recibe, y más aún, la verdadera caridad no es dar sino reconocer.

La primera riqueza es la salud, el destino de una nación, a menudo, depende de la gestión del primer ministro, en la salud hay libertad.

Si hay rectitud en el corazón habrá belleza en el carácter, si hay belleza en el carácter habrá armonía en el hogar y orden en la nación; cuando hay orden en la nación hay paz en el mundo.
 
 

El deseo de madre. La mano que mece la cuna es la mano que gobierna al mundo; los sonidos más bellos que los seres pueden escuchar salen de las madres, del cielo y del hogar, todo lo que soy o espero ser se lo debo a mi madre, y por eso una buena medida de la civilización se halla en la influencia de las buenas mujeres; ya si el genio hace lo que puede, y el talento lo que quiere, el genio es un ajustamiento. Cada acción, cada pensamiento, cada sentimiento contribuye y vuela por el espacio con las alas de las ideas. Tu iluminado pensamiento es la muestra del porvenir, es voz viviente, es una inteligencia que nos habla y que escuchamos, y por eso un hijo de madre. Guarda mucha honra de mujer, el deseo de alcanzar la estrella de la noche que se convierte en mañana, que nos hizo inmortal, la luz de tu espíritu, me inmortalizó con una palabra; sus labios extrajeron mi alma y tal vez a su país y a su idioma, la cual revolotea por el espacio.

Ya que una mujer es preciosa sangre de vida magistral, embalsamada y atesorada, con el propósito de dar vida más allá de la vida, una inteligencia hermosa es una victoria ganada en todos los campos de batalla del pensamiento humano, y así el éxito es el único juez terrenal de lo recto y lo equivocado, y para hacer un discurso inmortal no hay que hacerlo duradero; una conversación con un hombre inteligente es más provechosa que el estudio de muchos libros, ya que la verdad es un santuario sagrado donde sólo la verdad puede entrar como juez, para poner un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar; orden es la primera ley de la tierra y la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre nada sobre la mentira, como el aceite sobre el agua.

Y la bondad es la cadena de oro que enlaza a la sociedad.

El premio y la corona de toda la bondad, la estrella de la vida, se encuentra en la hermandad.
 
 

Y así el cuerpo de ancianos, transmisores del consejero, hacen las aclaraciones mediante este escrito, y nos disculpan por lo pormenorizado.

Sin más por el momento pasamos a firmar los antes mencionado y gracias a la atención prestada.