LUNES Ť 17 Ť SEPTIEMBRE Ť 2001

José Cueli

Hay que torear

La publicación de unas inéditas Prosas dispersas (Editorial Jordi Domenech) de Antonio Machado y la selección de algunas de ellas por el periódico El País, sección Babelia, en relación a consideraciones sobre el medio de vivir y caminos para libertar a Dios, están en línea con esta semana terrorífica y las corridas de toros. Claro, cuando los toros eran, valga la redundancia, toros.

Entresaco las relativas a las corridas de toros: Dice don Antonio: "Sí, no cabe duda, hay que libertar a Dios, y para ello debemos comenzar por organizar frecuentes becerradas y corridas de toros en que todos toreemos.

"Si hemos de tener alguna virtud que nos eleve sobre las otras especies animales hemos de comenzar por matar al miedo a la muerte, que no es sino un amor sórdido a la vida. Debemos despreciar la vida pero no renunciar a ella ascéticamente, que sería inútil, ridículo y malsano, y en el camino que nos lleve a Dios, no hemos de despreciar la tauromaquia, antes bien, hemos de comenzar por ella.

"Nuestro gran motor es el miedo. El que se mueve es que huye. Maestros, pensadores, artistas: mientras no seáis capaces de echar un mal capote a un mal becerro no he de creer en vuestro empuje espiritual. Sois cobardes. Y cuantos os seguimos, lo somos también os seguimos por miedo.

"Reparad en que empieza a invadirnos la melancolía, el caos sentimental. Las corridas de toros como sport, que todos cultivaremos -no como espectáculo-, serían un remedio para este mal. Porque esos juegos ingleses -polo, futbol, etcétera-, además de ser antiestéticos, no han de servir para aguerrir el ánimo, aunque sirvan para agilitar y fortalecer los miembros. ƑQué importan cuerpos de titanes con almas de gallinas? Hay que torear.

"Pero en las corridas que organicemos hemos de respetar la vida de los toros, para que puedan cornearnos y herirnos.

"ƑNos atreveríamos a ser melancólicos delante de un Miura? Mataríamos así la melancolía, esa expresión de las almas acoquinadas que no se atreven a vivir ni a morirse.'

Porque así somos. Yo, al menos, soy así.