Ť Continúan en el mundo las manifestaciones de solidaridad con Estados Unidos
Tony Blair declara la guerra contra el terrorismo
Ť Putin rechaza el "uso indiscriminado de violencia" Ť El Papa pide "no ceder ante el odio"
AFP, REUTERS, AP Y DPA
Londres, 16 de septiembre. El primer ministro británico, Tony Blair, declaró hoy la guerra al terrorismo y reiteró el apoyo total de su gobierno a las acciones de represalia que realice Estados Unidos, mientras en Rusia el presidente Vladimir Putin se declaró contra "el uso indiscriminado de la violencia".
En todo el mundo continuaron las manifestaciones de solidaridad con los estadunidenses y las ceremonias para recordar a las víctimas de los atentados del martes pasado, así como las investigaciones para dar con los responsables de los ataques y sus cómplices.
En declaraciones a la cadena estadunidense CNN, Blair afirmó que tras los atentados del martes "sean cuales sean las implicaciones técnicas o legales de una declaración de guerra, el hecho es que estamos en lucha contra el terrorismo", y reiteró la determinación de su país de participar en una eventual acción militar contra los responsables de los atentados.
Blair secundó las declaraciones del presidente estadunidense, George W. Bush, en el sentido de que el multimillonario saudita Osama Bin Laden es el principal sospechoso, aunque matizó al decir que cualquier respuesta a los atentados "debe sostenerse sobre pruebas firmes. En este momento es necesario tener la sangre fría y la cabeza fresca".
Según el jefe de gobierno británico, "toda Europa se alineará a Estados Unidos", pese a que en los últimos días las naciones que integran la Unión Europea han manifestado dudas sobre su posible participación en una acción militar conjunta con las tropas estadunidenses.
El apoyo europeo va desde permitir el uso del espacio aéreo de cada uno de los países de Los Quince, hasta el permiso para que los militares estadunidenses utilicen sus bases e incluso el envío de tropas.
Para Tony Blair se trata de "una guerra entre el mundo civilizado y el fanatismo" que deberá realizarse en dos etapas: dar con los responsables de los atentados, en los que habrían muerto entre 200 y 300 británicos, y después "montar una guerra sistemática contra la maquinaria entera del terrorismo".
Por lo pronto, el Ministerio de Defensa británico informó que sus fuerzas bélicas se encuentran o se dirigen hacia el Golfo Pérsico. Esta movilización de la Royal Navy, la más importante desde la Guerra de las Malvinas en 1982, incluye dos navíos de asalto, seis fragatas, dos submarinos de ataque de propulsión nuclear, barcos de apoyo logístico y barredores de minas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró el sábado su oposición al uso indiscriminado de la fuerza: "el mal debe ser castigado, pero no deberíamos parecernos a los criminales que atacan por detrás. Debemos sopesar nuestras decisiones y basarlas en hechos probados".
Putin comparó los atentados en Estados Unidos con los cometidos por los nazis, y llamó a centrar los esfuerzos mundiales de seguridad en las amenazas del terrorismo y la cooperación entre gobiernos para enfrentarlas.
El ministro de Defensa ruso, Sergei Ivanov, advirtió que "es improbable que el uso de la fuerza a gran escala resuelva el problema de castigar a aquellos inhumanos que llevaron a cabo esos ataques terroristas" y se pronunció por analizar la situación, identificar plenamente a los objetivos y planear todo con mucho cuidado para que el ataque contra los responsables sea "realmente preciso".
En Alemania, el canciller federal, Gerhard Schroeder, no descartó la participación militar de su país en la respuesta de Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte, mientras su ministro de Defensa, Rudolf Sharping, señaló el sábado que esta semana se adoptarán las primeras decisiones sobre la participación alemana en la acción armada estadunidense.
El jefe de gobierno español, José María Aznar, dijo que Madrid actuará "en la gran coalición de la libertad contra el terror" al lado de la OTAN, porque con el terrorismo "no se dialoga, simplemente se le derrota". En una conversación con Bush ambos coincidieron en que el terrorismo "es un enemigo común".
En la base de la Armada estadunidense de La Rota, en el sur de España, se realizó este domingo una ceremonia en memoria de las víctimas de los atentados a la que asistieron el ministro de Defensa español, Federico Trillo, y el príncipe Felipe. Ahí se encuentran unos 3 mil efectivos estadunidenses en servicio activo y otros mil 275 civiles españoles trabajan en diversos cargos. Otra de las bases es la de Morón, en Sevilla, donde el viernes ocurrió una importante movilización militar estadunidense.
Para el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, José Luis Zapatero, la cooperación internacional contra el terrorismo ayudará a derrotar al grupo armado vasco ETA, mientras la Conferencia Episcopal Española comparó a los etarras con los autores de los atentados en territorio estadunidense.
El jefe de la política exterior de la Unión Europea, el español Javier Solana, se declaró a favor de la creación de una "gran coalición para luchar contra esa plaga del terrorismo que no tiene fronteras ni dimensión", pero subrayó que la Organización de Naciones Unidas debe ejercer un papel importante en esa coalición.
Solana declaró al diario español El País que en este momento la comunidad internacional tiene que reafirmar que ningún gobierno puede dar refugio a grupos terroristas, aunque advirtió contra "una condena generalizada hacia determinados grupos de ciudadanos, sólo porque pertenecen a una religión o porque provienen de de determinados países".
El primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern, confió en que la respuesta estadunidense y de sus aliados será meditada a fondo, y señaló que ésta debe realizarse respetando la Carta de la Organización de Naciones Unidas. Agregó que es poco probable que las tropas de su país participen en las represalias, pero Dublín sí dará apoyo a través de la ONU cuando asuma la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad.
En Francia, 68 por ciento de la población apoya la participación de su gobierno en una acción militar, de acuerdo con un sondeo de la firma Ipsos. Un cuestionario similar en Alemania reveló que 69 por ciento de los consultados considera que los alemanes deben participar en la represalia.
Y mientras en todo el mundo continuaron las misas y actos en memoria de las víctimas de los atentados, Juan Pablo II pidió nuevamente a Washington no ceder a la "tentación del odio y la venganza, sino más bien comprometerse con la justicia y la paz".
En Asia, China rechazó cualquier relación con el régimen talibán que gobierna en Afganistán, después de que medios de prensa estadunidense informaron que Pekín ayudó a Kabul en la construcción de una presa, una red telefónica y firmó un acuerdo de asistencia técnica y económica.
Los partidos opositores de Corea del Sur rechazaron la propuesta que presentó esta semana el presidente, Kim Dae Jung, para que los negociadores de las dos Coreas emitan una declaración conjunta contra el terrorismo, mientras en Filipinas el vicepresidente, Teofisto Guingona, dijo que Manila está dispuesta a abrir las bases aéreas y navales estadunidenses a una coalición internacional antiterrorista.
En Líbano los padres de Ziad Samir Jarrah, señalado como uno de los presuntos autores materiales de los atentados, afirmaron que su hijo "es una víctima", en un comunicado dado a conocer este domingo en el que sostienen que "era un pasajero, como los otros que viajaban en el aparato que fue secuestrado" y que se estrelló cerca de Pittsburgh.
Jarrah vivió un tiempo en las localidades alemanas de Bochum y Hamburgo, y se fue a Estados Unidos para tomar clases de manejo de aviones. Sus familiares sostienen que los libros sobre técnicas de vuelo encontrados por las autoridades alemanas en los últimos días no significan nada porque era un estudiante de ingeniería aeronáutica.
El padre de otros dos sospechosos de origen saudita ?Walid y Wael el Shiri? se declaró escéptico de que sus hijos hayan participado en los atentados.
Las investigaciones sobre los sospechosos de los ataques se centran principalmente en Alemania, donde vivieron tres de los presuntos autores materiales. Según las autoridades alemanas, Jarrah era parte de una asociación "constituida a principios de año por personas de origen árabe de convicciones islámicas fundamentalistas".
Las autoridades de España, Bélgica y Suiza realizan investigaciones similares para aclarar la presencia de los sospechosos y sus cómplices en su territorio, al igual que en Filipinas, Brasil y Argentina, donde se supone la presencia de personas relacionadas con Osama Bin Laden.
A la par de las investigaciones se han multiplicado los arrestos de personas de origen árabe que presuntamente preparaban atentados. Tal es el caso de un magrebí detenido en Bruselas, mientras que en Rotterdam, Holanda, fueron arrestados dos franceses, un holandés y un argelino señalados como "extremistas musulmanes".